Para quienes gustan
de la buena
literatura
RESUMEN DEL LIBRO: ¿Se pueden vender más de 20.000 ejemplares de un
ensayo? Éste es el caso del físico Étienne Klein, pues Las tácticas de Cronos
se ha convertido en un éxito en Francia. El tiempo es algo imposible de
encontrar, pero también algo acerca de cuya existencia nadie alberga la más
mínima duda. Algo de lo que todo el mundo habla, pero que nadie ha visto nunca.
Vemos, oímos, tocamos y saboreamos en el tiempo, pero nunca el tiempo en sí. Es
necesario llegar a distinguirlo de los efectos más visibles a que da lugar, como
la duración, la memoria, el movimiento o el devenir. Porque los relojes no
miden necesariamente el tiempo. Porque el tiempo siempre permanece, aunque
digamos que fluye. En nuestros días, es la física la que nos ofrece la más
audaz y desconcertante visión de qué es el tiempo. Desde Galileo hasta
Einstein, la física nunca ha cejado en su intento de profundizar en esta
cuestión, hasta el punto de abrir perspectivas que realmente dan vértigo.
¿Existía el tiempo antes que el Universo? ¿Es posible invertir el curso del
tiempo? ¿Interrumpirlo en un momento dado y seguir con él más tarde? ¿Es
posible la existencia de varios tiempos a la vez?
Boletín
literario preparado por Eduardo Trucco B., en cual comenta obras literarias de
actualidad. Al igual que las demás publicaciones, el lector tiene la
oportunidad de compartir sus opiniones usando nuestro espacio de “Comentarios”,
ubicado al pie de cada publicación.
Eduardo Trucco Burrows, es abogado de la U. de Concepción. Reside en
Algarrobo, en el condominio “Campomar” (camino a Tunquén).Ha estado ya casi dos
años interviniendo por la defensa y protección de los ecosistemas de la playa
de Tunquén, contra la invasión de inmobiliarias y demás personas que no tienen
escrúpulo alguno en destruir toda la playa, el humedal y el santuario de la
naturaleza. Lo que se presenta es un trabajo sencillo: leer obras escritas en
español, subrayar lo que nos parece interesante, bello, atractivo, divertido o
sorprendente; enseguida, haciendo una cuidadosa selección de todos los párrafos
que se ha subrayado, se traspasan las citas – generalmente sin comentarios – al
boletín.
BOLETÍN N° 222: Selección de párrafos.
“LAS TÁCTICAS DE CRONOS”. Étienne Klein. Biblioteca de
Ensayos Siruela, 2005. Físico francés y Doctor en Filosofía de la ciencia. (En
la presentación de la obra se señala: “Vemos, oímos, tocamos y saboreamos en el tiempo, pero nunca el tiempo
en sí…Porque el tiempo siempre permanece, aunque digamos que fluye… ¿Existía el
tiempo antes que el Universo? ¿Es posible invertir el curso del tiempo? ¿Es
posible la existencia de varios tiempos a la vez?”. Es un ensayo a ratos
difícil; y no resulta fácil o sencillo escoger las mejores citas; pero hay
material muy interesante.)
1. (Dedicatoria) Para Paul y Jules, de
cuyas risas juveniles brotan flores en las riberas del tiempo. Pág.13.
2. …algunos
descubrimientos científicos revisten tal alcance que son capaces de arrumbar
los esquemas de cualquier sistema filosófico dominante. Pág. 16.
3. En definitiva el tiempo físico ha perdido
algo de su pureza original, y mucho en cuanto a su independencia, al verse
ligado al espacio, asociado a la energía y anclado en la materia, de manera
indisoluble. Pág. 17.
4. (Refiriéndose al tiempo) ¿Forma parte del
mundo o, más bien, lo contiene? ¿En qué consiste ese tiempo, del que decimos
que pasa, pero que siempre está ahí; ese tiempo que no cambia, pero que hace
que todo cambie? Pág. 18.
5. Más bien habrá que decir que el tiempo es
lo único que hace posible la duración, puesto que da lugar a que se revele la
continuidad en el conjunto de todos los instantes. Pág. 22.
6. Porque por más que el tiempo subyazga a
todas las cosas, no se deja ver, en realidad, en ninguna de ellas, y permanece
oculto bajo las apariencias que adopta. En eso consiste su gran originalidad:
invisible, incluso para los rayos X, nunca se aviene a presentarse como un
objeto empírico. Pág. 24.
7. (Cita) “Lo que hay que decir es aquello de
lo que no se puede hablar.” Valère Novarina. Pág. 27.
8. … la esencia del tiempo permanece oculta
en la penumbra del lenguaje. Pág. 29.
9. …pues es toda la realidad la que “pasa”, no el
tiempo en sí, que nunca dejar de estar ahí. Pág. 31.
10. Se supone que, si
no se produce ningún cambio, no hay presencia del tiempo, como si sólo el
devenir, y no la duración, precisara del tiempo. Pág. 39.
11. La física
distingue entre tiempo y devenir, entre el curso del tiempo y la flecha del
tiempo. Pág. 41.
12. Schrödinger,
físico ilustre y gran amante de las mujeres, afirmaba que un beso sincero basta
para detener el tiempo: “Amad a una mujer de todo corazón – dejó escrito -, y
besadla en la boca: en ese momento, el tiempo se detendrá, y el espacio dejará
de existir.”. Pág. 43.
13. El tiempo es
consustancial al mundo: nada puede suceder ni permanecer fuera de él. Pág. 45.
14. Hace veinticinco
siglos Parménides sostenía que el tiempo era algo inexplicable. Pág. 47.
15. En cada uno de los
puntos del espacio-tiempo, el Universo conserva la memoria de lo que ha sido,
así como la posibilidad de retornar al escenario de sus primeros instantes.
Pág. 49.
16. (Cita) “El
aburrimiento de la ostra produce perlas.” (José Bergamín) Pág. 53.
17. Uno se aburre,
pues, cuando se ve condenado a soportar un tiempo de espera, cuya duración no
podemos acortar. Pero también sobreviene el tedio, y con mucha frecuencia,
cuando ya no se espera nada. Pág. 53.
18. En primer lugar,
el tedio sirve para airear la relación que mantenemos con el tiempo: no pasa
nada; sólo el tiempo. Pág. 54.
19. (Cita) “En el
pasado, había mucho más porvenir que ahora.” (Le Chat) Pág. 59.
20. …porque no hay nada que pruebe que el tiempo
tenga algo en común con los procesos a los que da lugar. Pág. 69.
21. Así depurado, el principio de causalidad
estipula, simplemente, que el tiempo carece de caprichos y que transcurre en un
sentido perfectamente determinado… Pág. 74.
22. (Curiosa cita) “Se
puede ser imbécil, pero no hasta el extremo de viajar por placer.” (Samuel
Beckett). Pág. 81.
23. Lo cual tiene dos
consecuencias importantes. La primera de ellas es de índole filosófica: nuestra
libertad, en caso de que exista, no es tan sutil como la gracia, pues estamos
irremisiblemente encadenados al presente. La segunda tiene que ver con la
traslación: todo trayecto realizado en el espacio es, necesariamente, cronófago, es decir, nada puede desplazarse en nada
de tiempo. Pág.87.
24. (Cita) “Las más
hermosas flores han perdido su aroma.” (Gérard de Nerval). Pág. 89.
25. (Cita) “El
porvenir es inevitable, preciso, pero puede no acontecer. Dios acecha en los
intervalos.” (Jorge Luis Borges) pág. 95.
26. Precisemos con
toda claridad: no se excluye la posibilidad de que tanto el curso del tiempo
como la flecha del tiempo procedan, en definitiva, de una única e idéntica
realidad más profunda, y que ambos sean productos derivados de fenómenos
subyacentes que quizás una “nueva física” sea capaz de explicar. Pág. 100.
27. Los físicos
conceden una enorme importancia a la noción de simetría. Pág. 107.
28. Después de todo,
es muy posible que determinadas ecuaciones sean más inteligentes que nosotros,
o que aún no nos resulten inteligibles, porque pongan el dedo en la llaga,
mientras que nosotros permanecemos anclados en nuestros prejuicios, o porque
planteen situaciones en las que aún no somos capaces de pensar. Pág. 124.
29. (Cita) “Era un
hombre fiel. El problema es que tenía demasiadas mujeres.” (Hélène Weigel,
esposa de Bertolt Brecht). Pág. 125.
30. Porque, para
avanzar, la ciencia necesita de algo real, de algo que ‘esté ahí’, de algo de
lo que no forman parte, precisamente, los orígenes. Los orígenes de algo son la
emergencia de alguna cosa en ausencia de esa misma cosa. Se trata, pues, de un
punto de encuentro entre el ser y la nada, cuando todavía no hay nada y algo
llega a ser. Pág. 131.
31. ¿Cuál es el
verdadero origen del tiempo cosmológico? ¿Cómo se puso en marcha? Pág. 133.
32. Un buen día de
1922, en respuesta a una pregunta de Bergson, Einstein afirmó: ‘no hay un
tiempo de los filósofos; hay un tiempo psicológico, diferente del tiempo de los
físicos. Pág. 137.
33. (Refiriéndose al
tiempo psicológico) Para captarlo, lo mejor no es recurrir a la experiencia del
tedio, sino a esa otra que recomendaba Valéry: ‘Esperad a tener hambre. Privaos
de comer y veréis lo que es el tiempo.’ Pág. 137.
34. Lo sabemos desde
Freud: la conciencia no es la dueña de la casa. Pág. 147.
35. Todo sucede como
si el inconsciente no reconociese ni el curso del tiempo ni la causalidad a él
asociada. Pág. 149.
36. De ahí, y muy
especialmente, la celebración del amor inmortal como barricada contra el tiempo
destructor: ‘lo que haya amado, lo haya retenido o no, lo amaré siempre’ dice
André Breton. Pág. 152.
37. Porque ‘es propio de la naturaleza de la
Razón - como cabalmente explicaba Spinoza – percibir las cosas bajo una cierta
especie de eternidad’. Es como si lo inteligible y lo eterno debieran ir
siempre de la mano. Pág. 155.
38. Dicha cuestión se
plantea porque el tiempo parece ser, a la vez, aquello que hace que las cosas
duren, y aquello que hace que nada perdure para siempre. Pág. 156.
39. En los sistemas
vivos, por el contrario, parece que, con el paso del tiempo, los intercambios
con el exterior se vuelven menos eficaces, la renovación de las células va más
despacio, como si se produjera un cierto deterioro de los mecanismos que lo
hacen posible. Pág. 158.
40. (Nota 38) En los Principia, Newton definirá con claridad el tiempo de la
física: “El tiempo absoluto, real y matemático, sin relación con nada externo,
fluye de manera uniforme y lo llamamos duración”. Pág. 167.
41. (Nota 64) Como ya
señalase Bertrand Russell, ocurría con el concepto de causa lo mismo que con la
monarquía británica, a saber, que se la había mantenido vigente por suponer,
erróneamente, que no es causa de ningún perjuicio. Pág. 169.
42. (Nota 79) Esta
rigidez del pasado ha resultado indiscutida desde siempre. Tan inconcebible
resulta dicho poder que hasta los más atrevidos teólogos pusieron límites a la
omnipotencia divina, al no reconocer a Dios el exorbitante poder de borrar o
modificar el pasado a su gusto, de volver a escribir la historia de otra
manera, de hacer tabla rasa del mundo. Ni siquiera Dios, reconocía Descartes,
por ejemplo, en su faceta más ‘todopoderosa’ puede hacer que lo que fue no haya
sido. Luego, todo acontecimiento pasado es verdadero para siempre. Pág. 170.
43. (Nota 162) “Para
no sentir el horrible peso del Tiempo que os destroza los hombros y os inclina
hacia la tierra, debéis embriagaros sin tregua. Pero, ¿con qué? Con vino, con
poesía o con virtud, como gustéis. Pero, ¡no dejéis de embriagaros!” (Charles
Baudelaire). Pág. 180.
1-8-2016/ET
Gracias don Eduardo. Estaba echando de menos sus comentarios literarios.
ResponderEliminarEsta vez, es un libro denso. Me gustan más aquellos propios de la vida real, cotidiana, que nos muestra diferentes formas de ver la vida bajo una perspectiva en que nos sentimos ser parte de los protagonistas del libro.
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