CARTA DESDE EL CORAZÓN

Documento testimonial y grito de esperanza de dirigente artesanal, extraído del Facebook de la Agrupación Cultural y Artesanal “Pueblo de Artesanos Humedal San Jerónimo” de Algarrobo

“Aunque nos hayan discriminado por no nacer en Algarrobo, somos ciudadanos y cuidadores de la tierra, agradecidos del día y la noche y que, sin segundas intenciones, hemos intentado hacer lo mejor para ese espacio que es nuestro y de todos” - Razinne Docmac

Carta desde el corazón

Razinne Docmac

         Pertenezco al Pueblo de Artesanos Humedal San Jerónimo, ubicado en el paseo El Peumal de Algarrobo, y me dirijo a ustedes ya que hoy estamos viviendo el desalojo de nuestras instalaciones, para darle cabida una infraestructura que limita los espacios para compartir, mata el fuego sagrado, derrumba lo que tanto nos ha costado engendrar y nos disuelve como agrupación, al no contemplar los suficientes espacios para todos los integrantes.

A partir de ello, como secretaria de la Directiva, he intentado encontrar las palabras y la forma de dirigirme al resto de las personas,  para comunicar lo que nos está sucediendo. Como una forma de llamar la atención, de pedir auxilio ¡Ayuda!

Lo he pensado durante días. Vienen y van las ideas de mi mente, hasta que por fin entendí nuestra raíz:¡ somos!.

          Somos, es una palabra que describe nuestra esencia, una agrupación autogestionada, que se ha dedicado con amor a rescatar un espacio que fue abandonado por la Municipalidad y que con mucho esfuerzo se le inyectó energías, dedicación, horas, meses, años y más, por crear un espacio amigo con el medio ambiente, rico culturalmente, gratuito, para que nadie se quedase sin un pedacito de este rincón en el litoral.

Nuestros corazones están destrozados frente a tanta frialdad que se visualiza de los altos mandos, donde el poder y el dinero son más fuertes  que fas necesidades y esfuerzos gestados por su propio pueblo y, es decir, su pueblo, ya que aunque nos hayan discriminado por no nacer en Algarrobo, somos ciudadanos y cuidadores de la tierra, agradecidos del día y la noche y que sin segundas intenciones hemos intentado hacer lo mejor para ese espacio que es nuestro y de todos.

Somos una agrupación que lleva gestándose por 8 años y que hoy se encuentra más fuerte que nunca, porque hemos visto lo capaces que somos, lo fuerte que somos y que sin ayuda de nadie más que de nuestra comunidad, logramos crear un sitio mágico, familiar, de alegría, de respeto y por sobre todo, lleno de amor; que sin duda se ha visto boicoteado por seres que no logran pulsar en esa energía. Pero no hay rencor, no hay rabia, solo nuestras palabras al viento que con lágrimas hacemos nuestro mar un poco más grande.

Somos un grupo de artesanos, de artistas, de humanos, que queremos el bien para nuestra sociedad, que vemos como nuestro mundo se cae a pedazos si no empezamos a preocupamos por él. Si, desinteresadamente cuidamos los lugares que nos otorga la tierra, podremos convertimos en los guardianes  de nuestro planeta.

Somos un grupo de trabajadores, que sin duda hemos gestado un espacio para poder hacer nuestro arte y así ser contribuidos y poder generar nuestra subsistencia en este sistema.

Somos una agrupación de personas que semana a semana limpiamos ese pedacito de tierra, lo plantamos, lo construimos a partir de la reutilización de materiales, nos organizamos para estar siempre presentes. Sacamos de nuestros bolsillos lo que fuera necesario, lo convertimos en un punto limpio y en uno de encuentro de las artes, dedicamos nuestros fines de semana para ver crecer esa tierra que nos ha contribuido en la evolución de nuestro espíritu, y aunque perdamos esta batalla, la fortaleza engendrada en nosotros nadie podrá arrancarla, ya que hemos descubierto el poder de generar belleza a pesar de las dificultades de desenmascarar a aquellos que se visten dé trajes vociferando el bien, pero que en sus acciones se vislumbran las incoherencias, pero se entiende, porque no se conectan con el corazón, por ende es difícil pedirles que entiendan como palpitan los nuestros, los cuales son el motor que sustenta todas las actividades que se realizaron en el lugar y que, poco a poco, se han posicionado en la zona y han generado un cambio, insignificante -para algunos-, pero majestuoso para muchos.

Estas son palabras de un alma que se ha enfrentado a la decepción, a la ambición, a la mentira, a la frialdad, pero también a toda la luz que conlleva esa oscuridad, por lo que debemos ser pacientes, ya que el despertar está llegando y en nuestro ímpetu, debemos  esperar que todos aquellos que no lo han logrado aún, puedan sacar el velo de sus ojos y empezar a crear un mundo más sustentable, compañero, responsable por sobre todo con más amor.

¡Viva el Pueblo de Artesanos Humedal San Jerónimo! Viva cada socio, cada invitado, cada visitante, cada animal, cada planta, cada espíritu, cada palabra, cada gesto, que hizo y hace de este lugar un espacio único  en nuestra zona. ¡VIVA!

Razinne Docmac. Secretaria Pueblo de Artesanos  Humedal San Jerónimo

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