LA LETRA (NO TAN) CHICA DEL PROYECTO DE NUEVO PLAN REGULADOR DE ALGARROBO

Por Pablo Salinas

Hace pocas semanas finalmente se dio inicio al proceso de actualización del plan regulador comunal (PRC) de Algarrobo. Hoy, de hecho, se llevó a cabo la tercera y última de las charlas impartidas, en esta primera etapa, por la consultora a cargo de conducir este importante proceso. Junto con estas instancias que por ley deben realizarse, donde la comunidad, los vecinos, tienen la oportunidad de conocer aspectos más bien generales del asunto, también se dispone hoy de información respecto a otro de los ejes fundamentales del proceso global, la Evaluación Ambiental Estratégica (EAE). El documento oficial presentado por la Municipalidad de Algarrobo merece ser revisado con atención. En este, se señalan los criterios-base, desde el punto de vista ambiental, sobre los que la autoridad pretende orientar y justificar el desarrollo del nuevo PRC. Y respecto a este documento es que la ciudadanía puede hacer observaciones, críticas, sugerencias.

Más allá de consideraciones (muy válidas) que tengan que ver con la metodología aplicada en el desarrollo del proceso, una cuestión, a mi juicio, resulta central y, por tanto, no puede perderse nunca de vista: el actual ordenamiento territorial de Algarrobo, elaborado hace ya más de veinte años dentro de una dinámica de restringida, sino nula, transparencia y participación, es muy deficiente, altamente cuestionable e inadecuado. Por encima de criterios de verdadera planificación urbana, en el PRC de 1998 priman criterios de mero fomento inmobiliario. De esta manera, nuestra ciudad hoy sufre de problemáticas que se empiezan a hacer progresivas desde al menos ya una década: alta saturación vial y alta saturación sanitaria. Esta planificación hecha "entre cuatro paredes" se plasmó particularmente afín a la expansión urbana (construir más habilitando más áreas para ello), sin considerar proporcionalmente planes de resguardo y mitigación para las lógicas amenazas que un explosivo desarrollo urbanístico necesariamente acarrearía.

Eso todo algarrobino lo sabe, no porque algún experto se le ponga por delante y se lo diga, sino porque lo ha experimentado y sufrido en carne propia: calles cada vez más saturadas, cloacas que se rebalsan un poco por todas partes y con indeseablemente alta frecuencia. Por eso ahora resulta simplemente inaceptable que se pretenda seguir aumentado el límite urbano de la comuna. Un ejercicio no complejo para dimensionar la envergadura del descriterio es revisar toda el área todavía hoy disponible para edificar, las extensas zonas en Algarrobo sur, centro y norte, donde ya actualmente la ley permite construir, no solo simples casas, sino edificios de 4, 8, 16 pisos. Y así, ¿todavía hay "expertos" que consideran adecuado agrandar aún más el área urbana de la comuna?

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