Equilibrio. Calma. Altura de miras
Mi familia y yo vivimos en nuestra actual vivienda en Algarrobo desde septiembre del año pasado; y en la comuna desde marzo de 2018. No somos dueños. Somos arrendatarios. Tampoco somos algarrobinos de nacimiento, sino, como muchos, de adopción.
Antes radicábamos en el extranjero y previamente en Santiago. Decidimos cambiar de vida y establecernos acá especialmente por nuestra hija; para darle calidad de vida: mejor aire, más naturaleza y un ritmo menos estresante y más a escala humana que el de las grandes ciudades donde antes habitamos.
Amamos vivir aquí, hemos hecho comunidad, tenemos buenos amigos y un montón de ideas y proyectos -algunos de ellos ya una realidad- para desarrollar nuestro entorno, nuestro barrio, nuestra comuna, la zona, y a través de eso crecer profesionalmente y como personas.
Actualmente, como la gran mayoría de nuestros vecinos, estamos cumpliendo celosamente la cuarentena en nuestro hogar.
Ha sido un período de introspección, paz y tranquilidad que hoy se ha visto interrumpido por un desagradable hecho:
Alguien, durante la noche, escribió frente a nuestra casa el texto -cuya foto adjunto- “Ándate CTM”.
Salí -hasta hoy sólo había salido de casa una vez, de compras- a recorrer el barrio para ver si era algo generalizado y me di cuenta de que no. Sólo en nuestra casa. Alguien, por alguna razón, nos ha individualizado como “indeseables”.
Por muy curtido que puedas estar, no es fácil ver un mensaje así escrito en la puerta del hogar que has construido con amor y esfuerzo.
Luego, más tarde, estuvo detenido un camión repartidor de gas mucho rato, justo frente al rayado y entrada de nuestra casa. Salí a ver qué necesitaba y no me respondió, sólo subió el vidrio -polarizado- y se quedó un rato más. Perfectamente puede ser el delirio de persecución emanado del rayado el que me hizo imaginarme los 10 minutos que me quedé en la entrada -a un par de metros del camión, sin que éste se moviera- que alguien allí dentro estaba coordinando con alguien más los siguientes pasos para hacer realidad el “ándate CTM”. Puede que sólo estuviera teniendo una conversación casual por teléfono. Pero sospecho que voy a empezar a mirar con desconfianza a cualquiera que pare frente a la entrada, mire hacia adentro o se estacione allí.
Espero que cuando borremos el rayado todo quede ahí, sólo como un mal recuerdo; pero por otro lado temo que pueda pasar a mayores; pienso en mi hija y mi esposa (que claramente no va a dormir esta noche tan tranquila como ayer) y en si habrá un siguiente paso de quien o quienes se tomaron la molestia de interrumpir su propia cuarentena, salir a la calle de noche y escribir lo que escribieron con spray.
Mi mensaje con todo esto es hacer a todos un llamado a recuperar algunos principios que en estados de emergencia suelen perderse, pero que justamente en estas circunstancias son más necesarios que nunca: Equilibrio. Calma. Altura de miras. Sobre todo de quienes tienen el rol de guiar a otros e influyen en sus opiniones y percepciones. Me temo que está implícito en el ambiente local y en muchas de las declaraciones oficiales del municipio un mensaje que se reduce a que la mejor forma de cuidarse frente a la pandemia es “impedir que gente llegue” o “expulsar gente”. Y como consecuencia ocurren rayados como el de mi casa o el que se ha visto en autos de otras personas. Es 100% condenable la actitud de quienes han tomado esto como unas vacaciones para acudir a una suerte de segundo veraneo sin medir consecuencias. Pero también es importante cuidar cómo se comunica y encauza -ponderando ahí también las posibles consecuencias- la comunicación de defensa de Algarrobo. Hay ex santiaguinos, como nosotros, que también estamos haciendo una vida aquí, que no nos estamos aprovechando de nada y que, por el contrario, queremos cuidarnos y que, por ende, Algarrobo se cuide. Y se cuide integralmente. No quisiéramos que, fruto de la emergencia sanitaria, se imponga un estado de desconfianza, juicio público y una especie de escarnio social de ida y vuelta entre quienes ni siquiera nos conocemos: Desconfianza hacia mí de quien escribió “Ándate CTM” en la puerta sólo porque no me conoce; y desconfianza de mí hacia el conductor del camión de gas sólo porque paró frente a la entrada en un momento inoportuno.
Por favor, a nombre de mi familia y de otras familias que pueden estar en una situación parecida a la nuestra, pido a tod@s considerar este tipo de situaciones que se pueden producir de rebote a partir de comunicación que algunas personas pueden entender de manera distorsionada y mal utilizar. Cuidar a Algarrobo en estos momentos también implica delicadeza y equilibrio. Algún día, si Dios quiere, la pandemia va a pasar, y después de eso seguiremos siendo vecinos.
Francisca Rubio
Muy condenable situación, pero que se puede esperar de una comuna cuyo alcalde avala la violencia. En la ruta F-90 por poco provocan un incendio al hacer barricadas de fuego y escombros impidiendo no sólo el libre tránsito de residentes, sino también de vehículos de emergencia. En una entrevista de ésta semana nuestro alcalde mintió al sostener que todo el comercio de Algarrobo se encontraba cerrado y que ya no habían vacunas para la influenza. Vecino el coronavirus puede llegar a través de cualquier persona que viviendo en la Provincia viaje fuera de ella. Y ni siquiera tomando la temperatura a los camioneros que entran y salen del puerto de San Antonio podrán evitar que se registren nuevos casos. El mayor desafío de la salud en el mundo será detectar a los portadores asintomáticos. Un abrazo y a quedarse en casa.
ResponderEliminarMire, este caso refleja la increible incompetencia de la autoridad, y ahora se relata con acciones mafiosas y con una ignorancia de temer. Es un mal alcalde, no sabe lo que hace y esta dejando que Algarrobo se lo tome la mafia.
ResponderEliminarParece duro lo que observamos, pero es la evidencia. Ademas se agrega la mentira o medias verdades, es mala gestion y lo peor es que parece mal intencionada.Es una aberracion. Todos saben la labor extracurricular de camiones de gas y colectiveros, el y su gente los usa.No debe permitirse que siga por ese camino.Perdon, es triste exponer esta realidad y verdad.
Parece que ninguna de las 2 Franciscas comprende la imprescindible y necesaria UNIDAD de REBAÑO. Francisca 1, solidarizo contigo, pero no por eso reboleo la media en este momento. Ya sobrará el tiempo, si sobrevivimos, para enojarse con el prójimo que ante el miedo se comporta PÉSIMO.- Sugiriendo: para dormir en paz, repite lo que me vi obligado hacer en mi puerta luego de vivir desde hace 26 años en Algarrobo. Al rayado y vociferación de miembros de una caravana (con custodia de Carabineros)exigiendo que me fuera; puse mi propio rayado indicando "NO FUNAR - SOY LOCAL". No me hace feliz pero es el momento. Sin aceptar tampoco la cantidad de personas circulando desde el Jueves.
ResponderEliminarA la que no entiendo es a Francisca 2.- Violencia: es la de los rebeldes, inadaptados sociales que trasgreden cuarentenas, barreras sanitarias y sin aportar nada a la Sociedad, toman vacaciones arriesgando el stock y abastecimiento de suministros locales, EMPUTECIENDO A LOS TIPICOS CABEZAS CALIENTES (que siempre hay) y obligando a disponer de un estado policiaco en momento de necesitar un Estado Solidario.
Amigos VECINOS; No alcanza con no circular, Hay que COLABORAR en mantener el tejido social lo mejor posible. Esto recién comienza ¡¡ Ayudemos a bajar la temperatura de los afiebrados con MUCHA PRUDENCIA.... y paciencia.
Extraño a las Juntas de Vecinos y la UNCO de mi época, cuando hubiéramos "trabajado" con otro estilo muy diferente esta crisis.