Hoy comienza la competencia náutica en Algarrobo y El Quisco. 'A medida que pasa el tiempo la tensión del ambiente va creciendo', relata Ricardo Seguel, el menor de un clan familiar que navegará en casa. Su primo, Matías, confía en asegurar medalla, mientras que los hermanos Grez Ahrens y otros destacados veleristas buscan mantener vivo un legado histórico.
La vela comienza hoy a la cuadra de la Cofradía Náutica del Pacífico de Algarrobo.
Y habrá apellidos que son garantía. La familia Seguel resalta al tener cuatro exponentes compitiendo. Matías, Constanza, Clemente y Ricardo son cuatro de los 18 integrantes del equipo de vela que dará la pelea en casa.
Con 41 años, Matías Seguel Tagle encabeza un núcleo de destacados exponentes activos del velerismo. Actualmente navega junto a su hermana Constanza (29) como tripulante en la categoría snipe mixto, modalidad en la cual ambos alcanzaron el bronce en los Juegos Sudamericanos de Asunción hace un año. El 2019, en Rosario (Argentina), Matías conquistó el Campeonato Sudamericano con su hermana María Jesús.
En el último apronte para Santiago 2023, los hermanos Seguel Tagle se adjudicaron el Campeonato Nacional de la clase snipe, precisamente en las aguas donde se navegará para los Juegos. 'Hay todo tipo de ventajas', cuenta Matías sobre competir en la bahía donde habitualmente entrenan, 'desde dormir en tu cama, comer lo de siempre y estar tranquilo con tus cercanos esperando el día siguiente'.
En paralelo a la presentación del dúo, sus primos, los hermanos Clemente (23) y Ricardo Seguel Lacámara (20), serán rivales en la categoría individual ILCA 7, antes conocida como láser estándar.
Clemente participó en los Juegos Olímpicos de Tokio y finalizó en la posición 22, mientras que su hermano menor fue campeón mundial juvenil en sunfish el 2021, instalándose entre los mejores 16 de la clasificación general, además de ser escogido como abanderado de la delegación que compitió en los últimos Juegos Sudamericanos de Playa. Ambos se formaron como regatistas en la escuela de vela de la Cofradía Náutica, fundada el 2000.
Cubillos, Casa Barco, Tunquén, Farallones y Peñablanca son las canchas donde se competirá en el máximo nivel continental, sectores que navegan desde la infancia los hermanos Seguel Lacámara. 'En teoría nos favorece porque estamos más familiarizados que los otros países con respecto al viento, las olas y el frío', comenta Ricardo, apuntando a que en el mar las condiciones del viento, corrientes, profundidades, rutas y cambios de marea nunca estarán bajo control. 'La navegación es un deporte con variables incontrolables, al final puede pasar cualquier cosa'.
Por lo mismo evita prometer podios, aunque por supuesto 'sí hay objetivos personales. Como primeros Juegos Panamericanos enfrentándome a los mejores de América, una meta desafiante para mí sería quedar top 10, ya que somos más de 20 participantes de muy buen nivel'.
En Santiago 2023 la vela repartirá trece medallas. 'Mis expectativas son ganar una, como siempre', confía Matías, bronce en los Panamericanos de Guadalajara (2011) y Toronto (2015). 'No es fácil el panorama, pero sabemos que podemos lograrlo. Es una categoría muy competitiva, vemos seis equipos que compiten por el oro, nosotros somos uno de ellos y estamos llegando muy bien preparados. Ahora necesitamos tener una buena semana, cosa clave en este deporte'.
Y el 'clan' Seguel lleva mucho tiempo enfocado.
'Nuestra preparación lleva tres años. Físicamente trabajamos como equipo entre tres y cinco veces por semana', apunta el mayor de la familia. El exseleccionado nacional de halterofilia Luis Urriche los asesora en la preparación física y el exregatista argentino Luis Soubié en lo técnico. 'Debe ser una de las personas que más sabe en el mundo de nuestra especialidad. Han sido un gigantesco aporte en nuestra preparación, estamos en las mejores manos. Con la parte psicológica estamos tranquilos, conocemos bien nuestras fortalezas y sabemos manejar nuestras debilidades', asegura.
'Nos encontramos navegando un montón en los lugares donde van a situar los recorridos, para familiarizarnos con los rivales y la cancha, y a medida que pasa el tiempo, la tensión del ambiente va creciendo', describe el menor de los Seguel. El programa de preparación familiar incluyó cinco concentrados de entrenamiento y tres campeonatos internacionales, además de las habituales fechas locales. 'Vamos a darlo todo. Hicimos un muy buen trabajo para llegar hasta este momento, ahora nos toca demostrarlo y disfrutarlo', concluye Matías.
El legado de los Grez Ahrens
Benjamín y Exequiel Grez Ahrens componen la otra pareja de hermanos.
Los sobrinos nietos de Marlene Ahrens, la única medallista olímpica del deporte nacional, compiten en la clase 49er, una categoría donde ambos tripulantes controlan las velas al mismo tiempo. Ambos vienen de alcanzar el segundo puesto del Sudamericano disputado en la Cofradía Náutica de Algarrobo, donde se midieron con embarcaciones de Argentina, Brasil, México e Islas Vírgenes, las que también se presentarán en Santiago 2023.
'Las sensaciones de estar en casa son muy buenas, es el lugar donde aprendí a navegar y me recuerda las primeras competencias y logros en categorías juveniles', describe Benjamín, quien a sus 30 años cuenta con participaciones en los Juegos Olímpicos de 2012 y 2016 junto a Cristóbal, su hermano mayor. 'Estamos agradecidos de tener una competencia de esta magnitud. Si navegamos en el nivel y calidad que hemos logrado, tenemos grandes chances de ganar', agrega.
La embarcación del equipo Grez fue bautizada como 'Marlene', en homenaje al ícono deportivo que inspira a esta familia de navegantes.
El orgullo del clan
A nivel panamericano, Chile suma trece preseas en el medallero histórico de vela, y Alberto González aportó seis, incluyendo las únicas tres medallas doradas del historial. 'Tito' se colgó el oro al triunfar como timonel en la categoría triplaza lightning en los Juegos de Mar del Plata 1995, Río 2007 y Guadalajara 2011, consiguió plata en Caracas 1983, La Habana 1991 y bronce en Santo Domingo 2003 en la clase individual J24.
Diego González, su hijo, participará en la categoría individual sunfish tras acompañarlo como tripulante en 2007 y 2011. En ambas ediciones completó el equipo Cristián Herman, padre de Paula Herman, velerista que obtuvo bronce en Lima 2019 junto a Felipe Robles en el lighting mixto. Ambos buscarán repetir el éxito para esta edición.
Finalmente, en sunfish femenino navegará María José Poncell, hija de Marissa Maurin, siete veces campeona sudamericana de láser, medalla de bronce en el Mundial de snipe 2007 y representante olímpica en Barcelona 1992.
Por Matías García
Foto Photosport
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