Diario El Mercurio de
Valparaíso
Entrevista a Roberto Izikson gerente de Comunicaciones de CADEM
(Encuestas)
Reporteado por Claudio Ramírez
A menos de dos semanas de las
elecciones, varios temas comienzan a aparecer respecto a lo que sucederá el 19
de noviembre. A la lectura de las últimas encuestas que pudieron ser
divulgadas, los análisis copan hoy la agenda informativa.
"Lo más probable es que
el 48% de los inscritos vote, en el escenario más pesimista lo hará el 43% y en
el más optimista, un 52%", comenta el gerente de Asuntos Públicos y
Comunicaciones de Cadem y cientista político, Roberto Izikson, que fue uno de
los expositores en el Desayuno Socios de la Cámara Regional de Comercio de
Valparaíso (CRCP): "El futuro hoy".
- Usted señala que uno de los temas principales que debe ser abordado
por la política es reencantar a la gente. ¿Cómo explica eso?
- Chile está viviendo un
proceso de desafección de lo público y eso es evidente, o sea, los datos son
consistentes, son contundentes y, en cambio, el mercado pareciera estar
floreciendo por todos lados: los emprendedores, la asociatividad, la economía
colaborativa. Por alguna razón nuestra política todavía funciona con la lógica
de un país pobre, en cambio tenemos un mercado viviendo en este país de clase
media que quiere ser desarrollado. Entonces la pregunta es cómo empezamos a dar
espacio a una nueva generación en la política que venga con una mirada distinta
y nueva.
- Pero hay políticos jóvenes...
- Hoy tenemos políticos Sub 35
y Sub 30, pero que persisten en tener lógicas del pasado. Entonces, dónde está
la gente nueva que quiere hacer nuevas cosas, quién quiere ser el Uber o el
Airbnb de la política, quién nos presenta algo distinto, algo novedoso. En el
debate de ayer (el lunes) vimos los mismos discursos, las mismas ideas y en
general nada nuevo. Nadie arriesga ni nadie plantea algo diferente. Hay
problemas con la demanda, pero la demanda no reacciona porque no hay oferta.
- Usted se refiere a una disociación entre lo que quiere la gente y lo
que piensan los políticos...
- Creo que, efectivamente, la
política no sabe lo que quiere la gente. O sea, no sabe cómo relacionarse hoy
en día con este nuevo personaje, incluso creo que le tiene miedo. Siente temor
frente a la opinión pública, no la comprende y el mismo político se frustra
producto de los malos resultados. Vemos cómo los candidatos reaccionan a los
resultados de las encuestas, hay frustración, incomprensión y, por ende, es más
fácil echarle la culpa al termómetro, que está malo.
- ¿Y hacia dónde apunta el problema entonces?
- El problema no es el
termómetro, sino que es cómo logramos generar esa nueva forma de hacer
política. Esto tiene que ver con cómo nos comunicamos, con las redes sociales,
con Whatsapp, con el cómo colaboramos y también, desde mi punto de vista, tiene
que ver con el cómo traemos este Estado al siglo XXI. En esa línea, creo que la
reforma modernizadora o una nueva constitución, puede ser el camino correcto.
Un transantiago- ¿Y qué opina de la propuesta de regresar al voto
obligatorio, al ver los bajos niveles de participación?
- Considero que la propuesta
del voto obligatorio, en el fondo, sólo va a generar un efecto similar al del
Transantiago y es que haya evasión, o sea, es tapar el sol con un dedo. Creo
que lo que tenemos que iniciar es una serie de políticas públicas que permitan
modernizar el Estado y corregir deficiencias.
- ¿Cuáles, por ejemplo?
- Por ejemplo, el 4 años sin
reelección. Yo en lo personal, y creo que la mayoría de los chilenos, estuvo de
acuerdo con el fin del binominal, pero aprobamos un peor sistema electoral.
Creamos un monstruo que sólo va a reproducir elecciones permanentes con más
diputados y senadores, que era la única forma de romper este binominal. Hoy
estamos haciendo malas leyes, malas políticas públicas, estamos aprobando todo
en la medida de lo posible.
- ¿Y qué es lo que se requiere para cambiar este escenario?
- Pienso que lo que hoy
necesitamos es que al menos haya un tipo de consenso sobre el país que queremos
ser. Yo me pondría ciertas metas. Sabemos que Australia o Dinamarca son países
desarrollados o Alemania, entonces esa es la pregunta: cómo queremos ser. Los
países que dieron el salto al desarrollo ya conocen la fórmula, no creo que
haya que andar inventando la rueda, pero más bien tenemos que ponernos de
acuerdo porque son distintos. Ser Australia no es lo mismo que ser Dinamarca o
Alemania. Hoy no está claro, incluso algunos quieren ser Venezuela.
- ¿Faltan liderazgos? Porque todos los candidatos presidenciales y las
figuras de la política tienen una aprobación menor al 50%…
- Va a pasar algo interesante,
porque si Piñera gana la elección presidencial vamos a completar 20 años con
sólo dos Presidentes de la República. Al final hubiera sido mucho más fácil,
que se hubiera elegido y reelegido uno inmediatamente y después que viniera el
otro para así dar mayor continuidad. Hubiese sido incluso más ordenado como
país. Entonces lo que viene ahora es un proceso interesante, porque pase lo que
pase, el presidente que venga después va a ser nuevo y por lo tanto allí hay
una oportunidad de generación de nuevos liderazgos y la pregunta es si la
política va a tener la capacidad de producirlos o la ciudadanía de instalarlos,
pero eso tampoco lo veo. Es decir que nazca desde los barrios, en fin, algo que
tampoco ocurre.
Impredecible- en el caso de la región de Valparaíso, ¿cómo aprecia la
elección senatorial, donde hay varios nombres ilustres postulando al cargo?
- A nivel senatorial está
bastante claro lo que va a ocurrir en casi todo el país, menos en la Región de
Valparaíso, donde yo creo que hay un nivel de incertidumbre súper grande.
- ¿Por qué, a su juicio, existe ese grado de incertidumbre respecto a
quienes serán finalmente los elegidos?
- Primero, porque es la más
grande que está en competencia hoy, la más emblemática y donde el grado de
competitividad es muy alto. Además, tenemos el efecto de la división de la
Nueva Mayoría y la DC; en el caso de Chile Vamos tenemos algo de división, por
ejemplo está el caso de Lily Pérez que va por fuera. Por lo tanto, el sistema
político está muy tensionado. Además, la unión de la Cordillera con la Costa
genera un megaterritorio donde los fuertes de la Cordillera no necesariamente
lo son en la Costa y viceversa. Todo eso hace que el escenario esté
completamente incierto hoy día.
- Desde ese punto de vista, ¿es imposible hacer una predicción más o
menos certera en esta senatorial?
- Creo que va a ser imposible
de predecir, porque cualquier cosa puede ocurrir. Uno podría tratar de reducir
esto a siete nombres para cinco cupos, pero no sabemos quiénes van a ser al
final esos cinco que van a ser elegidos por la ciudadanía.
- Se ha hablado también del "turismo electoral". ¿Eso, a su
juicio, influirá en los resultados?
- Quizás eso pueda ocurrir más
a nivel distrital, pero a nivel senatorial no ocurre mucho, pues la mayoría ha
hecho su trayectoria acá mismo. No creo que tenga un efecto, salvo en el caso
de Isabel Allende que viene de otra región, pero el padre también estuvo ligado
a esta zona. No veo en realidad ese factor, más bien lo que veo es la tensión
propia de un nuevo sistema político y con nombres que tienen peso específico
que pueden quedarse fuera. Al menos tres pesos pesados van a quedar al margen
del parlamento.
Fuente: Diario El Mercurio de Valparaíso. Edición 8
Noviembre 2017. Página #8
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