Por Pabo Salinas
A inicios de la década de 1940, con solo quince años, proviniente de Cuncumén llegó Rafael Plaza a radicarse a Isla Negra. Su habilidad en el oficio de la carpintería hizo que Pablo Neruda, quien hacía poco había comprado una cabaña de piedra en la localidad, lo llamara a su lado. La relación entre el poeta y "Rafita" se prolongó por más de tres décadas. Junto a "Rafita", Neruda pudo cumplir su sueño, hacer que aquella humilde cabaña junto al mar se transformara en la extraordinaria casa que hoy atrae a visitantes de los cinco continentes, hito del patrimonio arquitectónico y cultural de nuestro litoral, de Chile y el mundo.
En el marco de la conmemoración de los 120 años del Nobel, conversé con "Rafita", recorriendo los distintos rincones de la casa de Isla Negra. El registro audiovisual de este encuentro, hecho por Boris Morales, constituye un testimonio único de quien Neruda llamó "el poeta de la carpintería", y este sábado lo proyectaremos ahí mismo, en el Museo de Isla Negra, ¡con la presencia de su protagonista!
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