Por Pablo Salinas
Es una localidad donde viven apenas mil o dos mil personas, pero su renombre a nivel cultural y turístico, fuera de nuestras fronteras, solo lo tiene el gran Valparaíso. Esto, debido en gran medida a Pablo Neruda, que puso sus ojos en ella cuando no pasaba de ser un villorrio de pescadores, a fines de la década de 1930, y luego, a mediados de los 50, elegirla como lugar de residencia. En 1977, el destacado investigador del folclor, Oreste Plath, escribió un breve pero interesante apunte, sobre este lugar único de las costas de Chile, Isla Negra.
"En la Hostería de doña Blanca o en la Hostería de don Jaime, una en el bajo y la otra en el alto, en una o en la otra, están el congrio frito, el chupe de locos, erizos, jaivas moras. Y en los anuncios se lee: criadillas, ganso con puré de manzanas, pato asado al jerez, ajiaco, cazuela de ave.
Isla de artistas, aquí residieron Pablo Neruda, Premio Nobel. Carlos Rozas Larraín, el novelista y cuentista que en su obra "Isla Negra" la contó; el mismo Premio Nacional de Arte, Alfonso Leng, y viven Hernán del Solar, escritor y crítico de arte, Premio Nacional de Literatura; Nicanor Parra, Premio Nacional de Literatura, y un grupo de mujeres, las Bordadoras de Isla Negra, con exhibiciones de sus tejidos en Francia.
Y Hernán del Solar dijo de ella: "Es un rincón del mundo bellamente poblado de alcatraces, de pinos y eucaliptus a cuya sombra puede asegurarse que no se afanan los nativos por el pan de cada día.
Tienen razón: el pan está en el aire y en la cordialidad de los que vienen, construyen una casa de piedra o madera, visten de viejo pirata o de vagabundo indescriptible y un día echan llave a su puerta y se van, temerosos de los vientos y las marejadas que despedazan el verano y abren camino a las otras estaciones."
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