Sr. Director
Este comentario se anota para aquellos a quienes les pueda servir.
En estos días previos a la celebración de las fiestas patrias he presenciado a través de los distintos medios la enumeración de gran cantidad de comidas típicas representativas de la cocina tradicional chilena y particularmente la “dieciochera”. Se ha elogiado y aplaudido a un sinnúmero de manjares que han venido alegrando a nuestra gente a través de la historia. Sin embargo, una exquisitez al menos para algunos entre los que me cuento es el tradicional y popular “pequén”. He tratado durante algún tiempo de recrear el placer de comerlo, sin mucho éxito. Parece haberse olvidado su grata presencia.
Pero como la constancia y la suerte rinden sus frutos ayer, sin saber cómo, me enteré de una competencia de empanadas y similares efectuada en Casablanca hace ya algunos días donde obtuvo un primer lugar en la competencia de pequenes un representante de Algarrobo. Naturalmente fui en búsqueda del vencedor de Casablanca y lo encontré en el Restaurante “La Mesón”, ubicado en el sector de Aguas Marinas. El preciado pequén que en este momento estoy disfrutando reúne la historia, sabiduría y naturalmente el sabor que ha deleitado tradicionalmente a nuestro pueblo.
Atentamente,
José Joaquín Berríos Rigazzi
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