SEGURIDAD CIUDADANA : PROTEGER LA BELLEZA DE VIVIR

Carta al Director

Alien Carraz
Escritor, ensayista, comentarista y opinólogo

En Algarrobo, hay muchísima gente buena, inteligente, sana de espíritu, noble, generosa, sensata. Personas cuyo ideario de vida está puesto en el bienestar de la familia por sobre todas las cosas. Trabajan o trabajaron siempre para ser felices y dar felicidad a los suyos. En sus otros intereses está la buena convivencia con todos y con la comunidad, como también en el respeto a la vida privada de cada quien y de sus derechos. 

La gran mayoría de los chilenos buena gente no están en este mundo para pasar por arriba de otros, ni para apropiarse de cosas que no les pertenecen, ni para pasarse de vivos y quedarse con el vuelto. 

Pero…¿Tampoco para fingir amistad por conveniencia? ¿Ni para pasar a 140 kms por hora al lado de un letrero que indica máxima 120? ¿Ni para decirle al niño de 10 años que diga al del teléfono que no está? 

En los rankings que sirven para medir qué tan buena gente somos, se incluyen minucias, asuntos y detalles que hacen casi imposible encontrar a un ser humano que alcance nota máxima o que, al menos, salve con un impecable. No damos el ancho para una santidad terrenal. 

La popularidad de los malos ejemplos supera largamente a la fomedad de los buenos. Partiendo por el hecho de que los medios no tienen interés alguno en los ciudadanos buena gente, a menos, claro está, que usted se encarame cuatro pisos colgando de los balcones con el riesgo de hacerse papilla en el cemento, y todo para salvar a un niño a punto de caer desde esas alturas. 

¡Héroe! gritará la gente y puede que hasta Piñera lo reciba en la Moneda y lo declare ciudadano ejemplar y le pasen sus lucas por el acto temerario. Y si es un ilegal y vive en Paris, Macron se hará cargo de usted con bombos, platillos, mucha prensa y hasta capaz que le dé un besito (insinúan las malas lenguas que insisten que, Macron…muerde las almohadas). 

Lo dicho, a los negocios de Algarrobo va mucha gente buena que, tras muchos años de existencia en la corrección de sus errores y la contención de sus tentaciones diabólicas (llámense ansias y deseos de cosas ricas y cochinas) ha decidido continuar su historia en la tranquilidad de una vida sin pasiones desbordadas, al abrigo de una casa fuera del bullicio y entregado al gusto por la convivencia en familia, la lectura, los pajaritos y la contemplación del horizonte, del mar y sus atardeceres o hasta pasarse horas enteras imaginando algunas bobas figuras formándose en las nubes… 

Ah, qué hermoso es no tener ganas de tener ganas…(dicen que dicen estos caballeros) 

¿Y a qué viene todo este asunto? (se preguntará usted). Pues, al hecho que, al parecer, Algarrobo, está siendo dominado por esta misma parsimonia de la tercera edad. La propuesta de Seguridad Pública que anuncia el Municipio no tiene en sí nada que no sea poner teléfonos para llamar y logos que indican las acciones necesarias para “prevenir” o “qué hacer” en casos de tsunamis (como arrancar o subirse al cerro) o en relación al invierno (como cerrar las puertas, abrigarse y evitar las corrientes de aire) o en el caso de un terremoto [verificar de qué material está hecha la casa (mientras tiembla porque después ya no viene al caso), mantener la calma, etc.] 

Me dan ganas de hacer un tríptico técnico y enviárselo a la selección chilena para indicarle las cosas necesarias e imprescindibles que jugadores y cuerpo técnico deben hacer en caso de un algún partido de importancia: 

“Se instruye a los jugadores dar buenos pases. Evitar entregar la pelota a cualquiera que tenga una camiseta de otro color. Atacar siempre hacia el arco contrario. Al patear la pelota con intenciones de gol apunte directamente hacia donde está el arquero que no conoce ni tiene rut. No permita que el equipo contrario logre ganar el partido. Si algún jugador no entiende estas instrucciones, se sugiere al entrenador cambiarlo por otro”. 

Las cosas que uno percibe de estas autoridades (incompetentes para la responsabilidad del cargo que ocupan) es que sus intentos no son más que simples actos propagandísticos de una gestión muy pobre. No hay cambios sustanciales, ni revolución; tampoco hay rebeldía ante una realidad cada vez más incómoda y difícil de revertir, como, entre otras cosas, los actos perversos y cada vez más violentos de la delincuencia que se ha tomado a Algarrobo y que también amenazan y tienen como objetivo las 14.000 o más casas de los propietarios que traen ingresos a la ciudad y que no están consideradas en las advertencias y sugerencias de este enunciado de seguridad. 

El Turismo, para estas autoridades, NO pasa de ser una actividad de gente que viene a la playa, duerme en hoteles y come en restaurantes. Estos funcionarios desconocen absolutamente los alcances y la complejidad estructural que hay detrás de esta industria y no tienen ninguna preparación técnica para administrar, diseñar, planificar, prever u organizar los asuntos competentes de la Administración Pública que tienen que ver con la ciudad y su entorno en relación al Turismo. El otro gran error de muchas autoridades es creer que las inmobiliarias son el motor de la industria turística. Las inmobiliarias, son máquinas tragamonedas que creen no tener ninguna obligación de planificar para el bien común ni acomodar sus proyectos a la armonía orgánica de la ciudad ni a la estructural del Turismo. 

Vender, es su única consigna 

Volviendo a nuestro asunto, la Municipalidad hace este tipo de panfleto de gestión, pero no una propuesta fundamental que sirva para REVERTIR o ACLARAR definitivamente aquellas incertidumbres ciudadanas que nos atañen a todos, verdaderas tragedias sociales y ambientales, como son el emisario y las alcantarillas, más los señalamientos que acusan a Esval de ser una empresa corrupta que no cumple con su trabajo y que contamina groseramente al mar. 

La mayoría de estas acusaciones o declaraciones a través de distintos medios y redes sociales involucran al Municipio como parte de un “arreglín” y cómplice de una gestión perversa. 

Nadie pide que el Sr. Alcalde tenga que salir a defender cada cosa que se diga, pero este asunto de Esval ya ha cruzado la calle del rumor y se ha asentado como una realidad inminente. En Algarrobo, se habla de ello con aseguramientos que cada vez son más audaces y sostenidos. No es sano para el Municipio ni para la sociedad algarrobina que asuntos como éste se queden en la incertidumbre porque dan pie al convencimiento que es absolutamente cierto todo lo que se dice.

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