Protestas con Gusto a Poco
Alien Carraz
La empresa del retail y/o de servicios, en Chile, está llena de trucos y faramañas que son parte del espíritu carterista de nuestros criollos ejecutivos comerciales que han estudiado en las universidades para ser campeones, pero que luego (tras empaparse de la realidad del mercado y pasarse a la marea roja de los vivos) se dedican a “mejorar” las fórmulas que permiten a sus empresas obtener otros dividendos (amparados por los impúdicos recovecos de la ley y otros laberintos de la letra chica) por encima del lucro y las ganancias regulares, que ya son muchas.
Tanto así, que varias de las empresas que empezaron como tiendas en Chile (¡vaya si no ganan plata!) ahora son también Bancos de Consumo: Ripley, Falabella, Paris, etc.
Ganan plata como bestias porque siempre cuentan con el inepto sentido común de nuestra mente consumista, esa porción de nuestra glotona indiosincrasia nacional que está siempre atenta a las ofertas y que va por la vida ansiosa por acumular cosas materiales.
Somos lo que consumimos.
Los estudios de mercado nos tienen medidos, calculados, desmenuzados hasta la mínima célula, y sus afiladas garras -que sólo saben hacer cariño del malo, como esos bandidos pervertidos que les corren mano a las féminas en el metro sin que éstas acusen recibo- no sueltan la presa porque la “víctima” (llámese, consumidor) se ofrece mansamente al juego de creer que la plata siempre alcanza para embarcarse en otra adquisición en cuotas.
Todos, recibimos varias llamadas diarias de distintas empresas que, sin pedirnos permiso, nos invaden en nuestra privacidad (y en contra de nuestros derechos) haciéndonos ofertas de portarnos a otra compañía de tv-internet-teléfono o para ofrecernos créditos pre-aprobados o para proponernos seguros de vida o para (desde nuestro banco) tratar de meternos tarjetas de crédito o cosas por el estilo.
El marketing en Chile es, en general, no sólo inapropiado, grosero e invasivo, sino derechamente ilegal. Especialmente, en lo que se refiere al que ocupa el teléfono celular para “asaltarnos” impúdicamente.
La publicidad en internet es un despropósito en sí misma. Cada vez que me topo en el supermercado con la marca de un producto de esos que me entorpecen ver una página web o un video ¡nica lo compro!
De hecho, veo el logo de la marca y me da rabia…
¿Entonces (si es que no soy el único que está mal de la cabeza) cuál es el afán de la publicidad de entrometerse en las páginas de internet y prácticamente arruinarnos lo que uno quiere ver? ¿O es que esta estrategia impúdica y atrofiada termina por imponer su ley hasta lograr doblegar nuestra voluntad como si se tratara de una cabrona hipnosis colectiva? ¿Es el principio de lo subliminal: Ya sabe, aquello que en apariencia no toca nuestro estado consciente pero que definitivamente influye en nuestra conducta?
Según algunos especialistas, mientras la maquinaria comercial alcanza niveles científicos para interferir en la voluntad de la gente, nosotros (la gente) vivimos pajareando y nos hemos vuelto flojos para analizar en consciencia el mundo que nos rodea. Somos como la hoja a merced del viento. Somos los veletas que vamos adaptando nuestras conductas a la voluntad de aquellos que dictan las normas (sean éstas buenas o malas, prácticas o derechamente incómodas, útiles o directamente erróneas, inteligentes o absolutamente ineptas).
Al final, terminamos pagando por todo y nos hacemos parte de la masa, tal como al ganado que lo van cambiando de potrero en potrero. Los que alegamos no somos tantos y es fácil que nos tilden de “rayados”, “rebeldes sin causa” o el mote más usado para descalificar a los que defienden sus derechos: “conflictivos”. Acá, los llaman “jubilados ociosos” o “viejos recu”.
Claro que hay algunos que, con todo el derecho del mundo a protestar y exigir de las autoridades que cumplan con su trabajo, fijan su atención y concentran sus esfuerzos en aquellos asuntos que teniendo relativa importancia NO son los fundamentales que resguardan el bien común ni protegen la vida ciudadana ni ayudan a la solución de problemas de fondo ni tampoco nos permiten empujar VERDADERAMENTE el carro que obliga a los encargados a cumplir con las obligaciones básicas de su trabajo. Desgastarnos en que los aliados del inepto a cargo de Algarrobo se enfrasquen en una lucha ciudadana por no retirar las ramas y troncos de la Calle del Medio, le sirve de excusa perfecta al inepto para obviar lo de tapar los hoyos. El tipo hará sacar los escombros, y las gentes, aquellos cándidos, esos buenos ciudadanos que protestaron por las ramas y troncos, se irán para sus casas contentos por el logro conseguido, por el “triunfo”, por la batalla “bien ganada”.
¿Y los cientos de hoyos de Camino del Medio que joden a todo el mundo?
...¡ Jajaja! (el inepto cagándose de la risa)
Si tuviésemos consciencia del planeta que nos circunda, sabríamos perfectamente que Algarrobo es un paraíso idílico (valga la redundancia), una especie de salvavidas para aquellos muchos que ya no soportan su estresante existencia en medio del cargante estilo de vida que…(y lo sigo repitiendo)… impone Santiago al planeta de ansiosos que lo habita sobre la sofocante carpeta de asfalto y cemento, en medio del aire sucio, el tráfico inclemente, la inseguridad, las urgencias…todos los males típicos del caos metropolitano donde se apiña la gente…
¡Vaya, pero que tipo tan cargante y reiterativo! dirán algunos de ustedes que aman la vida en la gran ciudad pero que a duras penas soportan -por un fin de semana- los amplios espacios del campo algarrobino donde sólo se puede oír el canto de los pájaros y la vista se pierde en un horizonte en el que el mar es el reino que lo cobija todo.
(¿Neruda yo, ¡por favor!)
Cierta gente, las ratas de ciudad, adoran vivir en las urgencias; aman el choclón y el despelote, sienten en la guata la adrenalina de ir sorteando autos en los tacos y disfrutando del veloz paisaje donde hay miles y miles de rostros que no se ven. El influjo de la calle, los escaparates, los colores, la moda citadina serpenteando en todas partes; la primavera-verano que saca a relucir las delicias de las féminas que se marketean para enseñar sus atributos; es la vida de la urbe que despliega sus avideces y obliga a pensar rápido, a calcular con la cpu a toda potencia, a lamparear con muchos megapixeles, a sacar conclusiones a la velocidad de la luz…
Acá, hay veces en que ni pienso. Me siento frente al mar y mi mente se va de viaje adonde sólo Walt Disney o Julio Verne serían capaces de seguirme. Y si alguien cree que es porque tengo todo el tiempo del mundo, déjenme decirles que es todo lo contrario. Mi día se inicia a las 4:00 am y se termina a las 10:00 pm. No paro de hacer cosas, pero no invierto en tacos, ni colas, ni respiro porquerías, ni malgasto mi energía, ni vivo en alerta, ni la existencia me empuja…ni sufro de ansias por hacerme de cosas hermosas, exquisitas y deliciosas que no necesito…
Acá, me ha dado por la tierra, el aire, el agua, las plantas, mis tomateras, mis lechugas, mis pinturas, mis diseños, los muebles que hago, mis escritos, los paisajes, la quebrada… y sobretodo, mi familia, esas criaturas divinas que me conectan con lo mejor que puedo llegar a ser.
Acá, he aprendido –a pesar de ser un idiota típico y monumental- que puedo mejorar.
Es que me dan ganas de ser mejor.
Allá, soñaba mucho más con ser un hijoeputa
Muy de acuerdo con su fabula, excelente, pienso que el sistema economico imperante es el causante de tanto consumismo y no es que uno quiera consumir, sino que estas casi obligado u obligado de frenton Ej. Los celulares pronto quedan obsoletos o la reparacion de un artefacto sale mas caro que el valor del producto.Hoy me llego un mail del Lider ofreciendome tomates, ¿por que?,porque cada vez que voy a comprar llevo tomates y como tienen mi Rut, alguna empresa asociada les dio mi mail, estamos totalmente vigilados de lo que consumimos...personalmente cuando recibo una llamada ofreciendome algo respondo: " No atiendo llamadas comerciales a mi celular" y corto.
ResponderEliminarLa solucion esta en uno mismo, de lo contrario como Ud. Dice somos lo que consumimos...saludos
Hola Ernesto, lamentablemente, lo que le pasa a usted es lo que nos pasa a todos los chilenos que tenemos celular. Y como resulta que hay más celulares que chilenos ¡estamos todos jodidos! Por lo pronto, si el Lider le persigue ofreciéndole tomates, exíjales que sean ¡los mejores y los más baratos! Saludos
EliminarQ bacán, me gusta como te expresas, yo pienso igual. Excepto lo de ratas de ciudad; yo me considero una bestia de ciudad, a pesar q disfruto día a día del aire puro y fresco, del sol, las nubes, y todo lo lindo que tenemos los bendecidos de Algarrobo :); pero me sigue chocando la pobreza y falta de oportunidades de este pueblo, comparado con la ciudad. Cuesta todo acá y la gente se ve más bien deprimida, cansa todo, sin lujos. El otro día fui a Stgo y caminamos una barbaridad y nada que nos cansamos: pensé que no soportaría el calor y la contaminación, pero fue un agrado comprar muy barato, ir a una fiesta muy cool, caminar por lugares muy lindos y sobretodo que es plano y no te cansas. Acá es turismo aventura todos los días para llegar a la casa, pq no tengo auto y me canso mucho!. Pero bueno, todo tiene un precio; pros y contras. _Me gusta mucho Algarrobo, pero así como está en unos años nos tendremos que ir, pq es "muerto". Hay tantos problemas por qué patalear, sobretodo las ratitas de ciudad lo podemos ver al comparar: las oportunidades que tiene un joven en la ciudad son estratosféricamente diferentes a las que tiene un joven de acá, desde que hay scout y que la juventud municipal realmente abarca lo q le gusta a los jóvenes (y no lo q le gusta a la dideco o al q no es na tan joven y no cacha que cosa hacer); y decir que acá no hay universidad, ni trabajo hay pq digamos la gente es penca en gral y en este pueblo se nota más. Así q todos los días el bus pa Valpo se va repleto de gente en la única línea que permite el alcalde de Casablanca. Vulneran a la gente de tantas formas que uno se vuelve pasivo acá... pq si reclamas, eres conflictivo como lo dices tú, y pq además te los vuelves a topar. Tantas ganas he tenido de tirarle una piedra a algún subnormal q me ha querido atropellar, pero veo luego q me puede hasta matar y al juez de Algarrobo le va a divertir... :D. En fin, me pareció hermosa la protesta de los vecinos, me entero recién por este diario, yo hubiera ido. Me gustaría que los que ensucian tomaran conciencia de su ordinariez y que a la vez, la muni invirtiera en papeleros.
ResponderEliminarNN, me ha encantado tu comentario porque, además de tu talento descriptivo, entre otras cosas, pones la nota en aquello que a uno se le olvida: Algarrobo es aburrido para la gente más joven y carece de oportunidades interesantes para trabajar o tan sólo para vitrinear (y a pata la cosa se pone peor). Para mi, todo parte por lo penca (como bien dices) que son aquellos que tienen la autoridad y el poder para hacer cosas y simplemente despilfarran ese caudal en mediocridades, en contubernios o gestiones pobres e interesadas que no tienen ninguna relación con la envergadura de Algarrobo, ni su potencial, ni sus recursos, ni su infraestructura, ni su capital turístico, ni tampoco el gran capital humano de gente talentosa y preparada que ha elegido venirse para acá. Los encargados viven encerrados en un provincianismo ciego y egoista, ejerciendo un ejecutivismo de medio pelo que sirve a intereses pendencieros, ávidos y mezquinos. Pero, tampoco tienen tanto la culpa porque está claro que cargan encima la tradición del "continuismo al pedo", No Cachan Una y tampoco están preparados para conducir este buque.
EliminarEn fin NN, ten paciencia y rebúscatelas para incentivarte e incentivar a otros para que Algarrobo despierte del letargo...
(Y aguántate las ganas del peñascazo)
Saludos