SERVICIOS

lunes, 13 de junio de 2022

EL SUTIL ENGAÑO DE LAS REDES. OPINIÓN

Hemos llegado a la tecnología con un bajo nivel de entendimiento.

Por Carolina Vásquez Araya

Las redes sociales nos tienen deslumbrados. Creemos, en nuestro estrecho margen de familiaridad con el mundo de la comunicación virtual, en una ilusión de influencia hacia un universo del cual desconocemos su magnitud, pero también su profundidad. En ese embobamiento en el cual hemos caído -por el mero hecho de tener un instrumento capaz de conectarnos con el mundo- olvidamos algo tan básico como la importancia de la acción directa y, en ese actuar, la responsabilidad que nos cabe hacia nuestro entorno inmediato.

De ese modo, lo que debería representar una participación activa en el sistema del cual formamos parte, se vuelca hacia un remedo de ejercicio ciudadano en mensajes, comunicados y protestas incorpóreas de monitor a monitor, todo lo cual muere al ritmo de nuevos mensajes, nuevos comunicados y nuevas protestas. En este flujo incesante cabe todo: desde los llamados a una acción que no se produce, hasta la ilusión de haber generado algún tipo de reacción entre quienes nos escuchan a la distancia.

En este transitar desde el sillón frente al ordenador, hemos olvidado lo más importante: y es que esas redes que tanto nos fascinan, no nos pertenecen. Son sistemas manejados desde sitios remotos por seres anónimos, altamente entrenados, divorciados por completo de nuestras ansias y preocupaciones, y muy conscientes de su poder. Esas redes, esos sistemas de alta tecnología que cruzan el mundo virtual están totalmente fuera de nuestro alcance y, por obvias razones, fuera de nuestra capacidad de ejercer sobre ellos ningún tipo de influencia.
Esto no significa alejarse de este recurso, el cual ha demostrado su enorme utilidad. Sin embargo, sí es importante tener presente que no sustituye, en ningún caso, el ejercicio ciudadano directo; aquel en cuyas acciones descansa todo el engranaje del sistema político y, por ende, nuestras débiles democracias. La presencia ciudadana nunca puede ser solamente virtual; es, no solamente física, sino también imponente, ruidosa y exigente de sus derechos.

La capacidad humana de habituarse a distintos entornos -tal como sucede hoy con la tecnología- tiende a crear ilusiones y a perder de vista la realidad. Es imperativo comprender la urgencia de poner los pies sobre la tierra y luchar por la justicia y los derechos desde la misma plataforma desde donde se violan a diario. Esa es la enseñanza fuerte y vital desde los pueblos que, por su condición de pobreza, no tienen acceso a ese recurso tan sofisticado como discriminatorio.

La dependencia creada por estrategias de mercado agresivas y seductoras desde el mundo de la alta tecnología debe mantenerse bajo control, por su capacidad para alienarnos de nuestra realidad. La presencia en redes sociales, a la cual adjudicamos más importancia de la que corresponde, es una buena forma de comunicación, pero no el recurso mágico para generar cambios estructurales en sistemas políticos que han degenerado en abusos y corrupción. Dejarnos engañar por su dudosa efectividad es una forma de eludir un cúmulo importante de responsabilidades.

La fuerza de una ciudadanía consciente reside en su presencia, en su voz y su capacidad para imponer su autoridad, como se ha demostrado a lo largo de la Historia. Nada puede sustituir el poder de las masas cuando estas asumen la autoridad que les pertenece por derecho.

Nada puede sustituir el poder de la presencia física de una ciudadanía consciente.

2 comentarios:

  1. La verdad no creo en esta opinión pero valoro su publicación.
    Las redes sociales, muy útiles para cuando conviene y para cuando no conviene. Podríamos decir que son usadas para la libre expresión y , ademas, es muy fácil acceder a ellas. También ayudan para hacer practico y accesible el libre pensamiento de las personas en acceder a información y conocimientos de manera muy democrática. También son usadas como: medios de empleos, conexión de negocios y transacciones comerciales.Son usadas por grupos de interés de todo tipo para influenciar con sus mensajes basándose en premisas tales como: La palabra escrita, que se supone crea realidades y la imagen, que equivalen a mil palabras.
    Es cierto que el medio es de otros, pero mientras sea o se sienta democrático en acceso y contenidos, todo esta bien. ¿Tener control sobre esto?, todo el mundo espera que ninguno, por supuesto. Solo una tiranía lo quiere.
    Pero claro, como las redes sociales están insertas en un medio como Internet o virtual, la presencia física pareciera ser cada vez menos útil para conseguir los beneficios ya planteados.
    Entonces creo que el poder de la presencia física para esto es cada vez menos posible, incluso para ser un ciudadano consciente porque como ya vimos, un ciudadano consciente piensa y debe pensar y para eso tiene que estar solo con sus accesos a información y conocimientos.
    Entonces ¿Para que juntarse? se dice en esta opinión: "Nada puede sustituir el poder de las masas cuando estas asumen la autoridad que les pertenece por derecho". Osea que ya no es ciudadano consciente, individual. Este argumento se usa para dejar y/o controlar redes sociales. Veamos esto: alguien o algunos necesitan que las masas actúen, dirigidas por supuesto. También se requiere de una causa que acá, en esta opinión, se le llama exigir un derecho de poder. Y si esto no ocurre, es un problema para ese alguien o algunos y/o esa causa y ese derecho de poder que no se cumple. Aunque existen varias otras formas de participación democráticas que se pueden practicar.
    Bien, entendido esto, las redes sociales no son el problema. El problema podría ser: Descrédito de ese alguien o algunos, Descrédito de la causa, o falta de confianza en personas afines o ya no todos están de acuerdo con todo esto, aunque por redes sociales se pronuncien muy activamente. O a lo mejor, nació la gran duda de la causa, de la actuación de los lideres o llego la irrelevancia, hay que ver. Pero en esto, no son las redes sociales el problema.
    La verdad, benditas redes sociales, me doy cuenta que hasta nos están protegiendo, aunque usen nuestros datos. Pero como eso depende de nosotros entregarlos, todo esta muy bien.
    Las masas muchas veces atontan, otras no, pero rara vez. Buscar este mecanismo hoy por hoy es inhumano por la diversidad de problemas que enfrentamos y por la posibilidad de tapar lo malo que hace o podría hacer las cosas una autoridad incompetente. Eso era antes. Se hacia algo malo, pero una buena marcha a favor equiparaban las cosas. Espero eso nunca vuelva a ocurrir en bien de todos y el país.
    Nuevamente, gracias por compartir esta opinión.

    ResponderEliminar
  2. Sobre esta opinión:"EL SUTIL ENGAÑO DE LAS REDES", se podría decir: Si pensabas que el borrador te daría esperanza de algo nuevo y bueno, te la arruinaron. No importa, no es nada grave hasta ahora. Ahora, si de todas maneras tienes esperanzas de seguir con un borrador arruinado, seras tu que arruinaras tu actualidad y tu futuro y de los demás, porque todo lo arruinado se deja de lado y se busca otra solución. Así funciona el mundo real.

    ResponderEliminar