BOLETÍN LITERARIO Nº 270

Para quienes gustan de la buena literatura

Por Eduardo Trucco

“ESTUDIOS”. Gastón Bachelard. Amorrortu Editores, Buenos Aires 2004. / Contiene una Presentación de Georges Canguilhem y 5 ensayos. Hemos publicado varias obras de Bachelard en el Boletín; pero todas ellas, más bien en su variante “poética”; Bachelard tiene otra vertiente: filósofo y conocedor de las ciencias, las matemáticas, la química y la física. La obra no es sencilla; y con nuestra formación leemos la obra, a ratos, con la impresión de “sobrevolar” el sentido de la misma. Su amplia cultura, su formación a la vez filosófica y científica hacen de ésta una obra atractiva. Bachelard, fue un innovador y un autor de amplia formación y generosa imaginación; por lo mismo, se podrá apreciar que no expresa todas sus ideas en un lenguaje estrictamente científico, sino que influido por su vertiente filosófica e imaginativa.

De la Presentación:

1. “No soy más que el sujeto del verbo estudiar. A pensar, no me atrevo. Antes de pensar, hay que estudiar. Sólo los filósofos piensan antes de estudiar.” (Cita de una obra del propio Bachelard). Pág. 9.

2. La ‘Crítica del concepto de frontera epistemológica’ opone al concepto religioso o jurídico de frontera metafísica infranqueable, el concepto operatorio de límite a ser transgredido experimentalmente. Pág. 11.

3. Gaston Bachelard ha nacido, ahora, doble y completo. Su vida de filósofo va a realizarse en un quehacer uniforme según dos temporalidades distintas: el tiempo acelerado de la impaciencia epistemológica, inquieta ante la idea de ser distanciada por la dialéctica del saber, y el tiempo perezoso de la ensoñación, “no atormentada por censuras”. Pág. 13.

De “Noúmeno y microfísica”. 

4. (Refiriéndose a los nuevos signos de la Física contemporánea) Al intentar descifrarlos, advertimos que los signos desconocidos son de difícil interpretación para nuestros hábitos psicológicos. Pág. 16.

5. ¿No se trata de una cooperación más profunda entre el objeto y el movimiento, de una energía compleja en la que convergen lo que es y lo que deviene? Pág. 17.

6. Una medida precisa es siempre una medida compleja: es, por lo tanto, una experiencia organizada racionalmente. Pág. 18.

7. El conocimiento científico es siempre la reforma de una ilusión. Pág. 19.

8. La microfísica ya no es una hipótesis entre dos experiencias, sino más bien una experiencia entre dos teoremas. Pág. 20.

9. La física matemática reúne así el espíritu de fineza y el espíritu geométrico; mejor dicho, ella confiere a la fineza el rigor y la certeza geométricos. Pág. 21.

10. Así pues, el mundo oculto de que nos habla el físico contemporáneo es de esencia matemática. Pág. 23.

11. Dicho en otras palabras, una buena hipótesis de física es por fuerza de orden matemático. Debe ser fecunda en pensamientos tanto como en experiencias; ella se verifica por efectos. Pág. 27.

12. La dificultad causal de nuestro conocimiento del átomo sería asimismo metafísicamente expresable por una nueva interferencia del ser y de lo probable. Pág. 29.

13. El noúmeno es un centro de convergencia de nociones. No es preciso construirlo a través de un esfuerzo matemático. Pág. 30.

De “El mundo como capricho y miniatura”.

14. ¡El mundo es mi miniatura, pues está tan lejos, es tan azul, tan calmo cuando lo tomo donde está, como está, en el ligero dibujo de mi ensoñación, en el umbral de mi pensamiento! Pág. 31.

15. Sin duda, la representación es por esencia una sistematización más vasta; atrae no solamente la cooperación de los diversos sentidos, sino también la ayuda de la memoria y la organización de la razón. Pág. 33.

16. …la representación completa encuentra su primera y más profunda raíz en la representación visual. Pág. 34.

17. Si pudiéramos convencernos de lo pueril de nuestra experiencia energética, toda la psicología se modificaría. Pág. 35.

18. Veremos entonces que la percepción es más bien anticipación que recuerdo, que procede menos del estímulo objetivo que del interés subjetivo,… Pág. 37.

19. Sin embargo, hay un punto que quisiéramos destacar, y es que un metafísico no puede quedarse fijado en la zona media de la representación sin hacer constantes referencias a la ensoñación por un lado, a la fantasía de los caprichos por el otro. Pág. 38.

20. En el acecho, en la vigilancia atenta, podemos decir que se mira un objeto ausente. Pág. 41.

21. (Refiriéndose a que es distinto ‘profundidad’ y ‘profundización’) Esta ‘profundización’ abre verdaderamente la cuarta dimensión: superado el umbral metafísico, se trata de una dimensión infinita para la que no se puede concebir un tope como para cualquier otra dimensión. Pág. 49.

22. Una mirada penetrante no es sólo una mirada cabalmente ajustada a las dimensiones geométricas exteriores. Ella desciende hacia una intimidad objetiva, y dibuja, con su esfuerzo, una forma a priori de la intimidad.

De “Luz y sustancia”:

23. …la necesidad de distinción prima sobre la necesidad de identificación, que el pluralismo ordenado y completo de la experiencia prima sobre la unidad natural e inmediata de la intuición. Pág. 54.

24. De hecho, las leyes causales se aprenden por los fenómenos técnicos más que por los naturales, y ahora tenemos la certeza de que la acción general de la luz sobre los vegetales no nos permite despejar de entrada las relaciones entre la luz y la materia. Pág. 62.

25. Es evidente que el hecho científico no puede ser precisado sin un cuerpo de precauciones minuciosas. Pág. 66.

26. Al aceptarlo todo de una sola mirada, la intuición genera la adhesión insensata y total de un ser primitivo seducido por la simplicidad. Pág. 67.

27. Será preciso, en suma, advertir la complejidad de una idea simple, la oscuridad de una idea clara. Pág. 70.

28. (Refiriéndose a la experiencia fotoquímica) La experiencia particular adquiere un valor general, esclarece dominios alejados de su ámbito de origen. Pág. 76

29. Cualidad, cantidad, continuidad, discontinuidad son otras tantas apariencias que se intercambian en los elementos de la microfísica, en los átomos, en las moléculas y tal vez en ciertas organizaciones cristalinas. Pág. 81.

30. Un cambio en la organización espacial de la materia va fatalmente acompañado de un cambio energético,… Pág. 87.

31. Nos parece harto evidente, por el contrario, que la sustancia ha abandonado en cierto modo lo espacial por lo temporal. Hay que retornar entonces al eje de la cultura intuitiva. Ya no es la materia la que debe dar la primera lección. Es la radiación. Es la luz. Pág. 88.

De “Crítica preliminar del concepto de frontera epistemológica”:

32. ¿Tiene un sentido absoluto el concepto de límite del conocimiento científico? Pág. 89.

33. Sólo la ciencia está habilitada para trazar sus propias fronteras. Pág. 92.

34. …el pensamiento científico es por esencia un pensamiento en vías de asimilación, un pensamiento que ensaya trascendencias,… 

35. Podemos aceptar, pues, como demostrado que la experiencia va más allá de la observación. Ahora bien, en cuanto se trascienden las fronteras de la observación inmediata, se descubre la profundidad metafísica del mundo objetivo… El mundo que se oculta bajo el fenómeno es más claro que el mundo aparente. Pág. 95.

36. Las intuiciones primeras son siempre intuiciones a rectificar. Pág. 98.

37. La filosofía científica debe en cierto modo destruir sistemáticamente los límites que la filosofía tradicional había impuesto a la ciencia.

De “Idealismo discursivo”:

38. El pensamiento comienza en un diálogo falto de precisión en el que el sujeto y el objeto se comunican mal, pues ambos son diversidades desparejas. Pág. 99.

39. La precisión del punto de partida no influye sobre la certeza del recorrido. Pág. 100.

40. Una verdad no alcanza su pleno sentido sino al término de una polémica. No puede haber verdad primera. Sólo hay errores primeros… La experiencia es, precisamente, el recuerdo de errores rectificados. Pág. 101.

41. ¡La ley es dictada por el detalle, la excepción se convierte en la regla, el sentido oculto es el sentido claro! Pág. 102.

42. El conocimiento se dinamiza por el hecho mismo de su historicidad. Teniendo una historia, tiene un destino. Pág. 103.

43. Lo pleno del ser estático da paso a las ondulaciones del ser dinámico. Los vacíos del futuro interfieren en lo pleno de las impresiones presentes. Las razones para cambiar compensan las razones para permanecer. La experiencia misma se jerarquiza. 

44. La verdadera agilidad espiritual se despierta en la abstracción y en la coordinación de las ideas. Pág. 104.

45. El sujeto, al meditar sobre el objeto, elimina no sólo los rasgos irregulares de este sino también actitudes irregulares de su propio comportamiento intelectual.

46. Un alma vibra entera en un pensamiento feliz sólo porque ha hallado resonancias y simpatías en el mundo objetivo. Pág. 105.

47. …un idea es siempre solidaria de correlaciones. Ella vale por su papel. Su papel depende de su lugar. La idea es un instante en el largo discurso que el ser propone a otro,… Pág. 106.

48. El sujeto toma así conciencia de su poder de recogimiento, de su verdadera soledad, de su atrincheramiento posible, de su independencia con respecto a lo dado… 

49. Yo me engañaba sobre las cosas. Así pues, no soy en verdad el que creía ser. Pág. 107.

50. Sin embargo, no me conozco distintamente en la simple intuición de un impulso espiritual. Es necesario que añada a esta intuición el recuerdo de los estancamientos pasados. Capto entonces dialécticamente el aumento de ser que resulta de la conciencia de un error reconocido.

51. El espíritu se ve así mejor en el límite de sí mismo. Pág. 108.

52. No me describiré, pues, tal como soy sino diciendo lo que ya no quiero ser. Pág. 110.

53. Mi ser es mi resistencia, mi reflexión, mi rehusamiento.

54. De hecho, no somos originales sino por nuestras faltas.

55. ¿Cómo puedo definirme al término de una meditación en la que no he cesado de deformar mi pensamiento? Esto no puede ocurrir más que prosiguiendo esta deformación hasta el límite: yo soy el límite de mis ilusiones perdidas. 

1-5-2020/ET

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