Leonardo Boff. Contemporáneo.
Teólogo y escritor brasileño.
La Navidad es también la fiesta de una fe muy humana que se transforma en esperanza. La fe-esperanza reside en eso: la última palabra no la tiene el interés, el lucro, el conflicto y la dura lucha por la vida. Sino la ternura, la gratuidad, la recreación, el cariño y el amor. En este sentido, el Niño que yace entre el buey y el asno en el pesebre, nos representa el comienzo de la vida. Es su símbolo y su plenitud. Nos garantiza que, a pesar de todas las capas de cenizas que acumulemos sobre nuestro corazón, él siempre puede vibrar. El conserva una inocencia original. En él habita un niño que un día fuimos y que nunca dejamos de ser.
Sucede que el tipo de vida a que históricamente nos sometemos, por lo menos en los últimos quinientos años -la famosa modernidad- nos lleva a correr de aquí para allá, a hacer todo a prisa, a romper todos los ritmos naturales, del día y de la noche, de cerca y de lejos, al punto de sentirnos frecuentemente envejecidos. El niño que somos, capaz de tomar su tiempo para la conversación de familia y de los amigos, capaz de combinar lo serio con lo jocoso, el trabajo con el ocio, la gratuidad con el deber, se retrae hacia el fondo del corazón. Y ahí es donde comienza a vivir de sueños. Pero estos sueños son parte de nuestra propia realidad seria. El niño en nosotros sueña con un mundo reconciliado, con una atmósfera de fiesta, en donde todas las personas son amigas. Sueña con el profeta Isaías, desde hace casi tres mil años: "el lobo habitará con el cordero, el león y el buey comerán juntos y el niño sin recelos, jugará en la cueva de la serpiente". Actualizando, sueña con ciudades sin tugurios, con una convivencia sin violencia, con nuestra floresta respetada, con indígenas defendidos, con mujeres liberadas, con los negros libres de las discriminaciones.
¿Qué sería de nosotros si no pudiésemos soñar? Nos ahogaríamos en la brutalidad de los hechos cotidianos. Quedaríamos prisioneros en las mallas de nuestras propias construcciones, siempre limitadas. El sueño nos libera hacia adelante y hacia arriba. Le quitaría fatalidad a nuestra historia, porque siempre puede ser diferente. El milagro es posible. La magia existe. ¿Hay magia mayor que ésta?: Jesús, es el Dios encarnado en la forma de un niño en un pesebre.
En la Navidad, por un momento, por una noche, podemos vislumbrar la verdad del sueño. Las personas se sientan alrededor de la mesa y celebran la cena. Es la comunión plena, con las personas, las luces, con las comidas, con los regalos. En esta noche santa, por un momento, sentimos que somos importantes para alguien. No somos un nadie. Cambiamos regalos como expresión de amistad, de cariño y de excelencia. El niño que habita en nosotros nace. En este día él ocupa el centro de la vida. Por causa del niño de Navidad, recuperamos la valentía de vivir, a pesar de todas las opresiones que pesan sobre nuestra existencia o que sobrecargan nuestra conciencia. Es bueno ser hermanos, hombres y mujeres, y tratar cada día de construir muestra propia humanidad. Por causa del niño que duerme en nosotros estamos convencidos de que la luz tiene más derecho que las tinieblas, luz que nos da todas las razones para continuar viviendo y luchando.
Un gran y profundo mensaje. Gracias informativo Algarrobo Digital por lo mucho que han hecho y avanzado en tan poco tiempo. Feliz Navidad también a todos los que están detrás de este gran proyecto y desafío de mantener informada la comunidad algarrobina, crear conciencia ciudadana y unirnos en torno a un destino común de lograr un Algarrobo desarrollado con respeto al medio ambiente y con un mejor bienestar en la calidad de vida de su gente.
ResponderEliminarUn gran regalo que nos han dado con esta reflexión. Nos abre el corazón y nos prepara para recibir al niño Jesús bajo una perspectiva diferente, que dos da paz, tranquilidad y esperanza. Muchas gracias. Aprovecho para enviar a los editores y lectores un gran abrazo en esta navidad tan prometedora para un nuevo Algarrobo
ResponderEliminarUna gran invitación a reflexionar en esta navidad ¿se puede saber algo más de su autor?
ResponderEliminarResponde Patricio Gómez B.
EliminarLeonardo Boff (n. en Concórdia, Brasil, 14 de diciembre de 1938), , es un teólogo, sacerdote franciscano, filósofo, escritor, profesor y ecologista brasileño. Su hermano, Clodovis Boff, es un teólogo católico de la orden de los Siervos de María, cercano a la Teología de la Liberación.
Es uno de los fundadores de la Teología de la Liberación, junto con Gustavo Gutiérrez Merino. En 1984, en razón de sus tesis ligadas a la teología de la liberación expuestas en su libro Iglesia: Carisma y Poder, fue sometido a un proceso por parte de la Congregación para la Doctrina de la Fe. En 1985 fue condenado a un año de “silencio” (suspensión “a divinis”) y depuesto de todas sus funciones editoriales y académicas en el campo religioso.
Estuvo a punto de ser silenciado de nuevo en 1992 por Roma, para evitar que participara en el Eco-92 de Río de Janeiro, lo que finalmente le movió a dejar la orden franciscana, y el ministerio presbiteral. Actualmente vive en el Jardim Araras, región campestre ecológica del municipio de Petrópolis-Río de Janeiro.
En 1993 presentó un concurso y fue aprobado como profesor de ética, filosofía de la religión y ecología en la Universidad del Estado de Río de Janeiro (UERJ).
Es autor de más de 60 libros en las áreas de teología, espiritualidad, filosofía, antropología y mística. Habla alemán con fluidez; la mayor parte de su obra ha sido traducida a los principales idiomas modernos.
Hermosa reflexión, muy apropiada para este día, entre tanto ajetreo, compras, fiesta, cena, regalos materiales, no olvidamos de lo principal. Muchas gracias
ResponderEliminarMaravilloso articulo. Profundo y fácil de comprender. Gran pensador el ex sacerdote franciscano de Brasil. Combatido por ser uno de los fundadores de la Teología de la Liberación. Antes asociada a un socialismo duro, hoy los tiempos han cambiado y el propio Papa habla en esa linea, que es la liberación de la miseria y pobreza en el mundo, a través de la acción activa y solidaria.
ResponderEliminar