Los cauces de los diversos cuerpos de agua han encontrado sus huellas hacia el mar y nos han hecho reflexionar en torno al ordenamiento territorial sin considerar los antiguos cauces, los riesgos y las nuevas condiciones de crisis climática.
A través de la presente comunicación queremos llamar la atención sobre la poca visión de las autoridades ante el evento meteorológico anunciado con antelación. Lo ocurrido con los humedales El Membrillo y San Gerónimo y la zona interhumedales donde se acumuló agua en menos de 24 horas, poniendo en riesgo casas, locales comerciales y juegos pone de manifiesto la necesidad de revisar un ordenamiento territorial que en Algarrobo se ha construido en base al poder adquisitivo y no a las zonas habitables o de riesgo. Ante el aumento del nivel de agua en los humedales y la inminente inundación en casas y locales comerciales, la municipalidad ordenó la apertura del humedal para que el agua pudiera evacuar al mar y descendiera el caudal. Pero pese a existir un protocolo desde el año 2015, consideramos que fue una intervención brutal y desmedida que afectará irreversiblemente la biodiversidad de los humedales.
¿Cómo es posible que la Municipalidad y la Capitanía de Puerto no hayan previsto esta situación, no haya realizado una instancia preventiva dadas las condiciones meteorológicas anunciadas para estos días y poder evaluar las zonas de riesgo? No se puede entender que la autoridad local autorice el ingreso de un par de máquinas pesadas (bulldozer) para abrir prácticamente de par en par la desembocadura del estero - humedal, y no se haya considerado las graves consecuencias que eso va a tener para la naturaleza, habiendo vivido algo similar hace casi 10 años atrás.
El año 2015 entre la Municipalidad, la Capitanía de Puerto y Fundación Kennedy establecieron un protocolo para actuar que ponía en equilibrio el evitar la inundación a las viviendas y comercio, pero también protegía la flora, fauna y biodiversidad de estos cuerpos de agua. Pero hoy hemos visto cómo el nivel del agua en menos de 12 horas descendió rápidamente generando una pérdida invaluable para la comunidad, la naturaleza y la biodiversidad. El nivel de agua está más bajo que antes de las lluvias. No se ha podido calcular ni la salinidad ni la cantidad de agua evacuada.
A esta crisis se suma el hecho de cómo las tapas en diversas calles de las alcantarillas de Esval estaban totalmente colapsadas. Muchas de ellas incluso estaban destapadas y continuaron botando aguas servidas horas después que las lluvias habían cesado. Aguas servidas en las calles y descendiendo por las quebradas que llegaban a las playas, donde habían familias. ¿Cuál es el Algarrobo que queremos?
Esto debe ser un aprendizaje para toda la comunidad y sobre todo para las autoridades que deben tomar decisiones en momentos difíciles. No es posible generar un daño irreparable al medioambiente cuando se pudo haber previsto la situación, haber tomado medidas preventivas y, en última instancia, haber abierto un pequeño canal para evacuar el agua de los humedales. No es posible que por las quebradas bajen las aguas servidas y que ello no tenga ningún tipo de sanciones ni menos un plan para evitar que ocurra en la próxima lluvia.
Estas lluvias debieron haber sido una fiesta comunitaria entre quebradas, humedales y el agua que recuperaba su cauce en celebración de We Tripantü, y no este desastre del cual debemos aprender.
Hacemos un urgente llamado a generar instancias para construir una ciudad resiliente y sólida ante estas situaciones ambientales que serán cada vez más intensas y comunes. Es necesario generar un nuevo ordenamiento territorial que se haga cargo de las nuevas condiciones climáticas, ambientales y sociales de la ciudad.
Toda esta diatriba ambiental es falsa y es usada para ganar poder única y exclusivamente. La falsedad no se encuentra solo en lo que se comenta, sino también desde la mirada ideológica que hay detrás. No interesa el ambiente, interesa el poder, ganar poder en cargos públicos y acceso a recursos económicos de cualquier modo. Una lastima si las personas de la ciudad hacen caso a algo así, no tendría ningún sentido para sus propias vidas. Es otro el modo de realizar la tarea de progreso. No se olvide que este gobierno y todo lo demás, nacido con diatribas así.
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