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miércoles, 26 de diciembre de 2018

"LOS MAPUCHES DE PORQUERÍA" Y OTRAS FINEZAS DE LAS BOCAS AMARGAS


Artículo de opinión: Las opiniones vertidas son de exclusiva responsabilidad de quien las emite.


Alien Carraz,  Escritor, articulista y opinólogo

Las ironías de la vida se dan a manos llenas y el "presente de la historia" se encarga de revelar sus secretos. El vilipendiado ex-presidente y mago del autoritarismo extendido (25 años haciendo la pega y salvando el pellejo), Augusto Pinochet, se llevó con él a su tumba el honor de haber sido el único mandatario chileno, desde que se instauró el presidencialismo en Chile, distinguido por los mapuches con el título de Futa Lonco, que  en mapudungún significa Gran Autoridad. 
¿La razón aparente de este reconocimiento? Por iniciativa del gobierno de Pinochet se terminaron entregando 69.984 títulos de propiedad a igual número de mapuches entre los años de 1979 y 1990.

El agraciado con este título fue a su vez el Gran Demonio de la izquierda, el Dictador, el pillo que también se unió al concierto de los mandatarios que meten las manos y se llevan para la casa el fruto oculto de sus contubernios; fue el Malulo y el máximo responsable de un gobierno dictatorial y violento cuyos esbirros más perturbados torturaron, mataron y/o desparecieron a cientos de mapuches adscritos a la acción y el discurso comunista que se había encargado de agitar sus reclamos por la reivindicación de propiedad sobre sus tierras originarias. 
Hoy, el conflicto mapuche toma nuevos aires de odios paridos, rabias y desencuentros con el crimen de Camilo Catrillanca a manos de un grupo de cuatro miembros de carabineros de Chile. El padre de uno de ellos salió a "defender" a su hijo acusando con marcado desprecio a todos los originarios de ser unos "indiecitos", unos "mapuches de porquería". 
Descorazona comprobar que los gobiernos de derecha se vuelven esclavos de la democracia (con todos sus vicios) y centran sus esfuerzos en la plata, la riqueza, los números, las estadísticas o en las referencias metálicas que dan apariencias de futuro y bienestar. 
Dearrollar un país, amén de la creación de proyectos, riquezas y recursos que sirvan al bienestar económico de la gente (¡toda la gente!) también tiene que ver ¡y está de cajón! con la resolución de los males y conflictos que alteran la convivencia, que debilitan la seguridad o que entorpecen la armonía necesaria para que ciudadanamente nos podamos sentir cómodos caminando por las calles o descansando en nuestras casas. 
En estos tiempos que corren a todo lo largo y angosto de este Chilito, la realidad ha ido imponiendo su ley y ya no es posible seguir metiendo más mugre debajo de la alfombra. Nuestros paladines de la justicia, los buenos muchachos de verde que, desde 1927 y hasta no hace mucho, eran considerados como la institución más confiable del país, han ido enredando su prestigio y credibilidad -divinos tesoros- que una vez degradados y malgastados cuesta una enormidad recuperarlos.
Como corolario de esta afirmación, el General Director de Carabineros fue cesado en sus funciones con patada en el traste incluida.
La culpa no es del chancho...
Sino de la falta de ética profesional,  los desórdenes institucionales, la inoperancia de la ley en los tribunales de justicia, las restricciones manidas al accionar de carabineros en circunstancias de violencia, las incoherencias del poder político, la luchas intestinas en los partidos y cruzada entre gobiernos de turno, la mala leche, la odiosidad sempiterna de izquierdas y derechas...y hasta la parte perversa de la economía de libre mercado que ha seducido, instigado y empujado el carro de los morosos en Chile hasta hacerlo acarrear consigo más de 4.900.000 endeudados  que ¡oigame bien! no podrán cubrir la deuda sin embarcarse en otra deuda con números más chicos pero aterradoramente extendida en el tiempo...
¿Y esto qué tiene que ver con lo de Carabineros?
Nosotros, aún no hemos aprendido que en la naturaleza todo tiene que ver con todo. En ella nada es espontáneo ni ocurre de un día para el otro.  Todo se cuece pausadamente y luego muta en relación a lo que el ambiente le provoca, y así explota en consecuencia. Y lo que el ambiente social está provocando en la naturaleza de la ley es que ésta se ha adulterado y vuelto peligrosamente flexible.
Así, Carabineros, también se ha ido enlodando en esta realidad común donde el truco y la mentira están al servicio de la causa para lograr objetivos (perversos) o para obtener ganancias  (perversas) o simplemente para convencer (perversamente) a otros de endeudarse.
En la actualidad, Chile, es, estadísticamente, el mayor consumidor de drogas de América latina y estamos entre los reyes de la tomatera ¡en el mundo! tanto en hombres como mujeres, incluidos menores de edad. O sea, de los imaginarios jaguares de América en economía nos hemos pasado a a tener un número campeón de verdaderos dependientes de todo tipo de estimulantes para encontrarle gracia a la vida que llevamos. 
Los intachables... ¿Sirve de algo ser intachable hoy en día?  Ser ineluctable, inflexible, tomar decisiones irrefutables, irrevocables...¿Es aplicable tamaña tozudez dentro de la hibridez moral que utilizamos la mayoría para llevar adelante una cotidiana existencia libre de conflictos "evitables"? ¿O esa actitud es el camino perfecto para equivocarse una y otra vez? ¿O tal vez para confundir las cosas?
"...Mi abuelo en su lecho de muerte me contó un chiste. ¿Estábamos tristes? Mucho. ¿Nos ayudó reírnos de la situación? Muchísimo. Amar la risa no significa no tener corazón, significa dejarlo de lado un ratito..."
Esta reflexión twittera que tocó el corazón de mucha gente, nos ayuda a darnos cuenta que lo aparente es apenas el cómplice de la primera impresión. El alma inflexible castiga la risa en medio del dolor porque la conecta con la indiferencia o la burla intolerable o la mala educación. La risa, para muchos, no tiene sitio en los velorios tal como la ingenuidad en la política o en el fútbol.

Claro que también está la otra "risa", esa que tiene su raíz en la sorna y el sonido hueco de la ironía y el sarcasmo; como cuando desde el Municipio nos dicen que "tras innumerables gestiones alcaldicias en el Mop" han 'logrado' que ¡por fin! anuncien que se taparán los hoyos de la Calle del Medio...
!!!Jajajaja¡¡¡ 
...Los "amantes de las ramas, troncos y otros desperdicios arbóreos (y pasivos habitantes del asfalto hecho trizas)" de Calle del Medio, llevan !!años!! mamándose los hoyos y las roturas del suelo...!!años!!...¡miles de días haciéndole el quite a los baches!...
Que ahora venga el Municipio a mandarse las partes como si hubiese hecho una obra genial (un simple anuncio de un lobby de porquería) es una muestra de la insufrible incompetencia de aquellos que han sido elegidos y/o contratados para sostener la estirpe de Algarrobo. En vez de eso, lo que han logrado ha sido degradar este balneario extraordinario hasta el punto en que tapar los hoyos de una de sus calles (llámese pavimentar) se ha vuelto una gestión de valor incalculable que toma ¡años! llevarla a cabo.

1 comentario:

  1. Me apena comprobar que lo que ocurría en Chile en el año 2018, es básicamente lo mismo que ocurre hoy tras estallido y pandemia, pero con niveles de violencia, indiosincrasia, intolerancias y desfachatez, aumentados exponencialmente hasta el punto en que podemos decir que el funcionario Piñera ha conducido al país a una de la más horribles debacles políticas y ciudadanas que se recuerde en tiempos de paz (y con una “clase media” endeudada en la ilusión de niveles de bonanza).
    No solo hemos perdido la confianza en el señor terrenal a cargo de nuestros destinos, también en todas las autoridades, en la ley, en las fuerzas de seguridad y orden, en los tribunales de justicia, en los empresarios y en un largo etcétera de aquellas cosas comunes y corrientes que antes se aceptaban como lo más natural del mundo.. como cuando la miel era miel, el lomo era lomo, el atún era atún y no era jurel, o como cuando estirabas la mano para chocarla con alguien para dejar pactado y sellado el compromiso mutuo. Eso, ya no existe. Desde el primer cheque en garantía en adelante, somos un mundo de recelos, sospechas y desconfianza. Desde Eleodoro Matte, dejándome boquiabierto con el fraude del papel confort, se me ha abierto el precipicio en mi confianza en aquellos que daban cátedra de elegancia empresarial, integridad, decencia y honorabilidad.
    Pintar la vida nacional como un pasaje al caos permanente, es un ejercicio que no cuesta demasiado hacer. Es cuestión de agobiarse con las noticias de los canales informativos y quedarse con la sensación de que estamos en tierra de nadie, entre las fauces de criminales golosos y hambrientos, animales humanos violentos y pendencieros, funcionarios débiles y cochinos, autoridades ordinarias y pobres de espíritu, políticos rascas (que pelean entre ellos como pandilleros afeminados) y un jefe pusilánime, absurdamente ajeno a la realidad que vivimos, y brutalmente incompetente.
    En el pensamiento íntimo de algunos, allá donde habitan las cosas que son ciertas de cada quien, se escapan voces que evocan con nostalgia la mano dura, el timbre gutural y rasposo de la voz de mando de Pinochet, cuando se piensa en que ha llegado la hora de poner orden de una forma urgente, vital e inflexible.
    La nostalgia, está relacionada a aquellas cosas que se idealizan con el tiempo. El lado amable del dictador se ha ido acrecentando en la medida que los funcionarios políticos han ido desvirtuando la investidura que los calza y haciéndonos ver que el tema de fondo por el cual están en el poder, y que es mejorar la calidad de vida de todos los chilenos, está completamente empantanado en otros intereses donde gobiernan las influencias, los recovecos, contubernios, colusiones y todas las demás argucias que sirven para sacarle lustre a las ventajas de estar, justamente, en el poder.
    El poder es la llama incandescente que enceguece el corazón ardiente de aquellos caudillos, héroes y paladines que aparecen dando discursos en la tele como si fueran ese bendito sol de invierno que nos baña con la esperanza de un futuro tibio y acogedor.

    Alien Carraz

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