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domingo, 29 de septiembre de 2024

LA ESTRATEGIA DE EL MIEDO PARA MANIPULAR EL VOTO Y LA CONCIENCIA

El miedo se ha utilizado como una herramienta para manipular a los vecinos, comerciantes  y empleados municipales en elecciones. 

Editorial

Esta estrategia aprovecha las preocupaciones locales y cotidianas para generar un ambiente de incertidumbre, donde algunos grupos de votantes son llevados a tomar decisiones basadas en el temor más que en el análisis racional de las propuestas.

Por ejemplo, se pueden alimentar miedos relacionados con la inseguridad en los puestos de trabajo, los permisos comerciales, u otros proyectos prometidos. Estos temas, que son sensibles para los habitantes de las comunidades, pueden ser exagerados o tergiversados, presentando un escenario de caos que supuestamente solo un candidato específico puede controlar. De esta manera, se desvía la atención de las soluciones reales y se centra el debate en evitar un mal mayor.

En lugar de fomentar la unión y la colaboración entre vecinos, la manipulación basada en el miedo divide a la comunidad, generando desconfianza y polarización. Por ejemplo, se puede llegar a sembrar miedo respecto a ciertos proyectos urbanos o cambios en la infraestructura, sugiriendo que afectarán negativamente la calidad de vida, aunque estos temores no estén fundamentados.

Es esencial que los vecinos de Algarrobo y funcionarios municipales sean conscientes de estas tácticas. En lugar de dejarse llevar por el temor, es importante analizar de manera crítica las propuestas de los candidatos y candidatas y exigir, soluciones concretas y viables que respondan a las verdaderas necesidades de la comuna. Combatir el miedo con información verificada y el diálogo entre ciudadanos es clave para asegurar una gestión municipal transparente y orientada al bienestar colectivo.

2 comentarios:

  1. Unas de las mejores publicaciones de este medio

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  2. No es el miedo el problema. Es la desconfianza el verdadero problema. Por actos, por dichos, por posturas irracionales, por falsedades, por incoherencias. Pero sobre todo por la incapacidad evidente en autoridades en crear progreso prometido, haciendo surgir desorden, aprovechamiento, etc. Los empleados municipales, algunos fieros activistas y otros sinceros servidores públicos, no tienen miedo, sino desconfianza, por años, mal orientados, con discursos de desunion, obligados por política partidista y no por verdaderas políticas públicas de progreso. Las personas con proyectos, algunos basados en cuñas y otros basados en verdaderos argumentos de desarrollo, tampoco temen, tienen desconfianza promovida por un ambiente tóxico. Para esto es muy simple de ver o de conducir una solución, las personas votarán por la confianza basadas en gran parte por el sentido común. Y eso por supuesto, genera mucha confianza.

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