Fernando Alfaro Bravo
Administrador Público Magister en Políticas Públicas
Nada peor le puede ocurrir a un país que, cuando sus máximas autoridades son cegadas por la ignorancia y la soberbia, desde ese punto de vista y en especial desde el 18 de octubre del 2019 con el estallido social que apela a la rectificación del modelo económico implantado a sangre y fuego en dictadura y posteriormente administrado por los gobiernos de la Concertación, Chile Vamos y Nueva Mayoría.
Decir que en este país el modelo actual funciona, es hoy por hoy quizás la más grande ofensa a la inteligencia de los chilenos, un Chile en el que tenemos un sistema de pensiones que hace que nuestros adultos mayores no puedan cumplir ni siquiera con sus necesidades más básicas, un Chile en donde el Ministro de Agricultura y Senadores de la República son dueños de los derechos de agua que además tienen como resguardo la Constitución Política de Chile, un país en donde dos de las mas importantes instituciones uniformadas cometen un desfalco de millones de dólares y aun no tenemos a los altos mandos presos por notable abandono de sus deberes como mínimo, un país que no asegura el acceso a la salud, la vivienda y la educación ni en sus más mínimas garantías.
Huelga decir que las violaciones a los Derechos Humanos cometidos en estos meses por agentes del Estado y que han sido confirmados por 5 organismos internacionales, los cuales espero en mi fuero mas personal que tenga consecuencias jurídicas para las actuales autoridades políticas. Chile no puede volver a reconstruirse sobre pactos de silencio e injusticias con las víctimas, ni tampoco esperar cuarenta años para encarcelar ancianos seniles. La justicia que no se ejerce cuando corresponde no es justicia.
Y como si todo esto no fuera suficiente es a las mismas autoridades a las que les toca enfrentar la crisis sanitaria mas grande de los últimos 100 años en toda la humanidad, encabezada por un Ministro de Salud expulsado del Colegio Médico, un Ministro que en el primer Gobierno de Sebastián Piñera y dando saltos en el Palacio de La Moneda gritaba que habían cumplido con la lista de espera y unos meses después la Contraloría General de la República fue lapidario en su informe donde señala que el Señor Mañalich había borrado a miles de ciudadanos que esperaban una operación en el sistema público de salud.
Estamos en manos de las peores autoridades de las que tengamos recuerdo, por suerte los alcaldes del país, al igual que el estallido social del 18 de octubre, han estado a la altura en presionar al Gobierno en la suspensión de clases y el cierre de algunas actividades económicas. Rodolfo Carter, Evelyn Matthei, German Codina, Daniel Jadue, Claudia Pizarro y en el plano mas local José Luis Yáñez y Natalia Carrasco han tomado las medidas desde sus espacios de poder y así revertir el descalabro que ha generado la administración de Piñera.
Ni Sebastián Piñera tomando medidas con los informes de la bolsa de comercio, Karla Rubilar en su ya casi odioso endiosamiento de la figura presidencial, ni el carcamal de Mañalich nos conducirán a la salida de estas dos crisis que ya lleva muchos compatriotas muertos a su haber. En todo esto, los alcaldes han sido un faro en los momentos mas oscuros de la patria.
Los creyentes se encomiendan a Dios, el resto nos quedamos en el más absoluto desamparo.
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Me pongo de pie y se le saluda con respeto, Don Fernando! Excelente! 😷
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