POLÍTICAS INTEGRADORAS PARA POTENCIAR ALGARROBO

Artículo de Opinión

(Las opiniones vertidas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las emite y no representan necesariamente el pensamiento ni la línea editorial de este Diario)

El desarrollo armónico de una Comuna pasa por una mirada de integración y por el desarrollo cualitativo de todos los miembros de dicha Comuna

Carmen Salazar López

Profesora y candidata Concejal-B.7

Que el desarrollo de Algarrobo pasa por las personas, no es un eslogan de campaña, es un deber moral de quienes ejercen cargos de representación pública, especialmente si estos cargos son de elección popular.  Pero también es un deber moral de quienes trabajan con las personas en los distintos ámbitos de la sociedad; el desarrollo productivo, la educación, la salud, entre otros.

En el caso de los municipios, éstos son los gobiernos locales más próximos a la población.  Son ellos quienes no solo deben aterrizar las políticas públicas y generar las condiciones para que éstas se concreten, sino que deben también ser un ejemplo de gobernanza para otros municipios y por qué no decirlo, para el país.  Es deber de los municipios, es decir los gobiernos locales pensar, diseñar, gestionar, articular y fomentar el desarrollo de sus ciudadanos en función de una mejora permanente en su calidad de vida. 

Quisiera, a través de una bajada concreta que nace del ejercicio de mi propia profesión como educadora, ilustrar como esta idea del desarrollo de las personas se traduce en algo que para algunos puede ser fuera de contexto, pero si siguen la argumentación de su relato podrán lograr un acercamiento de su relación con la gran idea fuerza que subyace, el desarrollo humano como eje articulador del desarrollo de una sociedad más justa.

Durante el proceso de planificación de una clase, todo profesor sabe que no solo tiene que determinar las actividades que va a desarrollar y cómo se harán, sino que sabe que también enfrenta otros múltiples dilemas.  Por ejemplo, por un lado debe asegurar que sus alumnos aprendan ciertos conceptos específicos determinados por el currículum nacional, pero también debe lograr que sus alumnos adquieran una serie de habilidades y actitudes que les permitirán desarrollar formas de razonamiento o pensamiento, valores y conductas sociales, entre otros, para generar condiciones propicias que permitan a los alumnos ampliar su rango de posibilidades reales no solo para surgir positivamente en la vida sino que para convivir con los otros de manera armónica y solidaria.  Todo esto, sin duda alguna, lo tiene un profesor en su cabeza cuando piensa en la próxima clase a impartir.

Este ejemplo concreto es parte de un gran engranaje, los procesos educativos.  Ellos, al igual que cualquier otro proceso social, son complejos. Se debe aprender a relacionar los múltiples elementos que permitan, con una cantidad siempre limitada de recursos, lograr una combinación de objetivos lo más amplia posible. En la escuela si una actividad sólo permite conocer la materia, es decir saber los conceptos, pero no adquirir habilidades de pensamiento o a relacionarse con los otros en el plano social, entonces la planificación de esa clase fue insuficiente. Es necesario abarcar los diversos objetivos que señalan los programas de estudio y las necesidades de los alumnos.

Al igual que este ejemplo que proviene de las escuelas, el Plan de Desarrollo Comunal (PLADECO) de la municipalidad debe también integrar los múltiples aspectos que se relacionan cuando un gobierno local se plantea resolver los problemas de la población o desarrollar políticas públicas.  Es necesario comprender, por ejemplo, que se deben  integrar las políticas de desarrollo social con las de educación, salud, fomento productivo y tantas otras más. Esas políticas deben conversar unas con otras. A modo de ejemplo para aterrizar esta idea, no se puede esperar que se desarrollen programas para el adulto mayor sin también paralelamente abordar tema de veredas y calles que son inapropiadas para el tránsito de los adultos mayores o el tema de una pobre locomoción pública que deja de lado a muchos adultos mayores por ser inaccesible para ellos.  Entonces vemos que los programas de desarrollo de los adultos mayores tienen necesariamente que conversar con obras públicas, vivienda y plano regulador de la comuna. No se puede esperar que un programa para los adultos mayores tenga éxito si no considera las múltiples aristas que se interrelacionan con él.

El desarrollo armónico de una comuna pasa por una mirada de integración y por el desarrollo cualitativo de todos los miembros de dicha comuna.  Este es un ejemplo de aporte concreto que el equipo de concejales que sea electo puede entregar a su municipio, velar por una concepción de desarrollo que profundice en los temas para que las respuestas que del municipio nazcan rompan el paradigma al que nos hemos acostumbrado, parchar hoyos y apagar incendios, y construyamos un paradigma distinto el de construir con altura de mira pensando en el futuro que será el presente del mañana. 

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