Por Pablo Salinas
Como por desgracia en gran parte del territorio de Chile, Algarrobo se planificó urbanísticamente entre cuatro paredes. Las decisiones para determinar si en tal punto de la comuna se construía o no, o si convenía permitir torres de 2, 4 o 16 pisos, se tomaron solo entre algunos sujetos, entre algunos "expertos", sin involucrar en esto en lo más mínimo a los verdaderos protagonistas de la ciudad, sus propios habitantes.
Hoy la pregunta caliente es saber si algunos de estos criterios, como convertir toda la zona norte de la playa de Algarrobo Norte en una selva de cemento, cuentan con la aprobación de alguien más aparte del empresario inmobiliario de turno.
Como lo que quedando libre de la playa de Algarrobo Norte, como toda la extensa área entre Mirasol y El Yeco, como toda la puntilla frente al Islote Pájaro Niño, que hace veinte años los "expertos" decidieron como terreno apto para repletar de edificios.
Este tipo de "desarrollo" ¿cuenta hoy con el respaldo, el apoyo de los algarrobinos?
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