ALGARROBO DA UN PASO IMPORTANTE EN LA DEFENSA DE SU PATRIMONIO NATURAL

Artículo de Opinión

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El Parque -hasta hoy- parece libre de todo tipo de construcciones (exceptuando las que ya avanzan por Punta Fraile), pero no se debe a que la ley (ordenamiento territorial de la comuna) no lo permita, sino porque los edificios que se planean construir ahí todavía están en fase de proyecto, o bien, porque de una u otra forma no han llegado a concretarse. Pero, de seguir las cosas tal como están ahora, es solo cuestión de tiempo para que finalmente se construyan.

Pablo Salinas. Pintor, escritor y editor de Blogger culturales

La realidad territorial entre la Puntilla (Punta Fraile) y la Peñablanca es, actualmente, compleja. Frente a la Puntilla, está el Santuario de la Naturaleza de la Isla, conocido como del Islote Pájaro Niño. Frente a la otra punta, que cierra la bahía de las playas del Canelo y Canelillo, está el Santuario de la Naturaleza Peñablanca. El hecho de que una comuna cuente con dos Santuarios de la Naturaleza (además concentrados en un área tan acotada) es algo muy particular, difícilmente homologable con otra zona de Chile y, por tanto, de una importancia enorme. Es un privilegio, que distingue a nuestra comuna con dos focos de gran potencial en términos ambientales, turísticos, ecológicos, culturales.

Por simple sentido común, como se haría en cualquier parte de Chile y del mundo, toda la zona aledaña a estos puntos se tendería a proteger, a resguardar. Un gran parque que englobe todo el sector y contenga estos puntos es lo más lógico, lo más sensato -además, de lo más inteligente- que se haga en estos casos. En nuestra comuna, sin embargo, estos criterios que resultan perfectamente coherentes, sobre todo tratándose de una comuna-balneario como la nuestra, no habían entrado, hasta ahora, en verdadera sintonía con los criterios de nuestras autoridades locales.

Plan Regulador vigente desde el año 1998

El parque Canelo-Canelillo no es lo que muchos creen que es. Detrás de la declaración de "zona típica" del sector del año 2000, subyacen aspectos poco conocidos por la mayoría y que conviene poner sobre la mesa. Basta revisar el Plan Regulador Comunal (PRC) para comprobar que en el interior del parque existen nada menos que tres grandes zonas donde construir es permitido. Donde, en rigor, construir torres de varios pisos es permitido. 

Que hasta ahora el parque parezca libre de todo tipo de construcciones (con excepción de las que ya avanzan por Punta Fraile) no se debe a que la ley -es decir, en este caso, el ordenamiento territorial de la comuna- no lo permita, sino porque los edificios que se planean construir ahí todavía están en fase de proyecto, o bien, porque de una u otra forma no han llegado a concretarse. Pero, de seguir las cosas tal como están ahora, es solo cuestión de tiempo para que finalmente se construyan.

Por eso, la noticia generada por parte de las autoridades comunales la semana pasada, cuando en sesión extraordinaria los concejales por unanimidad aprobaron el proyecto de modificación del uso de suelo de dos de esos puntos, verdaderos lunares dentro del parque, transformándolos en área verde, y de esta manera impedir cualquier tipo de edificación, no puede ser vista sino positivamente. 

Cabe recordar una vez más que el actual PRC, de 1998, fue diseñado para provecho de los intereses inmobiliarios y no en diálogo con criterios de resguardo patrimonial, tampoco ambientales y menos conservacionistas. De esta manera, dentro de nuestro ordenamiento territorial vigente, existen varios otros puntos, similares al del parque Canelo, que requieren una urgente actualización y corrección, como son, por ejemplo, el Humedal El Membrillo y la playa de Tunquén (donde se ubica nuestro ¡tercer Santuario de la Naturaleza!)

Quienes de verdad amamos el lugar donde vivimos, valoramos sus espacios naturales, su gran belleza paisajística por un asunto emocional pero también porque captamos que es ahí precisamente donde se sostiene el gran atractivo y foco de desarrollo de nuestra comuna, valoramos y agradecemos el esfuerzo y la voluntad expresada por el actual alcalde y los seis concejales en sentido de resguardar puntos importantes de nuestro querido patrimonio natural.

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