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martes, 29 de septiembre de 2020

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Por Pablo Salinas

En esta foto que hoy comparto, se ve al compositor Enrique Soro (a la derecha), junto a su esposa, Adriana Cardemil, y sus amigos, el doctor Parada y su mujer Olga, todos en la playa de Cartagena en el verano de 1927. Soro, entonces con 43 a帽os, pasa religiosamente largas temporadas estivales en su casa de calle Estado del conspicuo balneario.

Pero conviene puntualizar algunos aspectos, que nos ayuden a entender la gran relevancia de Soro dentro de la escena cultural chilena y, en el fondo, dentro de la historia de Chile: con apenas 14 a帽os hab铆a partido becado por el Senado a estudiar al Conservatorio de Mil谩n, uno de los m谩s prestigiosos de Europa, donde se graduar谩 en 1904, volviendo a Chile al poco tiempo. Es decir, cuando Soro parte a perfeccionarse a Italia, lo hace antes que otro de nuestros grandes talentos de la m煤sica, como Claudio Arrau, quien como sabemos partir谩 tambi茅n becado a instruirse, en su caso a Alemania, m谩s de una d茅cada m谩s tarde. En Europa Soro se codea con figuras de primer nivel, como Giacomo Puccini -el creador de 贸peras legendarias, La Boh猫me, Tosca, entre otras- o Maurice Ravel -creador del inmortal Bolero-. En cuanto a la m煤sica orquestal, tal es la trascendencia de su aporte que algunos expertos lo se帽alan como el primer m煤sico chileno en crear una sinfon铆a.
Soro es un enamorado de Cartagena. Prueba de ello son las numerosas composiciones que escribe en el balneario. El v铆nculo con la localidad se extiende desde 1924 hasta al menos 1946, a帽o en que compone "Impresiones de Cartagena", pieza para viol铆n y piano, la que, inexplicablemente, permanece todav铆a in茅dita.

Un punto muy interesante que esta magn铆fica foto nos ayuda a percibir: ya en 1927, es decir, mucho antes que tanto Huidobro y Neruda se vinculen en forma concreta con el litoral, otros artistas nacionales de primera importancia hab铆an establecido lazos de vida y creaci贸n con estas tierras. A comienzos de esa misma d茅cada, los pintores Pedro Subercaseaux y Alberto Valenzuela Llanos hab铆an pasado fecundas temporadas en Algarrobo; desde los primeros a帽os de 1910, uno de nuestros primeros galardonados con el Nacional de Literatura, el poeta Pedro Prado le escribe exultantes cartas a otro poeta, Magallanes Moure, desde su casa en Cartagena... (y, s铆, esta correspondencia, con las excepcionales descripciones del paisaje que hace Prado, pueden perfectamente se帽alar la piedra fundacional, la verdadera piedra fundacional de este "Litoral de los Poetas").

(La foto pertenece al registro del nieto del compositor, Roberto Doniez, y fue gentilmente compartida para ser publicada en este medio).

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