Artículo de Opinión
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Ernesto Ortiz Ananías
Vecino de Algarrobo
Observatorio Ambiental Algarrobino
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Un tercer problema es la contaminación del aire; generalmente para poder acceder a los terrenos rurales hay que hacerlo en vehículos motorizados a través de caminos de tierra, lo cual genera contaminación del aire tanto por el polvo que se levanta, como por el particulado emitido producto de la combustión vehicular. Por otro lado, en estas parcelaciones los conjuntos habitacionales generalmente utilizan calefacción a leña, contribuyendo también por este medio a contaminar el aire. Relacionado con lo anterior, también podemos esperar un mayor riesgo de problemas cardíacos en la gente, debido a que tienen que movilizarse siempre en vehículo en lugar de hacerlo caminando como uno muchas veces lo hace en la ciudad.
Un cuarto problema que acarrea la fragmentación urbana es la segregación social; generalmente sólo aquellas personas de estratos sociales más altos tienen la capacidad económica para poder comprar terrenos e irse a vivir a estos nuevos asentamientos, relegando a las personas de estratos económicos más bajos a permanecer hacinados en las áreas urbanas contribuyendo al mismo tiempo a la centralización.
Un quinto problema es la pérdida de los hábitats naturales que se encuentran en los lugares donde ocurren los nuevos asentamientos. Un ejemplo de esto lo constituye el relleno de quebradas para emparejar y construir encima. Si consideramos que las quebradas son prácticamente los únicos lugares donde queda vegetación nativa en la Comuna, el relleno destruye el hábitat (distintos tipos de matorrales y bosque esclerófilo) de toda la fauna nativa asociada a estas.
Para los vecinos que han vivido siempre en las zonas de extensión urbana y rural de la Comuna, esta fragmentación urbana generalmente se traduce en la pérdida de terrenos productivos desde una perspectiva agrícola, en la perdida de sus actividades tradicionales y en la migración de los jóvenes hacia las grandes ciudades producto de la falta de un proyecto de vida local.
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Excelente articulo vecino, bueno que se vocalize para no caer en los errores de la planificacion urbana irresponsable y despertar el tema en la comunidad.
ResponderEliminarBueno el análisis, aunque con un desvío erróneo de diagnóstico; al indicar que el uso de los suelos en extensión, quedan a manos de una población de estrato socio-económico alto. Baste recorrer amplios desarrollos habitacionales periféricos de Mirasol, El Yeco e inmediaciones de varias quebradas de lo mas céntricas y en Área Urbana; para verificar mi aseveración.
ResponderEliminarEstimado Arquitecto, Mirasol, El Yeco e inmediaciones son parte de la Zona Urbana. Aunque podríamos argumentar que entendemos por estrato social alto, si observamos a las Zonas de Extensión Urbana y a la Zona Rural, excepto en aquellos lugares donde hay Comunidades/Cooperativas agrícolas, la mayor parte son terrenos de privados, condominios y parcelaciones de agrado que generalmente tienen como propietarios a personas de estrato social comparativamente más alto que bajo. De hecho, las Zonas de Extensión Urbana de la parte norte de Algarrobo están llenas de Condominios y Parcelaciones y ahora se está empezando a hacer lo mismo en la Zona Rural. Parcelas de 1/2 hectárea (Zona de Extensión Urbana) que cuestan entre $80.000.000 y $200.000.000 o más (dependiendo de la localización, nivel de urbanización y construcción) no son precisamente para personas de estratos sociales medios o bajos.
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