Por Marcela Mansilla
Abogada y Concejala de Algarrobo
En lo personal, desde mi condición de independiente, una de las razones por las cuales vote aprobando el cambio de constitución es mi convicción de que debe existir un traspaso de facultades, competencias y recursos hacia los territorios, hacia las regiones y las comunas, acercando la toma de decisiones a la gente y permitiendo su participación de manera vinculante.
Si votamos apruebo, entonces, es aún más relevante quien termine asumiendo la Presidencia de Chile y su real compromiso con el éxito del proceso constituyente.
Por este motivo apoyo la candidatura de Gabriel Boric, y los invito a votar el domingo 19 de diciembre por este candidato; a pesar de las diferencias políticas que puedan tener con él o con la coalición que lo acompaña.
Su compromiso con la democracia, con los cambios sociales que Chile necesita y con la nueva Constitución son claros y evidentes. Hoy nadie podría, legítimamente, cuestionar su firma en el acuerdo constitucional de noviembre del 2019. Su candidatura encarna la posibilidad de proteger y apoyar la Convención Constitucional, con sus luces y sus sombras, y permitirnos celebrar un nuevo trato social que incluya acuerdos democráticos, humanos y civilizatorios mínimos.
No puedo dejar de señalar que el programa de la otra candidatura, y las declaraciones de sus adherentes más destacados, implica un retroceso en el desarrollo de los derechos de las mujeres, derechos por los cuales tanto hemos luchado; pido humildemente a mis vecinas, mis hermanas, mis compañeras que apoyen la candidatura de Boric que, en esta elección, es la única que nos garantiza que podamos avanzar y fortalecer la participación femenina en todos los ámbitos de la sociedad, especialmente en la toma de decisiones.
El mentiroso nunca cambia, solo mejora su estrategia. Eso ha hecho su candidato.
ResponderEliminarEstimada concejala, yo votaré por Boric no porque piense que es un gran político o algún señor con nivel de estadista o algún tipo buena gente que va a cumplir sus promesas o alguien honesto que no meterá las manos para hacerse de un futuro lleno de esplendor con las riquezas de Chile, o porque crea que el hombre no se decantará por llevarnos a la inopia con ponerle trabas a todo desarrollo que huela a oligarquía, o porque yo crea que no se va a entregar a los designios de la izquierda ciega que quiere igualdades imposibles y reivindicaciones salvajes y que se irá de viaje a Venezuela a aprender las técnicas de Maduro para echarlo todo a perder. Votaré por Boric, porque dentro de todo es un político joven que aún sueña y tiene ideales. Mire que simple. No votaré por él por sus verborreas ni por sus pensamientos de partido ni por sus promesas ni por todos aquellos conceptos que vierte en medio de su campaña por llegar al poder. Tampoco lo haré porque le haga cariño a los temas sensibles de la contingencia y se presente como el Robin de la mujeres y les sobe el lomo mientras les promete el paraíso. Por lo tanto, votaré por Boric porque se hace necesario e imprescindible salir del mal viaje de este capitalismo perverso, inserto en la letra chica, y que es la panacea de los vivos y el río revuelto donde se llenan la panza los peces gordos. Nada de izquierdas rabiosas, nada de derechas golosas. Tengo la esperanza de un corazón valiente que no se deje tentar por las ansias vulgares del poder y quiera pensar en sus bolsillos en vez de poner todo lo que es y todo lo que puede lograr al servicio de su país y de la ciudadanía.
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