Para quienes gustan de la buena literatura
Boletín literario preparado por Eduardo Trucco B. (*) en
el cual ofrece una selección de párrafos, invitando a compartirlos y comentar.
“TEORÍA DEL VIAJE”. Poética de la geografía. Michel Onfray. Edición
Taurus, Buenos Aires, 2016. Pensador francés. Onfray convierte el viajar, uno
de los sencillos placeres de la vida, en un estimulante tema de reflexión.
Además de ser una invitación a soltar amarras, este libro tiene el poder de
prolongar la emoción y el sabor del viaje a través de la filosofía y la
literatura, de la historia y la mitología. Teoría del viaje es una declaración
de guerra a nuestra tendencia a cuadricular y cronometrar nuestra existencia, y
una brillante hoja de ruta para quienes quieran sentirse viajeros y no
turistas.
2. Aparecen las iglesias, las
catedrales y los campanarios indispensables para ritmar los tiempos del
trabajo, de la oración y del ocio. Pág.13.
3. El agua de los arroyos, que
corre, inasible y viva, contra la condición mineral de las piedras muertas.
Pág. 14.
4. …se dice – aunque el Nuevo Testamento
permanece silencioso al respecto – que un individuo sin nombre, innombrado y en
trance de hacerse innombrable, no quiso dar de beber al hombre que iba camino
de su crucifixión. Por esa razón, el avaro que no ofreció ni un trago de agua
al sediento fue maldecido y condenado, él también, a la maldición y a la
errancia por los siglos de los siglos. Pág. 15.
5. Todas las ideologías
dominantes ejercen su control, su dominación, entiéndase su violencia, sobre el
nómada. Pág. 16.
6. Viajar supone por tanto
rechazar el empleo del tiempo laborioso de la civilización en beneficio del
ocio inventivo y feliz. Pág. 17.
7. Marcharse, acomodarse al paso
de los pastores, es experimentar un género de panteísmo extremadamente pagano y
es volver a encontrar la huella de los antiguos dioses – dioses de las
encrucijadas y del azar, de la fortuna y de la ebriedad, de la fecundidad y de
la alegría, dioses de los caminos y de la comunicación, de la naturaleza y de
la fatalidad – y romper las amarras con los obstáculos y las servidumbres del
mundo moderno. Pág. 18.
8. (Refiriéndose al nómada, al
viajero) Él y su utilización del mundo, el resto no cuenta: por eso procede de
los desterrados y los recusados. Cuando se pone en marcha, obedece a una fuerza
que, surgida de su vientre y de las profundidades de su subconsciente, le
coloca en el camino, le da el impulso y le abre el mundo como un fruto exótico,
raro y dispendioso. Desde los primeros pasos, hace realidad su destino. Pág.
19.
9. En el registro elemental de
los presocráticos, cada uno puede descubrirse portador de una pasión por el
agua, la tierra o el aire, circulando el fuego por el cuerpo mismo del viajero.
Pág. 24.
10. Existe siempre una geografía que corresponde a un temperamento.
Falta encontrarla. Pág. 25.
11. Soñar con un destino es obedecer al mandato que, en nosotros,
expresa una voz extranjera. Pág. 26.
12. Llegar a un lugar del que se ignora todo condena a la indigencia
existencial. Pág.30.
13. De cara a la eternidad, la geografía triunfa, la historia se reduce
a la espuma. Pág. 32.
14. Pues el poeta más que ningún otro instala su cuerpo subjetivo en
medio del lugar frecuentado por su conciencia y sensibilidad. Pág. 35.
15. Leer un poema permite acceder al imaginario de una subjetividad
infundida por el lugar. Pág. 36.
16. La realización de un viaje formula una comunidad singular: allí donde
el amor parece frágil, dependiente del hábito de los cuerpos carnales, la
amistad conoce una auténtica fuerza, despreocupada e independiente de los
tormentos amorosos. Pág. 53.
17. Viajar supone menos el espíritu misionero, nacionalista,
eurocéntrico y estrecho, que la voluntad etnológica, cosmopolita,
descentralizada y abierta. El turista compara, el viajero separa. Pág. 65.
18. Un buen viajero confiesa una capacidad de registrar las mínimas
variaciones, es sensible a los detalles, a la información microscópica. Pág.
68.
19. El viajero necesita menos una capacidad teórica que una aptitud para
la visión. El talento para racionalizar es menos útil que la gracia. Cuando la
posee, el nómada-artista sabe y ve como visionario, comprende y capta sin
explicaciones, por impulso natural. Pág. 69.
20. Uno no puede separarse de su ser, que nos habita y nos persigue como
una sombra inseparable. En los viajes, ese ser quiere y ve, manda y decide.
Pág. 72.
21. ¿Cuántos rodeos y por qué lugares, antes de saberse en presencia de
aquello que alza un poco el velo del ser? Pág. 87.
22. Los trayectos de los viajeros coinciden siempre, en secreto, con
búsquedas iniciáticas que ponen en juego la identidad.
23. Todo viaje es iniciático; de modo parecido, una iniciación no deja de
ser un viaje. Antes, durante y después se descubren verdades esenciales que
estructuran la identidad. Pág. 88.
24. Ni rechazo, ni celebración de uno mismo, sino sabio rodeo por el
mundo para arribar a un justo conocimiento de la propia identidad íntima. Pág.
91.
25. De este modo, pasa formar parte de una ascesis metafísica y conduce
al camino que lleva a la apropiación alegre y feliz de la propia vida.
26. Lejos de ser una terapia, el viaje define una ontología, un arte del
ser, una poética propia. Pág. 92.
27. Los filósofos de la Antigüedad griega conocían la función formativa
del desplazamiento. Pág.95.
28. Las leyes de la hospitalidad lo dicen; bajo un techo, la protección
es algo debido. Pág.104.
29. Una poética de la geografía supone ese arte de dejarse empapar por
el paisaje, además de una voluntad de comprenderlo, de ver en él las
disposiciones, antes de partir hacia las regiones lúdicas donde el poeta sigue
al geógrafo y al filósofo, como complemento, no como enemigo. Pág. 129.
30. La pasión del viaje no abandona al cuerpo de quien ha experimentado
los violentos venenos del cambio de aires, de la expansión del cuerpo, de la
soledad existencial, de la metafísica de la alteridad, de la estética
encarnada. Pág. 133.
31. …no morir bajo un techo, sino fuera, bajo el cielo o las estrellas,
viviendo.
32. …confiar, cuando se tiene esa
suerte, en las invitaciones ofrecidas para surcar el planeta, aceptar los
sueños de la infancia, acceder al anhelo de otro lugar de una persona querida,
partir siguiendo el rastro de un poeta, de un filósofo o de un artista amados…
Pág. 136.
33. La prosa del mundo se puede descifrar, según la lección del filósofo
borgoñés (Bachelard), a la manera del agua, de la tierra, del fuego, de las
nubes, de los sueños, de las fantasías, de un granero, de una casa, de una
caracola, de la llama de una candela o de un fuego. O de un poema. Pues el
poema del mundo requiere sin cesar de propuestas de desciframiento.
Comentario del
libro, por Javier Mattio (argentino, escritor y crítico literario).
En el
ensayo Teoría del viaje, el pensador francés Michel Onfray comprime la esencia
de toda travesía a la vez que ofrece un mapa para escrituras y trayectos
posibles. Compendio de reflexiones en torno a la esencia de todo viaje y a la
escritura posible de ese trayecto, Teoría del viaje de Michel Onfray es también un pequeño y placentero viaje y una sugerente
invitación a hacer las valijas.
Con
espíritu elocuente y de a ratos poético, Onfray delinea conceptos y se pelea
con algunas ideas (para él la experiencia activada por el viaje sigue siendo
posible) y le rinde homenaje a ese pasaje que no es más que la búsqueda y la
escritura de uno mismo, un trazado espacial en un mapa existencial, y de allí el
subtítulo “Poética de la geografía”.
Coherente
con su línea ética hedonista, atea e individualista, Onfray propone una
travesía profunda pero placentera donde la figura del nómade se antepone a todo
status quo político, cultural o religioso de raíz territorial. De todas
maneras, el sedentarismo del domicilio que se deja y al que inevitablemente se
regresa y el mundo comprimido a priori en la biblioteca son el contrapunto
necesario que completa el viaje.
El filósofo
distingue entre el viajero y el mero turista, alaba las virtudes modernas del
avión y rescata el viaje con un amigo por encima de que se lleva a cabo en
solitario o en pareja. También celebra la diversidad del campo y la naturaleza
por sobre las ciudades globalmente similares del siglo 21 y pondera la visión,
la inocencia y la intuición del poeta contra el saber condicionante y
prejuicioso del especialista académico.
Antes que
souvenirs digitales, Onfray exige el registro artístico para dar mejor cuenta
del viaje realizado, con la palabra escrita por encima del dibujo o la
fotografía. En ese sentido, Teoría del viaje puede funcionar como un manual de
instrucciones para el viajero armado de bitácoras, un mapa con los puntos
cardinales claves para una escritura (y un viaje) posibles. O, también, como
una lectura para abordar en la incertidumbre feliz del tránsito.
Del autor: Michel
Onfray (1959) filósofo francés ha escrito una treintena de libros en los que
formula un proyecto hedonista ético. Fundador de la Universidad Popular de Caen
(Francia). Cree que no hay filosofía sin psicología, sin sociología, ni
ciencias. Un filósofo piensa en función de las herramientas de que dispone; si
no, piensa fuera de la realidad.
Forma parte de una línea de
intelectuales próximos a la corriente individualista anarquista, intentando entroncar
con el aliento de los filósofos cínicos (Diógenes), y epicúreos (Epicuro).Según él, la educación nacional enseña la historia oficial de la
filosofía y no aprender a filosofar.
(*) Eduardo Trucco Burrows,
es abogado de la U. de Concepción. Reside en Algarrobo, en el condominio
“Campomar” (camino a Tunquén).Ha estado ya casi dos años interviniendo por la
defensa y protección de los ecosistemas de la playa de Tunquén, contra la
invasión de inmobiliarias y demás personas que no tienen escrúpulo alguno en
destruir toda la playa, el humedal y el santuario de la naturaleza. Lo que se
presenta es un trabajo sencillo: leer obras escritas en español, subrayar lo
que nos parece interesante, bello, atractivo, divertido o sorprendente;
enseguida, haciendo una cuidadosa selección de todos los párrafos que se ha subrayado,
se traspasan las citas – generalmente sin comentarios – al boletín.
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Que agradable encontrarme con esta nota sobre este libro tan interesante con un ángulo de visión poco transcurrido e intimo... Lo felicito Sr. Trucco por su elección
ResponderEliminarGrata sorpresa encontrar en diario comunal una seccion cultural. Buenisimo todo. Frases para pensar y ver que tipo de viajeras somos
ResponderEliminarImportante que este diario le de espacio al arte de las letras. Esta vez nos da tema para reflexionar. La filosofia tan olvidada en una cultura del consumismo y exitismo individual.
ResponderEliminarCuando una tiene problemas cree que viajando lo deja en casa, guardado, pero no es así, lo llevamos igual en una parte de la cabeza:
ResponderEliminar20. Uno no puede separarse de su ser, que nos habita y nos persigue como una sombra inseparable. En los viajes, ese ser quiere y ve, manda y decide.
Vivimos siempre contra el tiempo y no dejamos nada para nosotros por eso escojo el pensamiento 6. Viajar supone por tanto rechazar el empleo del tiempo laborioso de la civilización en beneficio del ocio inventivo y feliz.
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