SERVICIOS

martes, 23 de mayo de 2023

 LA FUERTE ESTRATEGIA DE INTERVENCIÓN SOCIAL DE TÁNICA EN ALGARROBO

Por: Javier Karmy, periodista

La fuerte campaña de Tánica para dar a conocer y lograr la aprobación social de su proyecto inmobiliario en Algarrobo no pasa desapercibida. La frase que está intentando instalar es “Soñemos Punta Fraile” con la idea de que su enorme construcción dejará “una plaza pública para todos con vista al mar”. No se sabe cuánto dinero está invirtiendo en ello, pero sí se sabe que como su proyecto de cemento es ampliamente rechazado en la comunidad algarrobina están necesitando de fuertes herramientas para avanzar en ello.

Tánica y sus funcionarios (con Denegri a la cabeza) se han estado presentando en juntas de vecinos y vecinas, han sostenido reuniones con integrantes de diversas organizaciones e instituciones, se han tomado cafecitos y conversas en un operar tan silencioso como cuestionable con diferentes personas, aunque también lo han hecho abiertamente. Incluso, han intentado involucrar a personas del mundo científico, social, académico y local para hacerlos parecer que están de acuerdo con el proyecto inmobiliario. Es la típica instrumentalización de poner a algún referente para lograr mayor adhesión a un proyecto que saben está siendo muy cuestionado.
Así ocurrió en aquella jornada del 14 de enero de este año en que Tánica invitaba a hacer una limpieza de graffiti a la comunidad. Según argumentaron estos rayados en las rocas ensuciaban el entorno en que Tánica pretende construir la plaza más grande para Algarrobo, ocultando con ello la destrucción de un territorio ancestral como lo es Pillán Wechün, Punta Fraile o La Puntilla, con su historia, su flora y fauna, y todo su valor paisajístico y emocional para Algarrobo con el único objetivo de construir el asentamiento privado de Tánica Inmobiliaria.

La compañía constructora había anunciado que la limpieza de graffiti contaría con una charla educativa sobre patrimonio del borde costero impartida por el reconocido José Luis Brito, director del Museo de San Antonio. También estaría Francisco Matta, presidente de la UNCO, organización que también convocaba… mas, ninguno de los dos llegó a la jornada y fueron reemplazados por un biólogo, un fotógrafo local y dirigentes locales, además de la empresa.

Después de la limpieza de graffiti que, dicho sea de paso fue funada por la comunidad local dando cuenta del peligro al que incurrió la empresa por usar tóxicos altamente inflamables, Tánica inauguró una muestra fotográfica con profesores, niños y niñas de tres escuelas municipales de la comuna y difundieron el acto inaugural en una fotografía con la cara de las y los menores -no sabemos si había consentimiento- junto a Tánica. Así se dio inicio a la exposición compuesta por trabajos de cuatro profesionales locales presentando la “fauna de Algarrobo”, como decía en la invitación, organizada por la Asociación Algarrobo 2030 y Tánica Inmobiliaria. En la misma instancia, la bióloga marina Carolina Yáñez, realizó un taller de avistamiento de aves.

Además de esas actividades públicas que tienen por objetivo la difusión o “lavado de imagen” de Tánica Inmobiliaria, la compañía del Grupo Schiess ha realizado reuniones en las juntas de vecinos y vecinas, ha estado llamando por teléfono, se ha reunido a tomar cafecitos con diversas personas y organizaciones de la comuna… y esto, no es neutral.

La estrategia de intervención social de Tánica busca “ir creando una especie de relato que parezca convincente”, dice Lucio Cuenca, reconocido ambientalista y director del Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales (OLCA) que ha trabajado en profundidad las estrategias de intervención de las empresas. Esta campaña “busca validar la depredación de una empresa e incluso que llegue a ser deseable por la propia comunidad porque podría asociarse a una lógica de progreso”.

Para profundizar la estrategia de Tánica, Cuenca se remite a las diversas fórmulas de intervención social que han existido a lo largo de los años. En primer lugar se conocieron las estrategias asistencialistas; luego la de responsabilidad social empresarial (RSE) en la que las empresas buscaban alcanzar la licencia social a partir del establecimiento de ciertas relaciones con la comunidad, pero también lograban acallar ciertas voces disidentes; y, en los últimos años, se ha impulsado lo que se conoce como “valor compartido”, que busca incorporar las aspiraciones y necesidades que tiene una comunidad a la gestión del negocio con el agregado de que esta estrategia busca la institucionalización de esta estrategia en el Estado. Estos tres tipos, la asistencialista, la RSE y el valor compartido, se entrecruzan dependiendo de las condiciones sociales, político - institucionales del territorio, por lo tanto “las empresas van echando mano a las herramientas que ellos creen tienen mayores posibilidades para lograr desarrollar su actividad privada”, explica Cuenca.

Pregunta: En el caso de Tánica en Algarrobo hemos sido testigos del desarrollo de una fuerte campaña para tratar de aparecer con algunos referentes sociales o científicos validados por la comunidad en actividades de limpieza de graffitis, por ejemplo, pero también junto a estudiantes de escuelas municipales, entre otras situaciones ampliamente difundidas, además de su aparición por la prensa difundiendo el proyecto. ¿Qué busca en el fondo la empresa hoy con estas acciones comunicacionales?

Lucio Cuenca: Tánica necesita ser aceptada como un actor de la comunidad, para ello echa mano a estas lógicas de imposición de su proyecto. Al ser aceptada como actor relevante al interior de la comunidad entonces tiene capacidad para determinar su destino.

¿Cuál es la consecuencia de que la empresa intente “ser parte” de la comunidad?

Lo que puede comenzar a ocurrir es que se le reconozca mayor relevancia del que debieran tener y el conjunto de los actores del territorio empiecen a girar en torno a la actividad de esta empresa. Aquí aparece el concepto de “gobernanza” que es una manera de toma de decisión donde se acepta y valida que actores privados externos al territorio pasen a ocupar un lugar al interior de la comunidad y se les reconozca un rol prioritario dentro de las decisiones de un territorio.

En este marco en que la empresa emerge como un actor importante, ¿cómo el sistema institucional se hace cargo de una toma de decisión democrática con la comunidad?

Es muy importante conversarlo para que se exprese la decisión colectiva pero también para determinar quiénes son los actores legítimos para tomar esas decisiones. De esta manera se le puede poner atajo a estas lógicas que se quieren instalar en un nuevo escenario donde el estado retrocede, cede, y permite que se establezcan relaciones muy desiguales y de mucha presión de una empresa hacia una comunidad. Esto termina desvirtuando el ejercicio democrático.

Lo que busca esta estrategia es que haya “silencio institucional”

La comunidad en Algarrobo ha estado fiscalizando el proceso bien de cerca, ha estado presionando para que se transparente el proceso lo más posible, todos los miércoles se están juntando frente a la Municipalidad para presionar al Concejo Municipal para lograr una votación favorable a la protección del territorio, pero es difícil ¿qué podrías decir de esa opacidad en las reparticiones públicas?

Justamente, lo que buscan estas estrategias corporativas es que haya silencio institucional, que haya complicidad, ese “dejar hacer” de las reparticiones públicas de tal manera que cuando se haga una solicitud por parte de la comunidad aparezca que es algo que no se puede hacer porque es tardía o fuera de contexto.

¿Cómo se entiende una estrategia de intervención social tan agresiva de una empresa inmobiliaria que aún no tiene todos los permisos para comenzar su construcción?

Esto es lo que le llaman Participación Ciudadana Anticipada y surge debido a las limitaciones que tiene el propio Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA), donde existe participación ciudadana no vinculante, razón por la que el conflicto entre la comunidad y las empresas se desarrolla igual porque la comunidad comprende que habrá un impacto significativo de materializarse el proyecto. Hoy el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) tiene un instructivo para la implementación de la Participación Ciudadana Anticipada que busca que el Estado valide la intervención de las empresas en la comunidad con acciones como las que está realizando Tánica en Algarrobo antes incluso de formalizar el proyecto, antes de tener ciertos permisos necesarios para la construcción. Esto genera dependencia, contratos, convenios o incorporación de parte de la comunidad a la actividad económica del proyecto -aunque sea venta de ilusiones-, y esto, en definitiva, busca obtener la licencia social del proyecto usando cualquier instrumento de transacción entre sectores de la comunidad y la empresa.

¿Consideras que podría ser legítimo que hayan personas u organizaciones que quieran establecer acuerdos con la empresa?

Podría ser, pero lo complicado es que estamos hablando de un bien común como es la naturaleza, que es parte de un bien común de la comunidad, más allá de que esté en un terreno privado. Lo que quiero decir es que nadie puede tomar la naturaleza y ponerlo en una mesa de negociación para determinado proyecto. Sin duda que puede ser algo legítimo que acepten quizás por convicción, porque creen que eso va a ser beneficioso para la comunidad, y eso es parte de una convivencia democrática. Pero lo que no se puede aceptar es que esas decisiones de algunos, si son minoritarias, pretendan ser impuestas a la mayoría.

¿Cuál crees que es la mejor estrategia que puede hacer la comunidad para enfrentar una empresa tan grande como Tánica?

Que esté vigilante y pidiendo información permanentemente. También que denuncie si es que hay relaciones o convenios paralelos o que no se conocen respecto a la incidencia en los procesos de toma de decisión, por ejemplo un colegio, municipio, ministerio o alguna repartición del SEA. Por eso hay que advertir tempranamente estas estrategias para poderlas enfrentar y que no se diluya la convicción comunitaria, pero también para que la intervención empresarial se pueda enfrentar de la mejor manera.

¿Cómo la comunidad puede defenderse y no caer en las provocaciones de Tánica?

Bueno, no hay bolas de cristal, pero en mi experiencia es importante que sea la propia comunidad quien valide a los actores que deben tomar las decisiones. La comunidad debe establecer mecanismos para determinar quiénes son los actores legítimos y quiénes no, además de intentar transparentar todo lo más posible.

La transparencia es clave, la información, pero también el exigirle a las autoridades y a las instancias del Estado que tienen que regular o fiscalizar que este proceso se haga de manera democrática. Y esto es importante, a veces el acceso de las autoridades de manera privilegiada genera desequilibrios dentro de la propia comunidad. Estas cosas hay que prevenirlas con transparencia, con más participación, con más instancias de información de manera que la gente sepa quién es quién, para que sepan cuáles son sus opiniones e intereses para que la comunidad logre llegar a decisiones que favorezcan a la comunidad y al patrimonio natural.

Escuche la entrevista completa en el programa Aire Puro (http://airepurovalpo.blogspot.com/2023/04/aire-puro-776-algarrobo-y-el-valor.html)

Desde OLCA está disponible esta cartilla sobre Valor Compartido y las estrategias de intervención social por parte de empresas en las comunidades que defienden territorios amenazados.

5 comentarios:

  1. Es absolutamente excelente lo que hace la Inmobiliaria, considerar a la comunidad en su proyecto, reconociendo un grado de deterioro pero entregando mucho mas valor a la comunidad. Lo que habría que discutir es como o con que se entrega mas valor a la comunidad, que lógicamente es mucho mas que crear empleos y atraer mas personas a la ciudad. La comunidad debe participar de los beneficios económicos que entrega esta obra, no solo a lo anterior y las contribuciones que pagaran los moradores. Es mas que eso. Por ejemplo, dicen que entregan una plaza publica con vista al mar, muy bien eso, pero porque no comprometer un sector de conservación y plantación de bosques en la ciudad, entre otras, saldrá mas caro claro para los compradores o menos rentabilidad del proyecto, y eso que importa, hasta cierto valor, si están contemplados otros beneficios que contribuyen al valor del desarrollo de la ciudad desde el proyecto mismo por iniciativa propia. Es mucho mas que empleos, impuestos o atraer personas, porque esas personas y las que están sufren los impacto de las obras de ese tipo. ¿Que debería hacer la municipalidad? Presentar una carpeta llena de proyectos que se deben o deberían hacer para aumentar el desarrollo armónico de la ciudad pero no cuentan con recursos, y presentarlos a cada nuevo proyecto, aunque no tengan estos la obligación de tomarlos. En este caso es Punta Fraile, porque es un lugar codiciado o valorado por todos por su ubicación, ¿Y los demás?. Este articulo trata el tema como una especie de teoría de la conspiración, eso es falso, hay intereses claros en todos lados.

    ResponderEliminar
  2. Existe la Constructora? (o Inmobiliaria). No. Lo que existe es un grupo de personas que ejercen funciones: ingenieros, arquitectos, albañiles, coordinados por un gerente, todos ellos como empleados que ganan un salario de acuerdo a su desempeño. Pero la Constructora, como cosa tangible, no, en realidad no existe; existe solamente en nuestra imaginación; es un ser imaginario que deriva de un Acuerdo: existe, para una determinada función. Y ese Acuerdo es legítimo y será respetado si la Constructora hace solo su función: construir, y bien; ya sea bombas de bencina, departamentos o escuelas. Las escuelas serán beneficio neto para la Comunidad, porque impulsarán el conocimiento y el desarrollo; la bomba de bencina no tanto, porque es un negocio solamente de algunos y, por su parte, los departamentos también son un negocio de algunos, no sé si serán vecinos de Algarrobo o vecinos de La Dehesa. Por lo tanto, si la Constructora (gerentes, ingenieros) está haciendo Lobby (limpiando unos muros, prometiendo una placita, etc.), tratando de convencer a los vecinos y argumentando políticas de bien público ante la Municipalidad, dichas personas están rompiendo el Acuerdo; su actuar no es legítimo. Y esas personas, esgrimiendo este ser imaginario llamado Constructora (o Inmobiliaria) están 1) realizando un papel político (que no les corresponde ni tienen derecho) y 2) actúan de una manera similar al trapo rojo que el torero le presenta al toro, para que éste embista, creyendo el toro que detrás de ese trapo rojo está el ser que terminará por quitarle la vida. Lo que existe es un grupo de personas de carne y hueso, reducido, que tienen capitales y quieren hacer un buen negocio: utilizar el bien más valioso de Algarrobo (que no les pertenece), que es su calidad escénica, y mediante la construcción y venta de departamentos, multiplicar sus utilidades. Fin. El resto, es música.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Falso este planteamiento, por decirlo, bastante absurdo. Porque las empresas, todo lo que hacen, es para un bien social. Su función es social a través de proveer de productos y servicios a las personas y comunidades. Lo hacen por la motivación de, ademas de satisfacer necesidades humanas, hacerlo con margen de utilidad que a su vez permite un circulo virtuoso de reinversion, empleos e impuestos. Las empresas forman parte de un entramado muy positivo en lo social. En esto no existe el negocio solamente de algunos, es un negocio de todos, solo alguien muy ideologizado no lo ve así. Ahora, cuando se dice "argumentando políticas de bien público ante la Municipalidad, dichas personas están rompiendo el Acuerdo; su actuar no es legítimo", llega a dar risa un argumento así, arrogándose un derecho de compartimento absolutamente absurdo para el bien común. De hecho esa inmobiliaria esta aportando al bien común que es lo que debe importar conseguir. Y acá se hace por iniciativa de la propia empresa lo que lo hace innovador. La formación del bien común lo hacemos todos no solo los políticos o burócratas, que no aportan, son un obstáculo para lograrlo. Y por ultimo, ese pensamiento de que hacer algo egoísta bien hecho por si solo hace el bien a los demás, es falso, porque la naturaleza humana tiene a la par con el egoísmo el altruismo, que es lo que esta haciendo esa constructora. Pero parece que algunas personas por ideología no son capaces de lidiar con esa verdad.

      Eliminar
    2. Cuando hay un grupo reducido de personas que pretende hacer negocio con un bien que pertenece a la Comunidad, es falaz encubrirlo con frases ridículas como "las empresas todo lo que hacen, es para un bien social", y no argumentar, sino solamente enunciar la frase como si ésta fuera una verdad revelada, absoluta, indiscutible. La segunda parte, que es tratar torpemente de desviar la atención cuando flaquean los argumentos, acusando al que no esté de acuerdo con su postura de "políticos", "burócratas", "ideologizados", etc. es, ciertamente una agresión totalmente injustificada, propio de fanáticos, que niegan el diálogo. O sea, ver a cualquiera que piense distinto como si fuese un enemigo. Al respecto, pienso que es legítimo tener otra posición, y argumentar, pero no enlodar a nadie ni menos hacer un berrinche.

      Eliminar
    3. Además, comentar (como argumento) que la Inmobiliaria está haciendo "altruismo" es francamente absurdo. Claramente se está ante una elusión de la realidad. En el mundo del planeta Tierra, le cuento, no es así. Por lo demás, valga la aclaración, una empresa no puede, por definición, ser altruista. Los seres humanos pueden serlo. Pero yo no veo en este reducido grupo de personas ningún altruismo, sino solo intenciones de hacer un buen negocio.

      Eliminar