Esta situación solo pudo conocerse cuando el concejal Boris Colja lo solicitó vía transparencia.
Por Pablo Salinas
En octubre de 2018, producto de una denuncia hecha por Marcelo Inostroza, entonces encargado del Departamento de Medio Ambiente municipal, por una posible contaminación de la bahía de Algarrobo por la descarga de aguas servidas por parte de la empresa ESVAL, la Gobernación Marítima de San Antonio entregó un completo oficio con una serie de consideraciones y recomendaciones técnicas. Éste, dirigido al entonces alcalde J.L. Yáñez, se mantuvo archivado durante 9 meses y solo pudo conocerse cuando el concejal Boris Colja lo solicitó vía transparencia. Dada su relevancia, AAD lo dio difundió masivamente en junio de 2019.
Pero, ¿qué decía ese informe? Si bien señalaba que era necesario un estudio más acabado para determinar la posible contaminación de la rada algarrobina, sí dejaba en evidencia la penosa gestión sanitaria por parte de la empresa en nuestra comuna. Detallemos:
-La planta de ESVAL no cuenta con Resolución de Calificación Ambiental, por haber entrado en operaciones poco antes de la entrada en vigencia del marco normativo ambiental actualmente vigente -1997-.
-La planta es de una sola línea (es decir, cuenta con un solo tubo de descarga) y no aplica real tratamiento, sino un simple pre-tratamiento a las aguas residuales, esto es, remoción de sólidos, trituración, desarenado, el cual el oficio considera "obsoleto".
-El tubo emisario descarga en el mar a insuficiente profundidad -20 metros-, lo que generaría la retención de los contaminantes en la bahía.
Para revertir esta compleja realidad sanitaria, la autoridad marítima recomienda ejecutar una serie de acciones concretas:
-Que la empresa modernice la planta, alargando el emisario e incorporando -al menos- una segunda línea.
-Que la empresa mejore la eficiencia en la retención de grasas en la red de alcantarillado.
-Que la autoridad municipal convoque a una mesa multisectorial para abordar la problemática de manera integral con la empresa.
Después de 6 años, esta dura realidad se mantiene sin grandes variaciones.
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