EL ESTRÉS EN TIEMPOS DE PANDEMIA

Por: Lorena Esquivel Ortega

Psicóloga- Magister (ts) Gerontóloga Social

El estrés es una reacción del organismo que se genera por una respuesta ante condiciones externas, que percibimos como amenazantes o demandantes, y nos prepara para reaccionar ante situaciones nuevas, de gran exigencia o peligrosas, nos ayuda a reaccionar mejor cuando estamos ante una emergencia y muchas veces está relacionado con los cambios, que exigen del individuo un sobreesfuerzo. De hecho, el estrés es beneficioso porque nos ayuda a adaptarnos a las circunstancias. 

No solo las situaciones agresivas, violentas, desfavorables son causantes de estrés. También lo pueden ser circunstancias agradables, bienvenidas pero muy cargadas de emoción o de tensión.

Esto último lo podemos explicar de la siguiente manera: por ejemplo: si yo tengo un evento cualquiera “se casa mi hijo o hija, va a nacer un nieto/a, viajaré, etc.” a estas situaciones le doy un significado o un valor positivo, por lo que el estrés que causa este evento será beneficioso y me preparará para responder adecuadamente. Permitirá que seamos creativos, que tomemos iniciativas y respondamos eficientemente a aquellas situaciones que lo requieran, nos dará energía, mayor rapidez y eficiencia a la hora de resolver o cumplir con ciertas actividades, nos estimulará a enfrentarnos a los problemas que puedan surgir en este evento. Es decir, que podremos completar las tareas a tiempo, y así, envolvernos en más actividades y retos estimulantes.

Pero si, por lo contrario, ocurre un evento que lo percibo como de consecuencias desagradables, perjudiciales, o amenazante, entonces se desencadenará una respuesta de estrés negativo, por así decirlo. Por ejemplo; un duelo, una enfermedad, problemas económicos, e incluso una visita que para usted es desagradable. Esto va a producir emociones negativas o complicadas. Entre las situaciones desfavorables se encuentra el momento actual de pandemia covid 19.

Entonces, cuando la situación que genera el estrés dura mucho tiempo, puede perturbar el equilibrio físico y emocional de la persona y poner en peligro su bienestar personal.

El estrés, puede manifestarse en síntomas, tanto de carácter físico como psicológico. Por ejemplo:

Síntomas físicos: Taquicardia y sensaciones de opresión en el pecho; sudoraciones; problemas en piel y en el cabello; dolores de cabeza frecuentes; molestias estomacales; diarrea o estreñimiento; mandíbula rígida, músculos tensos; tensión o dolor muscula; cambios en los patrones de sueño; dificultades para dormir, insomnio o somnolencia; cambios en la alimentación; variaciones de peso inusuales; mayor consumo de alcohol, tabaco u otras drogas; agravamiento de problemas de salud crónicos; entre otros.

Síntomas psicológicos, como, por ejemplo: Tics nerviosos, irritabilidad, ansiedad; sensación de fracaso; sensación de angustia; nos hace sentir más irritados, o nerviosos; cansancio, agotamiento, desgano; decaimiento; temor y preocupación por su salud y la salud de sus seres queridos; dificultad para concentrarse; dificultades de memoria; cambios en el deseo sexual. A estos síntomas se le suman, en casos severos, la pérdida de cabello, depresión, acné, menstruación irregular, entre otros. 

Estos síntomas no necesariamente se deben presentar todos juntos, si no basta con 1 o 2 de manera persistente para estar alerta y tomar las medidas necesarias.

Es importante afrontar el estrés como un desafío y no como una amenaza. También, poder identificar en nosotros el estrés, no negarlo, ni evadirlo, ya que reconocer que me siento complicado/a me permitirá hacerle frente y así poder ayudarme. Lidiar con el estrés permitirá que usted, las personas importantes de su vida y su comunidad se vean fortalecidos.

Próximamente revisaremos algunas consejos o recomendaciones para enfrentar de mejor manera el estrés, y sentirnos mejor.

Si desea enviarme un comentario, sugerencia o consulta, puede escribirme al mail: 

lorenaesquivel.algarrobo@ gmail.com

Muchas gracias, un abrazo, ¡que estén muy bien ¡