SECCION LITERARIA

“Algarrobo Digital” tiene el agrado de ampliar el campo de sus publicaciones, agregando a las noticias, reportajes, cartas al Director, Frases y Pensamientos, un boletín literario en que se comentan obras de actualidad. Al igual que las demás publicaciones, el lector tiene la oportunidad de compartir sus opiniones usando nuestro espacio de “Comentarios”, ubicado al pie de cada publicación.

           

BOLETIN LITERARIO – N° 217

            01-02-2016 / ET

                                   Para quienes gustan de la buena literatura

 

 

“EL LECTOR”. Bernhard Schlink.  Editorial Anagrama, Barcelona, 2010. Escritor alemán. [Novela dividida en tres partes: joven conoce a mujer bastante mayor; su relación tiene características muy especiales; ella tiene un secreto que guarda celosamente; en la segunda parte, se revelan hechos desconocidos por el joven; ella fue “guardiana” en un campo de concentración; difícil vida para ella; en la tercera parte, el desenlace. Toda la obra se desarrolla desde mediados del siglo XX. Un comentario de la obra: “Antes que nada, es la perturbadora historia de una seducción, contada de manera tan contenida como voluptuosa.”].

 

  1. Ese recuerdo soñado me tranquiliza; volver a ver la casa en otro entorno no me parece más extraño que el encuentro casual con un viejo amigo en un lugar ajeno. Pág.13.

 

  2. Años más tarde comprendí que lo que había cautivado mi mirada no había sido su figura, sino sus posturas y sus movimientos. Pág. 20.

 

  3. Pero entonces no era torpe, sino fluida, graciosa, seductora; una seducción que no emanaba de los pechos, las piernas y las nalgas, sino que era una invitación a olvidar el mundo dentro del cuerpo.

 

  4. La fiebre, que debilita la percepción y aguza la fantasía, convierte la habitación del enfermo en un espacio nuevo, familiar y ajeno a un tiempo; Pág. 21.

 

  5. La combinación de anhelos, recuerdos, miedos y deseos se organiza en laberintos en los que el enfermo se pierde y se descubre y se vuelve a perder. Pág. 22.

 

  6. A veces me daba la sensación de que nosotros, su familia, éramos para él como animales domésticos. Pág. 33.

 

  7. ¿Por qué? ¿Por qué lo que fue hermoso, cuando miramos atrás, se nos vuelve quebradizo al saber que ocultaba verdades amargas? Pág. 40.

 

  8. Esa tristeza, ¿no será la tristeza pura? Pág. 41.

 

  9. Hanna estaba contenta, reía, estaba radiante. Se miró de arriba abajo, se dio la vuelta, dio unos pasos de baile, se miró en el espejo y siguió bailando. Esa es otra imagen que me ha quedado de ella. Pág. 63.

 

10. También me pregunto si todos esos recuerdos felices son de verdad. Cuando profundizo un poco más con el pensamiento, empiezo a recordar bastantes episodios teñidos de vergüenza y dolor. Pág. 84.

 

11. Pero no se daba cuenta de que su terquedad enojaba al juez. No era consciente del contexto, de las reglas de juego, del mecanismo por el cual todo lo que decía, y todo lo que decían las otras acusadas, se convertía en un factor en favor o en contra de su inocencia, en favor de su condena o de su absolución. Pág. 104.

 

12. Al fin y al cabo, yo sabía por propia experiencia que la vergüenza puede forzarlo a uno a mostrarse esquivo, a ponerse a la defensiva, a ocultar y desfigurar las cosas, incluso a herir a los demás. Pág. 124.

 

13. No velaba por sus intereses: luchaba por su verdad, por su justicia. Pág. 125.

 

14. Nunca conseguí dejar de comparar lo que sentía cuando estaba con Gertrud con lo que sentía junto a Hanna, y una y otra vez, cuando andábamos cogidos del brazo, me asaltaba la sensación de que algo fallaba, concretamente en ella: no tenía el tacto ni las vibraciones adecuadas, ni el olor ni el sabor adecuados. Pág. 162.

 

15. …Gertrud decía que eso no era más que una huida, una forma de huir del desafío y la responsabilidad de la vida, y tenía razón. Pág. 169.

 

16. Pero el que huye no sólo se marcha de un lugar, sino que llega a otro. Pág. 170

 

17. Durante aquellos años, yo había leído todo lo que había encontrado sobre analfabetismo. Sabía de la impotencia ante situaciones totalmente cotidianas, a la hora de encontrar el camino para ir a un lugar determinado o de escoger un plato en un restaurante; sabía de la angustia con que el analfabeto se atiene a esquemas invariables y rutinas mil veces probadas, de la energía que cuesta ocultar la condición de analfabeto, un esfuerzo que acaba marginando a la persona del discurrir común de la vida. Pág. 176.

 

18. Pensé que cuando se ha dejado pasar el momento justo, cuando alguien se ha negado demasiado tiempo a algo, o se lo han negado, ese algo por fuerza llega demasiado tarde…

 

19. Pero adquiere algo de la severa belleza propia de la letra de los ancianos que han escrito poco en su vida. Pág. 178.

 

20. Así que no me había dejado una nota. ¿Lo había hecho para herirme? ¿Para castigarme? ¿O quizá porque tenía el alma tan cansada que ya sólo podía hacer lo mínimo imprescindible? Pág. 194.

 

21. Todo en ella parecía neutral: la actitud, los gestos, la ropa. La cara parecía extrañamente intemporal. Pág. 198.

 

22. Durante mucho tiempo pensé que era una historia muy triste. No es que ahora piense que es alegre. Pero sí pienso que es verdadera y que por eso la cuestión de si es triste o alegre carece de importancia. Pág. 203.

 

23. Los estratos de nuestra vida reposan tan juntos los unos sobre los otros que en lo actual siempre advertimos la presencia de lo antiguo, y no como algo desechado y acabado, sino presente y vívido.

 

Notas:

 

1)         Esta obra fue facilitada por una generosa lectora del Boletín; le estamos muy agradecidos.

2)         Debe reiterarse que las citas no implican que la Dirección del Boletín esté de acuerdo con el texto: las citas se eligen por la belleza del párrafo, por ser provocadoras, por ser interesantes u originales. Podemos estar de acuerdo con lo que se expresa, o no…