Por Pablo Salinas
Ernesto Guajardo se ha ganado un lugar en el mundo de los libros y las letras a nivel nacional por su labor profesional desarrollada principalmente en nuestra región. Ligado a RIL Editores desde hace más de dos décadas, dirige, de hecho, la colección Biblioteca Valparaíso, señero esfuerzo con una amplia diversidad de títulos publicados, y, además, es investigador en otra iniciativa notable, el Catálogo de Autoras y Autores de la región. A su trabajo como editor, suma un destacable quehacer como autor, el que se encauza por dos frentes, la investigación histórica y la poesía.
Desde comienzos de este año, Ernesto, junto a su familia, está radicado en El Quisco. Pero su vínculo con nuestro litoral no es ni por asomo reciente. Se remonta a 1972, cuando su padre, carpintero de oficio, es contratado para la construcción de centros de veraneo para los trabajadores. Los Guajardo Oyarzo se instalan primero en Isla Negra; al año siguiente, se mudan a calle Del Escorpión, pleno corazón quisqueño. Ernesto asiste a la escuela básica, hoy convertida en "Complejo Educacional Clara Solovera". "No daban ganas de hacer la cimarra, de escaparse. El colegio era hermoso, tenía una cerca bajita, de piedra, un patio grande, un peladero, con árboles. Era mucho más entretenido estar adentro que afuera", rememora. También recuerda su primera incursión en las letras, un poema, en clave de loa patriótica a los Héroes de la Concepción. "Muy malo", apunta sin eufemismos.
El lazo con la geografía litoraleña se genera durante la infancia, se afianza en la juventud y se mantiene con particular intensidad hasta hoy. Su libro Arenas, de 2014, lo consagra de lleno a su personal relación con el paisaje local, de sur a norte de la provincia, con predilección por la naturaleza más agreste. "Mirasol me marca, me conmueve", señala. "Sus playas, sus acantilados."
Hoy, reintegrado a este territorio, Ernesto se hace algunas preguntas, álgidas, pertinentes. Como, por ejemplo, cuál es el real impacto del turismo cultural a escala local. O qué hay detrás del rótulo "litoral de los poetas", cuánta conexión hay entre éste y el grueso de la población, fuera de la órbita de los mismos poetas y artistas. La buena noticia es que a Ernesto Guajardo no le interesa solo plantear interrogantes, sino también, con sus amplios conocimientos y experiencia, plantear respuestas, propuestas, vías de solución.
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