Port Alien Carraz
Desde la vereda de la gente que es sumamente normal (entendiéndose por normal a toda persona que tiene que trabajar para pagar lo que consume), los encuentros cercanos de Sichel y Boric son una especie de telenovela venezolana en la que los personajes principales se sacan los trapos al sol con el solo afán de menoscabarse mutuamente, porque con las puras ideas y planteamientos de un futuro mejor para todos los ciudadanos de este país (o sea, nosotros) no les alcanza.
Y para más remate, ahora se les une la señora Provoste. Esta distinguida dama de la política criolla, anuncia, en tono de codazo y zancadilla, que el novel candidato Boric tiene menos experiencia parlamentaria que una puerta giratoria en una secundaria.
También, nos informa que este buen chico, apenas salió de la U, se fue casi al trote a candidatearse.
Doña Provoste, sin pestañear, habla de que la “experiencia de Estado” es extremadamente relevante porque no se trata de aprendizajes de libros, sino de “recorrido”. Es decir, le deja caer encima al ciudadano Boric (como si fuera un piano de cola) todo el peso de su paso por la presidencia del Senado.
Uno se pregunta si la mentada “experiencia” que han tenido todos los otrora grandes protagonistas de la política nacional ha servido de algo más que para un vendaval de discursos a la causa de apernarse en el poder.
A estas alturas del partido, la gente, la ciudadanía, los gritones que empujan el carro de las protestas, no creen en la “experiencia” ni en el bagaje ni en la antigüedad del cargo ni en los años de circo y mucho menos en los expertos políticos de escuela.
Lo de los políticos nuestros, es la pelea callejera, el salivazo a distancia, la ironía, la falta táctica y toda la gama de palabrería económica (para no decir, barata) que se puede extraer del tarro de los desperdicios pero que sirve para que la gente que babea compre y se quede inmersa en una nube de tal magnitud que termine votando siempre por el que no es. Así ganó Piñera, por ejemplo.
No se presiente que con un candidato como Sichel, que presume vista al mar, pero que centra su discurso en la emboscada o la asechanza sobre su rival para sacarle lustre a su propuesta, estemos ad portas de un futuro lleno de esperanzas y un país libre de estallidos y portonazos. Más bien, nos da la idea que volveríamos a tener un buen árbol con menos hojas que un álamo en invierno donde guarecernos.
No se preocupe, Don. Al parecer, esta elección ya tiene nombre y apellido. Y no se lo voy a dar, pero es un puntarenense de tomo y lomo.
ResponderEliminarApoyo la moción, Cayetano. Sin embargo, y a pesar que ya hay 8 puntos de ventaja de Boric sobre Sichel y Bolsonaro... perdón, dije Kast, me preocupa que Corazón Valiente se meta en las patas de los caballos con jinetes que usan espuelas filudas y que no les importa sangrar los flancos del animal con tal que puedan pasar por encima del que se les ponga por delante. En ese tipo de rodeos se aporrean entre sí los políticos de escuela que después se dan la mano en bambalinas y se arreglan los bigotes, unos a otros, y a costa de todos nosotros.
ResponderEliminarSomos un país que emocionalmente vivimos en la prehistoria porque le damos nuestro voto a los zorros que hablan bonito y venden promesas a precio de oferta. Ojalá que esta vez nos centremos en ser racionales, observantes, exigentes y seamos capaces de analizar con suficiente frialdad de conciencia las ventajas y desventajas que percibimos (y las que están a la vista pero no las medimos bien), antes de dejarnos llevar por los discursos y aquellas otras palabras bien estudiadas y aprendidas que los candidatos nos dejan caer encima como si fueran las biblias que abren el cielo ante nuestros ojos.
No vote por el verso. Vote por lo que percibe su voz interior cuando pone sus sentidos al servicio de leer el lenguaje corporal del pretendiente al trono. Cualquiera que sea. Y si no cacha una, pida ayuda. Hable con alguien de su entera confianza y pregúntele porqué va a votar por tal o cual candidato o porqué NO va a votar por tal o cual candidato. A lo mejor le sirve para decidir.
No me gusta la forma de la politica actual.No me explico como de 17 millones se eligierion estos candidatos para ser un estadista y lider para Chile, la culpa si es de todos nosotros incapaces de trabajar por el pais.Busquemos al mas capaz
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