Por Pablo Salinas
Un paso importante en la defensa del patrimonio natural de la provincia se ha dado recientemente: tras varios meses de arduo trabajo, se ha concluido con la elaboración del expediente técnico justificatorio para la protección definitiva del Humedal El Membrillo de Algarrobo.
Este relevante documento se compone de informes técnicos, los que tienen que ver tanto con aspectos biológicos -hechos en base a los monitoreos que el Departamento de Medio Ambiente del municipio algarrobino viene realizando en forma periódica desde 2015-, como hídricos y de restauración ecológica, además de un estudio urbanístico, el que incluye una propuesta de ordenamiento territorial y estudios de riesgo.
El trabajo compromete e integra esfuerzos de la unidad ambiental municipal ya mencionada y de organizaciones vecinales locales, además de la Fundación Kennedy, organismo que desde 2007 desarrolla una destacada labor de resguardo de los humedales de la comuna y que esta vez tuvo la responsabilidad de llevar esta tarea a buen puerto.
Conversamos brevemente con su presidente, Peter Kennedy.
Hace 15 años atrás, cuando nace la Fundación Kennedy, en Chile se hablaba de esteros, lagunas, pero no de humedales. El concepto humedal, como ecosistema, es algo que hoy, con el correr del tiempo, ha alcanzado un grado de penetración importante, tanto a nivel social como político-administrativo (ley de humedales urbanos). El Membrillo, me parece, entra dentro del radar de la Fundación prácticamente desde sus inicios...
Efectivamente la palabra humedal comenzó a ser usada hace unos 15 años, pero no entró al lenguaje popular hasta más recientemente. Como la mayoría de los cambios en el lenguaje, junto con provocar una mayor atención hacia los humedales que formar parte de nuestro patrimonio natural, este cambio conlleva una tendencia a perder el uso de las palabras castellanas para esteros, lagos, bofedales y otros lugares con aguas dulces que ahora se agrupan en “humedales”.
Cuando sufrí un accidente cerebro-vascular en 2004 me retiré de la empresa que había formado y con mis hijos Denis y Julia formamos la Fundación, con la intención que mi trabajo personal contribuyera a hacer algo útil. Elegimos los humedales porque sufrían toda clase de amenazas antrópicas y porque había humedales importantes en Algarrobo. El trabajo de conservación requiere del conocimiento muchas leyes y demás instrumentos de la administración pública –un área en que hemos contado con la valiosa colaboración de Arquímedes Cecconi, de Miguel Palet y Sari Araya y otros de vecinos de la comuna. Con el apoyo pro-bono del estudio de abogados Ferrada Nehme hemos llegado hasta la Contraloria General cuya última decisión no fue favorable para nuestra campaña de años para proteger El Membrillo. Pero seguiremos batallando, ahora con el apoyo de la Municipalidad con su Departamento de Medio Ambiente. Nos preguntamos: ¿por qué es tan ingrato trabajar para proteger lo que nos pertenece a todos los chilenos?
Casos de humedales que se ven cercados por el casi incontenible avance inmobiliario se suman por cientos a lo largo del país. El Membrillo, sin embargo, parece ser uno de los más emblemáticos, como verdadero oasis de vida vegetal y silvestre junto al mar en medio de dos grandes moles de cemento. El expediente técnico, en cuya elaboración la Fundación jugó un rol importante, ¿de qué manera ayudará en la concreción de la protección definitiva de El Membrillo?
El expediente técnico fue preparado por profesionales contratados gracias a los fondos que se reunieron en el Bingo, organizado en forma desinteresada por Fernanda Vidal (actual coordinadora de proyectos en Algarrobo) y que se realizó el 12 de octubre del año pasado [N. del E: Apoyo del Comité Ambiental de Algarrobo y Movimiento Rescate Pingüino]. Gracias a los profesionales que colaboran sin remuneración con el trabajo -Liliana Iturriaga, Carlos Medina, Raúl Demangel, para nombrar los más destacados - tenemos la información técnica que confirma la importancia de El Membrillo y de los demás humedales de la comuna.
Para nuestro trabajo en otras comunas contamos con financiamiento para proyectos individuales, como son los casos de Huiscapi en Loncoche y de La Chimba en Antofagasta. Son innumerables los chilenos que quisieran colaborar activamente con nosotros. La dificultad es que el trabajo requiere la atención 24/7 de un(a) vecino(a) contratado(a), asesorado y controlado por nuestra Fundación y recibiendo el apoyo de nuestras experiencias de 16 años. Hay miles, literalmente, de profesionales en la administración pública y en las municipalidades que ganan la vida trabajando en beneficio de la comunidad. Pero ha sido notoria su falta de preocupación por los humedales. A veces las autoridades crean más problemas que soluciones.
Es cierto, tal como dice usted, que el avance inmobiliario es la mayor amenaza para la sobrevivencia de nuestros humedales costeros. Y esta amenaza tiende a consolidarse con el reciente traspaso de la responsabilidad por el borde costero desde el Ministerio de Defensa a través de la Armada hacia el Ministerio de Bienes Nacionales, siendo la intención de esta medida facilitar construcciones frente al mar. A título personal, no soy optimista. Pero con nuestro equipo de 4 profesionales seguiremos trabajando con entusiasmo y con amor por nuestros humedales.
Felicitaciones a la Fundación Kennedy por su arduo trabajo en la protección de los Humedales de Algarrobo y del país. Muchas gracias.
ResponderEliminar