Con la reciente configuración del concejo municipal en Algarrobo y la elección de un alcalde que representa la continuidad de una administración cuestionada, en un sector importante de la comunidad ha surgido una pregunta que resuena cada vez con más fuerza: "¿Y ahora, quién podrá defendernos?". La ausencia de figuras reconocidas por su férrea laboral de fiscalización, como Marcela Mansilla y Boris Colja, despierta dudas y preocupaciones sobre el futuro de la fiscalización en el municipio.
Estos últimos años, Algarrobo ha contado con dos líderes, quienes hicieron de la transparencia y la fiscalización su bandera, vigilando de cerca la gestión municipal e impulsando proyectos que beneficiaran a los vecinos. La falta de estos referentes en el nuevo concejo plantea una interrogante sobre quién tomará la posta para proteger los intereses de la comuna.
Hasta la fecha, en el nuevo concejo solo se ha escuchado a María Fernanda Vidal Marín comprometerse públicamente con la labor de fiscalización. Pero, ¿estará el resto del concejo a la altura de esta responsabilidad? . La comunidad se pregunta si alguno de los nuevos concejales estará pensando en la urgente necesidad de auditar por completo el municipio, especialmente considerando los antecedentes de malversación y manejo poco transparente de los fondos municipales.
Esperemos que el concejo este a la altura de las circunstancias. Es válido que cada unos de los nuevos integrantes tengan su agenda propia, por no deben olvidar que la fiscalización debe ser amplia y considerar al municipio completo.
Quedan las puertas abiertas a todos los concejales que quieran expresar sus opiniones.
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