Jessica García Phillips
Candidata a diputada Distrito 7
“La educación es un derecho, no un privilegio” es una clásica consigna que vemos en las marchas estudiantiles. Sin embargo, no solo debiese ser una consigna, sino que deberíamos preocuparnos por hacer esto realidad.
Hoy, finalizando el año 2021, tenemos en la provincia de San Antonio más de 700 estudiantes con matrícula probable para el año que viene. Esto quiere decir que están a la espera de conseguir un cupo en los establecimientos educacionales, principalmente en las comunas de El Quisco, Algarrobo y El Tabo.
¿Qué quiere decir esto? Que hoy hay más de 700 niños y niñas que no se les está garantizando el derecho fundamental de la educación, lo que demuestra que el Estado está fallando, porque es éste el que debe ser el garante de proteger estos derechos.
Mi intención es llamar la atención al departamento provincial de educación de San Antonio, ya que no ha sabido garantizar la educación de todos los niños y niñas como corresponde, tanto en estructura como en el desarrollo de habilidades sociales, tomando sus clases presenciales, online o híbridas.
Sin embargo, quiero enfatizar que este problema no es nuevo: hace tres o cuatro años teníamos cerca de 400 niños y niñas con este problema, mientras que hoy casi se ha duplicado. ¿Qué pasa con esos niños y niñas? ¿Qué pasa con el Estado, que debe ser garante de un derecho fundamental como la educación? Y, ojo, esta no sólo debe ser online, sino presencial donde los y las estudiantes puedan desarrollar sus habilidades sociales.
Debemos considerar de igual forma que muchos estudiantes, debido a esta problemática, están siendo derivados a comunas muy lejanas al lugar de origen, lo que muchas veces dificulta la asistencia por tema de recursos o distancia.
Mi mensaje hoy y siempre es a trabajar en el sistema de educación donde se garantice la matrícula, y no entregar los exámenes libres como una alternativa, así como también el Estado debe hacer un mea culpa por tener una gestión educacional de pésima calidad.
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ResponderEliminarPor eso la educación no es "un derecho" propiamente tal, porque los derechos nacen junto con la persona, es decir, si alguien más tiene que pagar algo por mí, eso no es un derecho, es un privilegio.
ResponderEliminarPor lo tanto si se quiere garantizar que todos puedan acceder a una educación de calidad, el Estado debiese dejar en manos de los padres, y no en manos de una tombola, la elección del establecimiento educacional para sus hijos, además debiese entregar los recursos en forma directa a estos para que no se pierdan en la burocracia estatal.
Pero muchos insisten en ver al Estado como el Dios solucionador de problemas, cuando es todo lo contrario.
Mi querida y regia señora candidata de ojos soñadores: me permitiré el lujo de señalarle que en una sociedad democrática, con un gobierno adicto al libre mercado y un Estado que tiene sus bases asentadas en una burocracia estructurada para ser lenta, tramitadora y buena para cobrar por cualquier trámite, se hace difícil que haya gente lo suficientemente abnegada como para hacer el esfuerzo descomunal de ponerse con alguna escuela o colegio que venga a solucionar algo del problema de los 700 alumnos en lista de espera. Tampoco le vamos a pedir al Estado que cache algo de lo que está pasando y se ponga las pilas ¡por favor! Lo que le sugiero que haga es que se vaya corriendo a la oficina del alcalde para que este señor funcionario público se apersone en el Ministerio de Educación (o donde sea) y de alguna manera consiga que sea abra una opción inmediata en Algarrobo que permita que las personas interesadas en desarrollar una actividad educativa tengan todas las facilidades para iniciar trámites expeditos que conduzcan a la creación de escuelas y colegios por la vía corta en vez del viaje eterno e inconducente que es hoy. Porque, oiga usted, si el 90% de las casas de veraneo de Algarrobo no tienen recepción final (porque el trámite para lograrlo es como subir al Everest con pantuflas) el papeleo para instalarse con un colegio es la quinta esencia de la burocracia en su peor versión. El Estado chileno, por muy online que hoy quiera dárselas, sigue siendo una versión decadente de la realidad que se vive hoy en los países civilizados del primer mundo. Es cosa de ver las colas a la intemperie que los chilenos mansamente hacemos por cualquier trámite en cualquier institución del Estado. Algo que también las empresas han sabido aprovechar teniéndonos a todo sol o a todo frío parados en la calle aún cuando vamos a llevarles plata.
ResponderEliminarUn derecho implica un deber de quien lo otorga. En nuestro país es muy claro que la educación es un derecho fundamental, ha sido y seguirá siendo. Entonces la discusión es quien hace posible que ese derecho se cumpla en la practica y que esta sea muy de calidad; el estado y los padres por supuesto, muy claramente. Ahora, un aspecto relevante de ese deber para que ese derecho se cumpla, es la accesibilidad equitativa a educación de calidad y oportuna, eso el estado nunca lo podría cumplir por si solo. También un aspecto muy importante son los contenidos de la educación, esta debe ser diversa de acuerdo a visiones de proyectos de vida de los padres y familia y también a visiones de estado, en los tramos pre básica, básica y secundaria y en la universitaria de acuerdo a sus ámbitos de conocimientos y expertise.
ResponderEliminarSobre quien paga este deber: El estado y los padres de familia según los casos para asegurar acceso a contenidos y oportunidades, eso en Pre básica, básica y secundaria. En Universitaria, acceso universal asegurado con normas que fomenten la calidad, oportunidad y méritos.
La educación es tan importante que nos es solo deber del estado cumplir con ese derecho, eso es muy claro. Eso generaría homogeneidad que es absolutamente lo contrario a la diversidad necesaria para el desarrollo de las personas y el país.