Estimados Vecinos
Mi nombre es María Soledad González Aramundiz, mamá de Trinidad, una niña maravillosa de cinco años que anhelo que crezca en la calidad de vida que tiene nuestro Algarrobo. Donde la vida de barrio trasmite los principios e historia de las familias fundadoras, con un crecimiento económico de la mano del turismo que busca caminos en respeto y protección del Medio Ambiente y una ciudadanía que crece y aprende en una mistura de los nacidos y aquellos que hemos elegido esta comuna para hacer familia. Trabajar por ello fue una de mis principales motivaciones para ser candidata a concejal en las pasadas elecciones municipales. ´
El fin de semana de las elecciones fue complejo. El contexto ya era difícil. Cuatro elecciones en dos días en medio de la peor pandemia sanitaria que tengamos memoria desafiaba el trabajo del Equipo del Servel, la coordinación de Militares y Carabineros, la entrega de los Funcionarios Municipales y el gran servicio de los Vocales de Mesa y los Apoderados de los candidatos.
El problema fue que durante ambas jornadas vivimos hechos fuera de la normativa. A pesar de que nuestros Apoderados llegaron el sábado a las 7:30 hrs, hubo mesas donde no se les permitió registrase. En otras, por indicación de los Encargados de Local se definió por el “cachipún” quien debía quedarse ya que normaron un aforo menor al indicado por el Ministerio de Salud y dejo ciegas la mayoría de las mesas.
En el Colegio Carlos Alessandri y en el Liceo Carlos Alessandri hubo 16 mesas en cada uno de ellos, los Encargados solo nos dejaron entrar 2 y 4 apoderados, a pesar de que no todos los candidatos tenían voluntarios. Alejados de la Ley, incluso en pandemia ya que no debemos olvidar que los procesos eleccionarios son actos públicos. Comprendemos que había que cuidar especialmente a los Vocales, pero nunca se puede hacer entre cuatro paredes.
Yo tenía sólo 11 años cuando mis papas me enseñaron el valor de la democracia. Vivía en La Florida y la campaña del No fue parte de nuestra historia familiar. Sin violencia, ni amenazas, solo con el poder de un papel y un lápiz y la paciencia de eternas filas se hizo valer la opinión de la mayoría y cambio el futuro de nuestro país. Esto me merece respeto.
La madrugada del 17 de mayo regresamos tristes porque habíamos perdido por 4 votos y no teníamos la certeza que el proceso había sido justo en las mesas donde no teníamos apoderados. En la mañana, la llamada de un amigo fue la señal de alerta. “En mi mesa sales con cero votos y yo vote por ti ahí”. Nos fuimos al Colegio Escrutador de Cartagena y nos dimos cuenta de que habían errores y no solo en nuestra votación sino también en otros candidatos.
Quiero aclarar que nunca hemos creído que los errores son intencionales. Hay que comprender el contexto. Domingo en la noche, los concejales fueron la cuarta elección que contaban, el cansancio se hace latente y afuera de los colegios los vencedores celebraban su triunfo con caravanas y bocinas. Además, una leve falla de diagramación de las actas podía generar errores entre lo que registro las urnas y su reflejo en las actas.
Lo conversamos como equipo y decidimos ir al Tribunal Electoral de Valparaíso aunque los resultados podían no ser favorables para nosotros. Nos movía el valor de la verdad y la justicia de la democracia. Sin apoyo partidario agradezco la generosidad de Nicolas Gagliardi y Gustavo Valdés, quienes creyeron en nosotros y en forma gratuita nos han asesorado y representado en Valparaíso y Santiago.
Porque el TER Valparaíso dijo sólo 4 mesas y el Tribunal Calificador de Elecciones dijo que existían argumentos concretos para recontarlas todas, en cuidado de nuestra democracia. Este ha sido nuestro triunfo porque no es no saber perder, sino perder en justicia.
Aclaramos, no es por un voto, no es contra Harry Alvarez – a quien consideramos que será un gran concejal con una importante trayectoria en nuestra comuna – es porque todos debemos cuidar la confianza electoral y si tenemos dudas en las decisiones de los Encargados de Local o las indicaciones entregadas existen herramientas que podemos y debemos utilizar. Sobre todo en un año donde al menos nos quedan dos procesos eleccionarios.
Agradecemos a todos los que nos han llamado estos días y se han hecho parte de nuestra búsqueda de verdad a pesar de que tengamos domicilios políticos distintos. También aquellos que se han enojado y definen como “pataleta de perdedores” los que hemos vivido. Incluso agradecemos a los que nos han ignorados y su silencio nos enseña cuan importante es el cuidado de la democracia para ellos.
Mañana termina este capítulo y tendremos la certeza que las Actas reflejarán la voluntad de los algarrobinos. Nosotros seguiremos trabajando por nuestra comuna, dentro o fuera del Concejo Municipal, porque es un deber ciudadano y así lo indica el corazón, que está enamorado del Servicio Público.
Sin ser un seguidor de su tendencia política, aplaudo el hecho de poner como condición sine qua non la transparencia y el resguardo de la democracia verdadera. Debemos tomar conciencia de cuidar nuestra democracia ante cualquier intento de quiebre, venga de donde venga.
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