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sábado, 9 de junio de 2018

¡ BIENVENIDO AL PARAÍSO !

Artículo de opinión
(Las opiniones vertidas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las emite y no representan necesariamente el pensamiento ni la línea editorial de este Diario)

Alien Carraz 
Escritor, ensayista, comentarista y opinólogo

50 años atrás, nuestros cerebros –comparativamente- trabajaban de una forma muchísimo más holgada que hoy en día. No teníamos celulares, ni computadores, ni tablets, ni tarjetas de débito o crédito, ni internet, y en la tele había apenas 3 canales para ver. 

No había casi ninguna de las sofisticaciones que hoy el cerebro necesita resolver para que la vida de una persona pueda funcionar en medio de tanta cosa. 

La vida en la calle tampoco era la locura que es actualmente con la cantidad de ruidos ambientales, un tránsito vehicular de dementes, un aire sucio para respirar, las cuotas de estrés que significan el simple hecho de caminar con la mente alerta y la desconfianza a flor de piel. 
La metralla de información que recibimos cotidianamente con las imágenes de las brutalidades, crímenes, asaltos, robos, timos, hackeos, portonazos y otras trampas que ocurren en todas partes, han disciplinado a nuestro cerebro a estar en alerta máxima todo el tiempo. 

Ese desgaste hay que pagarlo en algún momento. 

Ya sabemos que no hay órgano ni máquina que sea eterna ni que dure lo necesario si el trabajo y la exigencia son extremos y no hay reposo. 


Y el cerebro necesita descansar ¡imperiosamente! 


Los millones de santiaguinos que se arrancan de la capital, lo hacen porque son sus cerebros los que les piden a los gritos que hay que apretar cachete del peso existencial que significa la cotidianeidad de la vida en Santiago. Por mucho que a aquellos, los llamados “ratas de ciudad”, les guste estar donde las papas queman, en medio de la excitación del caos, donde está todo pasando, en medio de toda la maquinaria mundana y cosmopolita de la gran ciudad, sus cerebros también se han ido disciplinando en la necesidad cada vez más imperiosa de un “brake”, una pausa, un urgente espacio de ocio y relax… 

Cada fin de semana – inexorablemente - llegan nuestros vecinos de la capital a sus respectivos paraísos. Son los nuevos santiaguinos madurones y con espíritu ecológico que vienen al rescate del planeta y que quieren construir su pedazo del edén, su refugio, el nido donde acariciar sus más íntimos anhelos y aspiraciones. Vienen con el corazón alegre y el alma llena de ideales. Todo el sistema nervioso central está en estado de excitación, pero es una energía positiva, una exaltación del ánimo que los conecta con la felicidad. El mar, la playa, los mariscos, el vinito, los pisco sours, el asado o las empanadas (entre otras maravillas) ocupan todo el espacio disponible al interior de su imaginación y sus emociones. 

A pesar que unos me contaron que “no tenían nada valioso que les pudiesen robar”, igualmente se les metieron y les dejaron sin ninguna de las cosas ricas que tenían para comer y beber, y además, se llevaron todas sus herramientas. A los de un poco más abajo, los pelaron casi por completo y los dejaron sin tele, sin música, sin horno microonda y sin todo aquello que se puede transformar en plata (para comprar drogas, piensa la gente). 

Sin embargo, y a pesar de todo, nuestros vecinos llegan sin fallar nunca y siempre traen nuevas ideas y fórmulas para que los ladrones no se les metan. No enrejan, pero se llenan de alarmas, ponen letreros persuasivos y crean grupos de whatsapp para protegerse unos con otros. 

Son gente que demuestra su amor por el lugar que les da descanso, no descansando nunca. Ellos, están siempre trabajando. Ponen plantas por aquí, hacen senderos por allá, pintan, barnizan, construyen cosas, raspan la tierra, fertilizan, siembran…están siempre en actividad. Se les ve contentos y felices. Y cuando se cansan, es otro cansancio. Es algo sólo físico. La mente y las emociones están alegres y fortalecidas. 

En las noches se juntan de varias casas, salen los picoteos, los vinos, los pisco sours, las vainas, las risas…al tiempo que las doñas cocinan y preparan bocadillos y recetas que allá en Santiago no harían jamás porque no hay tiempo ni ganas. 

Es que, acá, sus cerebros descansan y se encienden que es un gusto 

Se habla de cosas simples, tonteras, de las cuestiones locales, de los hoyos, del valor de las mercaderías en comparación con Santiago, se pela al Alcalde, se recomiendan lugares para ir…pero, y por sobre todas las cosas, se ríe. La gente tiene muchísima necesidad de reírse. 

Hasta la política ya no es tema porque echa a perder las ganas de reír. 

En Santiago, y con la misma gente, los mismos pisco sours, las mismas conversas y los mismos chistes, sus cabezas seguirían atoradas en las mismas ansias y en el mismo estrés. 

¡Ah, qué lindo es estar aquí!


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10 comentarios:

  1. Gran diario!!!Hoy domingo he disfrutado leyéndolo, en un día de invierno en que finalmente ha llovido.El artículo del señor Carraz es magnífico. Describe con una gran claridad el escenario que se repite en mi sector, siendo yo uno de ellos, a diferencia, que acá me dedico a leer y oír música, nada de tertulias de negocios, política, tendencias de la bolsa. El otro artículo del señor Ortiz es muy bueno y oportuno. Efectivamente se trata de una situación crítica la desaparición de los pescadores, hoy taxistas y otros trabajos de maestros. En cuanto al pescado y mariscos de Santiago, es efectivo. Un par de semanas fui a San Antonio muy temprano a hacer unos trámites de aduana. Pasé a los locales a comprar pescado y allí vi los vehículos que venían llegando de Santiago con el pescado "fresco". Que tengan un bien domingo y felicitaciones a los señores Carraz y Ortiz, como también a los editores de este exitoso diario de Algarrobo

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  2. Soy Nelson Pérez B...El artículo en generales es excelente y tonificante además agrego solamente que en Algarrobo tenemos el " Mejor Clima del Mundo para Humanos" elemento también tonificante de las bondades de nuestro Litoral sin grandes oleajes y poca lluvia hasta el momento de escribir este comentario, siendo las 13,40 horas

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  3. Quien dijo que Algarrobo es una comuna pobre?
    La calidad y la riqueza intelectual que los columnista de este diario crean con sus aportes, hace de Algarrobo un lugar tremendamente rico.
    Y es esa riqueza, aquella que no se acumula en una cuenta corriente ni en acciones de la bolsa, la que gentes como Alien, Ernesto, Patricio, señor Santis y tantos otros que constantemente están compartiendo su opinión y pensamiento, es lo que construye, alimenta y mantiene esa riqueza.
    Si alguien dijo que somos una comuna pobre... Pobre de aquel.

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    1. Soy Nelson Pérez B..Don Rodrigo esta es una Comuna pobre en el financiamiento de la Municipalidad que es la encargada del bienestar de todos los residentes y visitantes no se olvide que " con dinero a la vista baila el monito o monita " si la Municipalidad fuera RICA no le cuento que otros Proyectos y estética comunal veríamos en este territorio.

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    2. Lo mejor, Rodrigo, es que cada vez hay más personas, residentes, gente de bien, haciendo sentir sus pensamientos y enfilando nuestras emociones (la energía que precede a las acciones que habrán de cambiar las cosas) hacia la reconquista de Algarrobo como el paraíso que es, que fue y que ha sido (valga la redundancia). Gracias por tus palabras.

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    3. Don Nerlson, se agradecen sus comentarios, pero ¿Qué pasó con los 80.000 millones que vendrán?

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  4. Algarrobo Sí es mi Paraíso.Gracias por esta columna, me siento completamente identificada. Llegar a los 50s teniendo un pedazo de tierra en este rincón del paraíso, me hace sentir que valió la pena todo el sacrificio vivido y que le queda poco tiempo a la vorágine de la ciudad para ser mi dueña.

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    1. Gracias Mónica, me ha encantado tu frase final "le queda poco tiempo a la vorágine de la ciudad para ser mi dueña". ¡Bienvenida al paraíso!

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