TALLER SOBRE PLAN REGULADOR Y EL SHOW DEL ALCALDE DE ALGARROBO

Por Pablo Salinas

Voy a la charla sobre el nuevo plan regulador que se hace hoy en el Club de Yates de Algarrobo. Llego tarde, veinte minutos. En portería me saludan y me dan muy atentamente las indicaciones para llegar al salón donde ya se está llevando a cabo. Apenas entro al recinto, otra funcionaria me da la bienvenida y antes de que alcance a decirle que voy a la charla, me señala, con igual amabilidad, que tengo que subir las escaleras, que es en el segundo piso.

Entro. Unas cincuenta personas escuchan concentradas la presentación. En silencio. Como la mayoría de las sillas están ya ocupadas, voy a la parte trasera del salón. Entre varias caras conocidas, veo al alcalde, José Luis Yáñez, sentado en un puff cuadrado, la vista clavada en su celular. Me instalo a pocos metros a escuchar la charla. Es importante; finalmente se cambiará el plan regulador tras más de veinte años. Pasan dos minutos y finalmente Yáñez, el alcalde, deja el teléfono y levanta la cabeza. Nos miramos. Antes de que alcance a acercarme a saludarlo, irrumpe, casi de un grito: "¿así es que tú erai el que me andaba buscando?" Llego hasta él y le extiendo la mano. "No, si son todos así, valientes en las redes sociales nomá, pero después..." Algunos piden silencio, hacen callar. "Conversemos, dame la mano", le digo yo, suponiendo que quizá ha tenido un mal día y que al final no me dejará con la mano extendida y bajaremos a conversar afuera lo que siente tanta necesidad de aclararme, o recriminarme.

Pero no. Se niega. Sigue increpando. Vuelven a hacer callar. Me da la espalda y se vuelve a sentar. A los diez segundos, se pone de pie y se va. Tras sí, el concejal González, como un fiel escudero.

Después que se van, me siento en un sillón muy cómodo (pero que está justo al fondo y es poco lo que se alcanza a ver de las proyecciones). La señora de pelo rojo a cargo de la charla habla de las zonas protegidas de la comuna, las zonas típicas, los santuarios de la naturaleza, del monumento histórico. De diversos criterios que se deben tener en cuenta, como el tránsito vehicular, la saturación vial. Pienso que ese solo punto es, para Algarrobo, un tema muy relevante, muy complejo de hacer frente y de resolver. Que requiere capacidad de trabajo, de análisis, cabeza fría, ponderación. Seriedad. Madurez.

Se me hace difícil que la imagen del alcalde -a quien hace apenas unas horas había visto en un video invitando muy sonriente a los adultos mayores a un encuentro -, ahora fuera de sí negándome el saludo, se me venga encima. Esperemos por el bien de Algarrobo que él quede fuera de esto. Yo ya pasé hace rato los cuarenta. Para este tipo de trabajos, de pega, no sirven los que creen que todavía tienen 15 y, lo peor, cuando tiene algo de poder, sienten que son los dueños de la pelota y ante la primera que no les gusta, se la llevan de la cancha como un niño taimado.

Para Algarrobo -ni para ninguna parte- eso NO.