SANTIAGO, LA CIUDAD MÁS SEGURA DE AMÉRICA LATINA (¿?). Opinión

Por Alien Carraz

La llamada Unidad de Inteligencia de la revista The Economist, publica cada dos años un índice de las ciudades más seguras. Según este estudio - aparentemente científico - Santiago, es la madre Teresa de todas las ciudades de América Latina.

Se le asigna un índice de seguridad que alcanza los 65.3 puntos de 100 posibles.

El bueno de Maduro ha puesto a la capital de Venezuela en el otro extremo de la lista. La ciudad más insegura de todas las Américas posibles, incluido del resto del mundo, es Caracas.

Si Santiago es sindicada como la ciudad más segura de América Latina, yo también podría decir frente al espejo de mi baño, que veo al “hombre más guapo del universo y sus zonas aledañas”.

A pesar que toda comparación es siempre odiosa, no podemos, porque no sabemos, descifrar cuál es la vara conque se mide la seguridad de una ciudad en este estudio.

Los menos pudientes del sector poniente de la capital no tienen ni remotamente las mismas herramientas, artefactos, números cámaras por m2, pertrechos, dedicación policial y otros instrumentos de seguridad, que los bien dotados del sector oriente. Aún así, resulta evidente que los malos prefieren quitarle la cartera Gucci a una dama que expele un chanel 5 que abofetea hasta los 10 metros, que al bolso de cuero sucedáneo de una sufrida señora con aroma a jabón popeye.

Los científicos a cargo del análisis no deben saber mucho de motochorros, portonazos, asaltos, secuestros, balaceras, ajustes de cuentas, femicidios y toda la gama de brutalidades que ocurren cotidianamente en la capital de Chile.

De seguro deben tener los cálculos puestos en Kabul, los talibanes o en los grandes carteles del tráfico de drogas donde la vida de cualquiera vale poco y nada. Comparar esos números con los de Santiago - por muy al borde del abismo que la incompetencia gubernamental la haya puesto – es aún y apenas, un ejercicio que da resultados extremadamente antojadizos.

En estos tiempos convulsos, nos llegan evaluaciones, cifras, porcentajes y ciertos números que no parecen calzar con la realidad de lo que indica la prensa, los noticiarios y, mucho menos los matinales, donde los que están para entretenernos se regodean con imágenes que nos hacen casi temer salir a la calle.

¿Podremos decir que Algarrobo es la ciudad más segura de todo el Litoral de los Poetas?

¿O será que Santo Domingo nos gana por goleada?

¿Los malos también salen de vacaciones y regresan con lo que se llevan del litoral?

Los grandes pajarones que corren peligro son aquellos que tienen el corazón puesto en la paz y la quietud, en el mar que intranquilo te baña, en el canto de los pajaritos o en cualquiera de esas cosas encantadoras que entrega Algarrobo en su periferia y que los hacen gozar la siesta, soñar con cosas bonitas y dejar la puerta abierta y el auto sin llave.

El resto, que vivimos el paraíso con las pepas abiertas de par en par, los seguros puestos, los vidrios bien cerrados, candados, cadenas, alarmas, cierres a prueba de ganzúas y otros adminículos para defender nuestras cosas, creemos que los números que respaldan al Santiago más seguro de América Latina son los mismos que nos convierten en los “campeones mundiales de la pandemia” o en los mentados “Jaguares del Continente”.