Psicóloga- Magister (ts) Gerontóloga Social
Hoy tenemos un dilema: o enfrentamos esta crisis como un problema o la enfrentamos como un desafío, y como desafío darnos la oportunidad de ver y mirar a nuestro alrededor. Hoy está en nuestras manos poder realizar cambios, mejorar lo perfectible, hacer consciente nuestras carencias como sociedad y como individuos crecer, reinventarnos y también valorar lo que tenemos.
Esto lo aplico a todo orden de cosas, como por ejemplo en las relaciones sociales, interpersonales, en la comunidad y por supuesto en las relaciones afectivas, las que hoy se han visto malogradas por el distanciamiento de protección al contagio, y como dije en comentarios anteriores, esto atenta contra los vínculos, los que son básicos para el bienestar psicológico de las personas.
Extrañamos, por cierto, el abrazo, el beso, el tocarnos sin problemas o muchas otras formas de mostrar cercanía, hoy muchos de estos gestos, que nos eran cotidianos, han adquirido un significado diferente, por lo que sin duda también han alcanzado un valor significativo.
Es imprescindible entonces, redescubrir las relaciones con nuestras figuras más cercanas, despertar relaciones que estaban dormidas, dialogar con el otro/a, conocer y reír con sus ocurrencias, descubrir sus gustos, sus desvelos, sus historias, recuperar emociones compartidas, vivir emociones nuevas, aprender con las diferencias, etc.
El afrontar nuestras relaciones en el momento actual, nos exige a cada uno y cada una de nosotras/os adaptarnos a la nueva situación, con disposición al nuevo contexto, y a adoptar una perspectiva diferente ya que, además, nos da la oportunidad de prepararnos para los próximos escenarios, permitiéndonos de esta forma, llegar más fortalecidos/as.
Las relaciones saludables, nos hacen sentir más seguros con nosotros/as mismos/as como con los demás, nos hace sentir más confiados, reconocidos y validados/as, interesados/as por uno mismo/a y también por los/as demás.
Sin embargo, convivir durante todo el día juntos/as, donde la permanencia es indefinida e incierta, soporta muchos cambios, nuevas rutinas, el uso de los espacios, la organización del hogar sufre variaciones, se multiplican las tareas, etc., resulta ser una situación que no es fácil de asimilar y de manejar, por esto es importante comprender que es normal sentirnos excedidos/as, preocupados/as, estresados/as y/o ansiosos/as, pero cuidando que esto no resulte perjudicial para la salud mental de las personas, las relaciones, y/o del grupo familiar.
Por lo tanto, tenemos el desafío de acercarnos, reinventar y recrear nuestros vínculos en todo orden, esto es un reto para poder resignificar y afrontar nuestras relaciones, esta nueva realidad, como una oportunidad de crecer en lo social, en lo interpersonal y principalmente en lo familiar como eje que sustenta nuestra sociedad.
Les dejo con esta interesante frase de Isabel Allende, de su libro: El Plan Infinito:
“Tienes que tocar fondo, entonces das una patada y subes a la superficie de nuevo. Las crisis son buenas, son la única forma de crecer y de cambiar”
Si desea comunicarse conmigo, enviarme un comentario, sugerencia o consulta, puede escribirme al mail: lorenaesquivel.algarrobo@ gmail.com
Un saludo cordial para cada uno/a de ustedes.
Loren@, me gusto bastante tu artículo... muy bueno... sin duda estamos viviendo una situación díficil a nivel mundial, y en lo emocional muy fuerte, pero vamos a responder con éxito a este DESAFIO.
ResponderEliminarUn Abrazo y muchas GRACIAS !!!....