UN BUEN CAFÉ ALGARROBINO.

Artículo de Opinión. Actualidad Nacional

(Las opiniones vertidas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las emite y no representan, por tanto, el pensamiento ni la línea editorial de este Diario) 

Sergio Carrasco Gouet

Mirando el mar de Algarrobo desde una vista privilegiada y después de un distintivo almuerzo de camaradería de amigos de universidad -desde hace más de cincuenta años-, llegó la hora del tradicional café. Oportunidad en la que cada uno comparte sus vivencias, experiencias e inquietudes. Espacios de tiempo de la genuina amistad en la que está presente la sinceridad, la tolerancia y la prudencia, propia quienes tienen ya un escaso pelo blanco.

Diferentes caminos que cada uno siguió en su vida y distintos credos e ideas políticas, animaron la conversación. Al segundo café nos entusiasmamos y nos preguntamos cuál de los dos candidatos presidenciales le haría mejor a Chile.  

En mi caso, les cité una columna de Carlos Peña que había leído hace poco, la cual dice textualmente “es realmente notable esa convergencia de puntos de vista que se observa hoy entre las candidaturas”. Supongo que el señor Peña se refería al diagnóstico, porque son indudables las diferencias entre las propuestas de ambos candidatos para superar las deficiencias del país, al menos en cuatro materias: educación, salud, seguridad pública y previsión social.

Para avanzar en esos temas es necesario un paso previo. La sociedad chilena necesita un gobernante que sea capaz de infundir credibilidad, necesita un líder ético que tenga una conciencia recta y fundamentada en valores y virtudes, especialmente en tres: la verdad, la justicia y la prudencia.

Para la virtud de la verdad, es de suma importancia la transparencia en las obras. Todo acto del líder político en el marco de la institucionalidad, debe buscar el bien social, por ello es reprochable todo acto indebido y egoísta. Como principio ético, la verdad aborrece la mentira, ya que se presta para estar al servicio del engaño, dañando a una sociedad, y generando desconfianza.

La justicia es una virtud que rige las relaciones humanas. Es la que orienta al hombre a dar a cada uno lo suyo de acuerdo a lo justo y a su derecho; propicia un ambiente sano, libre de corrupción, de inequidades y desigualdades. Es la condición de posibilidad de una auténtica paz que ciertamente todos deseamos y buscamos.

La virtud de la prudencia nos ayuda a evitar tomar medidas por defecto o por exceso. Es decir, las personas prudentes tienen siempre presente la máxima de actuar con los demás del mismo modo que desearían que los demás actuasen con ellas. La persona prudente hará el bien, el mismo que quiere recibir, y no hará el mal, aquel que no quiere padecer.

La verdad, la justicia, la prudencia, virtudes propias del líder ético, harán de Chile un país donde sobreabunde una mejor convivencia y desarrollo humano en cuanto al progreso y bienestar social, desde el respeto y consideración hacia todo ser humano.  La persona debe ser el centro de todo el quehacer de la sociedad y no números estadísticos ni anónimos consumidores.

A través de lo expuesto manifesté a mis amigos que ahí está la diferencia entre ambos candidatos. Visiones y valores, necesarios para recuperar las confianzas, para seguir profundizando en los cambios que permitan al país alcanzar un bienestar social y superar los déficits que tenemos como sociedad en diferentes ámbitos. Un líder ético e independiente, permitirá que en este nuevo ciclo, los partidos logren interpretar a la ciudadanía.

Al terminar el segundo café, en ese maravilloso paisaje de Algarrobó, único por su mar, aire, tranquilidad y extensas playas de arena blanca, quedamos atrapados en un dilema. Diferentes experiencias, testimonios, intereses y proyecciones personales, quedaban sumergidos en el proceso de evaluación de quienes fuimos formados y crecimos con una educación y conciencia ciudadana algo olvidada, para tomar una decisión de quien creíamos que mejor reunía los rasgos del líder que más de acercaba a la visión y valores que antes he explicado. No me corresponde expresar lo que cada uno haya resuelto, pero en cambio yo puedo hacerlo a través de la oportunidad que me brinda este diario algarrobino. Lo haré por líder ético, independiente, antofagastino y también algarrobino.

Quizás, aprovechando la oportunidad que brinda este diario de poder compartir opiniones, pienso que después de este artículo, los lectores puedan dar sus opiniones con un buen café, que en Algarrobo hay ya, una gran variedad de alta calidad, y doy el dato para todos aquellos que visiten Algarrobo.

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