Por Marcela Mansilla
Concejala
Tenemos claro el diagnóstico, sabemos que hay responsabilidades compartidas, parten desde el seno de las familias y hasta las máximas autoridades comunales, obviamente estoy incluida en esas responsabilidades.
Creo llegó el momento de centrarnos en las soluciones:
Es necesario escuchar a nuestra juventud, por de pronto, aprovechar la formación del Centro de Alumnos del Colegio Carlos Alessandri para crear instancias de diálogo.
Promover el encuentro y conversación con toda la comunidad educativa, ello con una mayor presencia del municipio en estas instancias.
Es necesario traer a nuestra comuna y colegios a especialistas en salud mental integral juvenil.
Busquemos referentes para nuestros jóvenes, por ejemplo ex alumnos que se han desarrollado en distintos ámbitos que puedan contar sus experiencias y así apoyen la labor de los colegios.
Capacitar al personal de Seguridad Ciudadana en violencia y delincuencia juvenil.
Es importante tener reglas de convivencia claras, sin caer en la represión
Apoyar y fomentar actividades extra programáticas que incentiven la participación de las y los jóvenes
Esta reflexión e ideas que comparto con ustedes nacen desde el escuchar a la comunidad escolar y a muchas vecinas y vecinos que nos cuentan sus experiencias y temores.
Cualquiera sean las medidas que tomemos, debemos tener presente que, lo que no puede pasarnos como comunidad, es que nuestros alumnas y alumnos se retiren de los colegios. Es en los colegios donde debemos dar la lucha contra la violencia juvenil, no entreguemos nuestros colegios a quienes buscan destruirlos.
No es cierto los motivos dados para esa violencia en los colegios. De hecho tampoco es en todos los colegios, ni mucho menos en la mayoría de los colegios. Existen comunidades educativas, mayoría, con bastante visión humanista, de optimismo y de dedicacion educadora de los niños buscando el bien. Esto no es una fractura social por desigualdad en algunos colegios. El odio y la violencia sólo se está dando en algunas personas con motivaciones feas de varios tipos no espontáneas, sino influidas. El odio y el resentimiento está en una minoría de personas. Alguien juega con eso y se les está escapando de las manos.
ResponderEliminarLamentablemente, lo que dice Marcela es una triste realidad. También el punto de vista de Patricio debe ser considerado. Pero yendo un poco más profundo, yo podría argumentar que la pérdida de los valores éticos y morales que deben regir en toda sociedad, es una causa muy profunda y que está azotando la vida de los jóvenes de nuestro país. Conceptos como respeto y tolerancia, solo por nombrar algunos, no son reconocidos por muchos jóvenes de hoy, lo que trae una secuela de violencia, usada como última expresión de "Diálogo" mal entendida. Cultivar Buenos principios y valores en la juventud es escecial.
ResponderEliminarCualquier diagnostico no esta completo si no se hace en base a una realidad objetiva.
ResponderEliminarAcá no existe,evidentemente, fractura social porque no hay ni Oposición, ni separación,ni división. Lo que si hay es el uso de la violencia por una parte de personas con distintos fines: políticos o ambición política, ocupación de territorio narco o delincuencia, o posturas emocionales de ofendidos o resentidos,etc. contra una gran mayoría que quiere y busca el bien para sus hijos, los alumnos y la comunidad estudiantil como un todo. ¿Que se podría hacer frente a una persona o niño llena de odio o resentimiento?, o ¿frente a personas que buscan en el colegio ambiciones políticas? o ¿ frente a personas que buscan un territorio para ofrecer drogas?. Ese es el hecho y los hechos que están tratando de destruir una comunidad educacional que busca la educación y formación de nuestros hijos. Efectivamente es un tema ético moral, pero esa mayoría debe ser capaz de no sucumbir a esos embates inmorales en un centro educacional que busca a través de la educación, igualdad de oportunidades y respeto y dignidad que los padres quieren y necesitan para sus hijos. Así ha sido en nuestro país, esa bondad es la que existe en esos establecimientos, solo hay que limpiar esa maldad y hacerlo como parte de esa educación y formación que se busca.