Reproducimos información del diario El
Mostrador (23 Mayo 2017)
Nuevo espectáculo de El Circo del Mundo, La Sangre de la Tierra.
Debe destacarse que cuando vemos a este circo moderno y sus artistas, estamos
frente a una de las pocas escuelas artísticas de nuestro país, sustentadas a
través de aportes públicos y autogestionados, para rescatar el oficio del circo
de línea de "nuevo circo" francés, y enfocada en ser un aporte real
en una de las comunas más complejas de Santiago, como es Lo Prado.
La escuela El Circo del Mundo
ofrece a niños y jóvenes talleres, clases extra-programáticas y una escuela
formación técnica de este arte, ayudando a tener alternativas de ocio a través
del circo. Su labor pedagógica, artística y social ha sido ampliamente
reconocida, en incluso este 2016 recibieron un reconocimiento de la Academia
Chilena de Bellas Artes del Instituto de Chile.
Este montaje, el número 8 de
la compañía profesional, es una experiencia realmente bella y conmovedora. Está
excelentemente dirigido por el director de circo canadiense y uno de los
fundadores de El Circo del Mundo en Chile, en el año 1995, Alain Veilleux.
Él mismo dirigió el primer
montaje profesional de la compañía, "ZirkoZita", que es el primer
espectáculo de nuevo circo en Chile, y volvió especialmente para hacerse cargo
de este. La Sangre de la Tierra nos lleva a sentir el mundo del vino y las
vides, bajo una perspectiva poco habitual como público. Sentados en graderías
alrededor de un gran hoyo-barrica en el que se suceden distintos cuadros
circenses, y que nos deja a la altura de gran parte de las destrezas que
transcurren en el aire.
La sensación es que estamos
frente a un espectáculo que conjuga muy armónicamente el lenguaje del circo con
el teatro y la danza contemporánea, donde también tiene responsabilidad la
actriz y profesora Camila Osorio, en la dirección de actores.
La Sangre de la Tierra nos
cuenta además pasajes olvidados de nuestra historia, como la participación de
los esclavos africanos en las primeras plantaciones y cosechas de uva, tanto en
Chile como Mendoza. Y por supuesto nos hace un recorrido por las distintas
emociones que produce el vino durante su dulce embriaguez, como es el amor, la
melancolía, la amistad y la tristeza.
El elenco está compuesto por destacados
y talentosos jóvenes que realizan distintas especialidades (acrobacia,
malabares, payasos, ballet), sin embargo el trabajo de dirección y la
compenetración de ellos mismos, nos lleva a disfrutar de un montaje fluido y
muy cohesionado, con los momentos de humor propios del circo que encantan a
grandes y chicos.
Hay escenas que se roban la
noche, como el dúo de cinta aérea entre Alexis Carrasco y Valentina Weingart
que es realmente arrobador.
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