Fuente: Pablo Salinas
El estudio detecta en total 72 puntos de impacto, 13 de los cuales, sometidos a determinados criterio de evaluación, son considerados como "significativos". Dentro de estos, los más relevantes son los que tienen que ver con las lagunas de Llo-Lleo, las que, como se sabe, el proyecto pretende hacerlas desaparecer por completo, convirtiendo toda su extensión -que el estudio limita a 17,3 hectáreas, pero que su área ecosistémica supera holgadamente las 30- en estacionamiento de camiones y punto de acopio de containers. El impacto negativo asociado a la "pérdida del hábitat" de la fauna nativa del sector es, de hecho, el más alto de todos (-45) y tampoco podría no serlo.
Las faenas de ampliación consideradas en este proyecto conllevan además la afectación de otros puntos de la comuna, como la desaparición de toda la playa de Llo-Lleo, daño a la fauna nativa del sector de las dos canteras contempladas para extraer material de relleno, trastornos socioeconómicos a las caletas Pacheco Altamirano, Puertecillo y de la Boca del Maipo, entre varios otros. Respecto a este último punto, el estudio incurre en una severa omisión al no considerar las 60 hectáreas del sector sur de la desembocadura del Maipo como Santuario de la Naturaleza, toda vez que sí se reconoce, por ejemplo, una alteración relevante al estuario.
La consultora contratada por la empresa portuaria para realizar este estudio (entre sus clientes destacan mineras -AngloAmerican, Pelambres- y el área energética -Gasco, AES Gener y la misma Alto Maipo-), más allá de las omisiones o criterios de evaluación cuestionables, comete un error de base al negligentemente omitir o, en el mejor de los casos, subestimar la envergadura de la importancia medioambiental del área donde el proyecto pretende desarrollarse. El área se trata, en rigor, del punto ecosistémico, corredor biológico y hábitat de fauna nativa por lejos más importante de toda la provincia. El sector ya cuenta, desde noviembre de 2019, con un área protegida, que con cerca de 180 especies cobija el 34% de la avifauna nacional, y además con otra, el humedal más extenso y rico del litoral, con 59 especies entre aves, reptiles, anfibios y mamíferos, 6 de las cuales vulnerables en cuanto a su conservación.
En síntesis, el proyecto de PGE, desplegado sobre una mesa de directorio, puede resultar coherente, factible, rentable, en términos económicos, logísticos, estratégicos. Pero en términos ambientales, tal como está hoy planteado, resulta simplemente inviable.
Enlace estudio:
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